COMO MEJORAR APRENDIENDO
domingo, 3 de marzo de 2013
ARTÍCULOS SOBRE TEMAS DE INTERÉS - MARTIN SORIA
A continuación dispones de 40 artículos relacionados con la educación de las personas y de temas de interés para enriquecer tu conocimiento. Te recomiendo darte un tiempo para disfrutar del conocimiento y descubrir aspectos nuevos sobre cada tema. Te invito a disfrutar de este blog y de todo el material expuesto en él.
https://www.peopleebooks.com/books/Teoria-del-arte-martin-soria/
https://www.peopleebooks.com/books/Breve-teoria-de-la-educacion/
https://www.peopleebooks.com/books/Como-educar-un-adolescente/
https://www.peopleebooks.com/books/Conversando-con-un-imaginario-Martin-Soria/
viernes, 1 de marzo de 2013
EPISTEMOLOGIA ALGUNAS IDEAS
EPISTEMOLOGÍA
Estudio
del conocimiento.
La Axiología, estudio
del valor; la Epistemología, estudio del conocimiento y la Ontología, conocimiento de todas las
cosas, son junto con la lógica, los grandes pilares fundamentales de la
Filosofía.
Axiología viene de las
palabras griegas axios que significa digno y valioso y logos, que significa tratado, más el sufijo –ia que indica cualidad. En su origen
significa el estudio de aquello que es digno, o tratado de lo digno y valioso.
La palabra “epistemología”
viene de las palabras griegas episteme, que significa conocimiento, y logia
que significa “teoría”. Se dice que fue utilizada por primera vez por J
Ferrier (1808-1864). La palabra alemana Erkenninsthearies parece ser que
fue utilizada por K.L. Reinhold (1785-1823)
La palabra Ontología,
del griego ovtoc, se refiere a lo que
está, o a lo que es. Es o estar, son una facultad que posibilita ser objeto de
estudio; también se entiende por ontología al estudio de las constantes en todo
ser.
En su “Ensayo
concerniente al entendimiento humano” Jhon Locke, explica detenidamente por
primera vez, el sistema y significado de la epistemología.
¿Cómo
sé que lo que conozco es cierto?
Frente a esta
interrogante existieron dos tendencias. Una de ellas explicaba que el
conocimiento se establece mediante la experiencia de la sensación (empirismo) y
la otra tendencia, justificaba el conocimiento en la razón mediante ideas
previas (racionalismo). Lógicamente, estas dos visiones, derivaron en sistemas
de pensamientos distintos, uno objetivo, defendiendo la realidad del objeto en sí,
y otro subjetivo, prefiriendo la
idealización de las ideas o el idealismo. Idealismo y realismo se
rechazaban entre sí por sus diferencias de opinión. Estas diferencias fueron
acentuándose con el paso de los años, la defensa del empirismo, al no encontrar
la conexión entre la experiencia sensorial y la noción que la justifica válida, cayó en el escepticismo, y
los racionalistas al justificarlo todo con las ideas, terminaron dogmatizando
su justificativo independiente de la experiencia. Y fue Kant, quien, con su
postulado del conocimiento a priori y a posteriori, logró unir ambas tendencias
de pensamiento. Kant decía que el objeto es sintetizado por el sujeto. Pero más
tarde, Marx invirtió la formula y dijo que, el objeto es el que determina al
sujeto, justificándolo con el ejemplo de un espejo. El espejo, según él, es el
que permite al sujeto ser reconocido.
Durante los siglos XVII
y XVIII el empirismo fue defendido por pensadores como Bacon, Locke, Berkeley y
Hume, y se extendió principalmente en Gran Bretaña. Bacon propone acercarse al entendimiento
liberándose de los prejuicios. Locke explica que nuestra mente es una cinta en
donde se van grabando las experiencias y evaluamos en función de las mismas.
Berkeley no compartía del todo las ideas de Locke. Este postulaba cualidades
distintas; a unas, las denominó primarias y a otras secundarias, pero Berkeley
determinaba a ambas subjetivas. Decía que “existir es ser percibido” y con esa
afirmación negaba la existencia de la sustancia en los objetos materiales
afirmando, que solo el espíritu del sujeto que las percibe puede declarar su
existencia.
David Hume, construye y
destruye la teoría del conocimiento, en principio asume la similitud necesaria
entre sujeto y objeto y la lógica reciprocidad necesaria también entre causa y
consecuencia, pero luego, duda de que la relación causa y efecto sea
determinante en la adquisición del conocimiento por ejemplos de costumbres que
le derivan en el escepticismo. Piensa que el hecho de que el gallo cante ante
la salida del sol, no determina que se justifique la razón de que el sol sale
como consecuencia de su causal, el canto del gallo.
En oposición al
pensamiento empírico británico, en el continente europeo, se postula el
racionalismo de las ideas como aquello que faculta el entender. Descartes,
Spinoza y Liebnitz, defienden la postura del racionalismo lógico deductivo,
como metodología del conocimiento, exento de la experiencia.
Descartes pone en duda
el proceso de conocimiento sensorial mediante las sensaciones, porque son
interpretadas en diferente manera por cada uno y eso lo lleva a dudar. Afirma
que, existe porque piensa, y deposita en el pensamiento su máxima confianza.
Descartes se da cuenta de que aunque dude de lo que admite, no puede dudar de
que duda y eso, le facilita admitir la presencia real de un espíritu primario que piensa. Descartes disponía de
justificaciones racionales para afirmar y defender la existencia de las cosas,
por ejemplo: si existe la necesidad por la verdad o la justicia, ha de existir
previamente una justicia o una verdad que las pretenda. Si existe la necesidad
por la bondad, lo bueno propuesto, ha de existir lo bueno que pretende. Si existe la necesidad por el
afecto ha de existir alguno afectuoso para reconocerlo. Descartes indaga en el
ambiente de lo espiritual.
Benedicto Spinoza,
también defiende el postulado racionalista y propone el método de conocimiento,
mediante tres estados: el de la imaginación, el de la intuición y el de la
razón, afirmando que el científico es el de la razón. Para Spinoza el
conocimiento intuitivo no existe separado de la razón, ambas se interconectan.
Descartes hacía una separación entre la naturaleza y la materia y Spinoza las
ligaba a ambas. Defendía la postura de que la materia actúa mediante normas
naturales y la naturaleza se manifiesta en las consecuencias de la materia. De
este modo, llega a la conclusión de que la Naturaleza es Dios.
Leibnitz piensa en la
necesidad de formular un método de raciocinio matemático o fundamentado en
ciertos principios y propone dos tipos de entendimiento, el tipo de verdad proveniente de la razón y el
proveniente de la experiencia, a lo razonable le llama verdad eterna y a lo
experimentado lo llama verdad de hecho o contingente. Y propone que la garantía
de la razón es el principio de identidad
y el principio de no contradicción.
Leibnitz dedujo que nada puede existir sin una razón suficiente. A esa
razón suficiente la denomina “mónada” y determina que contiene percepción y
apetito.
El racionalismo europeo
continental negó la experimentación en su proceso de absorción del conocimiento
y se transformó, con el paso de los años, en dogmatismo ideológico, o
idealismos.
El realismo postula que
la realidad es objetiva y es el objeto, el que contiene los elementos de valor,
identidad y conocimiento y el idealismo postula lo contrario que es el sujeto
que aprecia, el que contiene la razón que justifica al existir.
Estas explicaciones
sobre cómo es que conocemos lo que conocemos, tienen su lógica en la necesidad
humana por entender.
Para que un objeto
adquiera la propiedad de ser reconocido, exige del interés por conocerlo en el
sujeto que lo aprecie, y del reconocimiento de sus cualidades, origen y sentido
(origen, identidad y propósito), que son los componentes fundamentales del
existir o del acto realizado, se justifica su razón de ser.
La justificación de su
verdad se desprende de la razón que justifica su existencia, la realidad de su
existencia se justifica en la satisfacción de su necesidad y la realización de
su existir se justifica en el cumplimiento del deber de satisfacer a la
necesidad que lo declara necesario, al ajustarse a la razón que justifica su existir.
Esta lógica, se deriva
de la estructura base de cuatro posiciones establecida en la realización del
objeto en estudio.
Un objeto puede
contener numerosos aspectos de verdad, además de los fundamentales, por ejemplo,
el humano responde a la razón de ser humano, pero tiene distintas formas,
pesos, color de piel etc. Que, además son instrumentos de verdad y responden
también a la propuesta o pretensión de un origen, se justifican en la razón de
ser y sirven para algo. El conocimiento de esos tres aspectos declara su
verdad. Verdad es sinónimo de razón de ser y razón es el justificativo de una
existencia, acción, o multiplicación.
Conocimiento
a priori
Para reconocer es previamente
necesario conocer. Es imposible establecer
reconocimiento sin un conocimiento previo que concuerde con lo conocido.
Cuando el niño repite el concepto –papá- es porque antes lo escuchó, lo asumió
y por contenerlo, lo repite y asocia con el progenitor al reconocer que el
significado de papá corresponde con el personaje masculino que reconoce ser su
padre. El niño puede llamar papá a cualquier hombre, sin ser este su
progenitor, cuando lo que el niño reconoce del concepto es la identificación
del mayor con pantalones. Y cuando identifica a su progenitor lo diferencia del resto con el término –papá-
pero, para reconocer su unicidad ha tenido antes que asumirlo.
En la naturaleza humana
existen prototipos de identificación cuya noción posibilita el entendimiento.
La noción del prototipo existe en cada uno, dentro de su composición genética.
La mente, no es una tabula rasa que adquiere nociones y depende de lo
adquirido. Lógicamente vamos sumando conocimientos, pero la noción del juicio
justo existe previo al conocimiento, la
noción de lo debido, y la noción de lo satisfactorio son previas a la
satisfacción o al beneficio. Sin noción de felicidad, no se podría ser feliz y
el niño ríe antes de saber que cierto objeto le va a producir la sensación de
estar feliz. Esto se entiende al estudiar la estructura base del
funcionamiento. En la estructura base de la creación la posición de pretender o
proponer, antes de proponer o pretender contiene la noción de lo esperado
válido y eso, es lo que persigue. La necesidad es previa a la pretensión o a la
proposición y en la necesidad existe ya, lo necesario en noción.
Al interesarse por
conocer existe ya lo que se espera conocer y en esa existencia se comprende y
reconoce. Por eso, el que cree que existe Dios, afirma que existe y el que no
cree que exista Dios, aunque lo vea, seguirá negando su existencia. El milagro
es para el que cree, igual que los OFNI. Creer es una disposición justificada
en una noción. Por eso decimos que para conocer, es necesario de interés. El
interés, además de ser una motivación a descubrir, es así mismo una
predisposición a reconocer y reconocerse justo en lo reconocido. Lo no
reconocido se olvida con facilidad, eso se debe a la no coincidencia entre lo
nuevo descubierto y su noción en el apreciador. El descubrimiento de América no
lo hizo Colón en su primer desembarco, porque no tenía noción de un nuevo
mundo, peri si tenía la noción de las indias y así lo reconoció. Hasta tener la
noción de nueva tierra no se la reconoció como Nueva España. A los nativos
americanos les pasó lo mismo al ver las naves de Colón, no supieron lo que
eran, porque carecían del prototipo o noción.
Por ejemplo, nos cuesta
mucho reconocer una sola condición humana absoluta, a pesar de contener la
noción del prototipo humano, por la cantidad de veces que hemos escuchado y
aceptado que todo es relativo. Y, aunque nuestra conciencia original nos dice
que toda existencia se justifica en la razón que la declara necesaria y esa es
solo la verdad que justifica ese existir, aunque aceptamos esta razón, en el
caso de la naturaleza humana, lo ponemos en duda. Ese conocimiento a posteriori
incongruente con la naturaleza de la razón, concuerda con la conciencia adquirida
de lo relativo y por esa razón justificamos realidades con razones no
justificativas. Son no justificativas de su naturaleza, pero si son
justificadas en la costumbre de lo repetido. “Una mentira mil veces repetida se
transforma en verdad” esta falacia opera en la ignorancia de lo superficial,
pero, lógicamente no se justifica en la naturaleza de la razón.
La ciencia, los
estudiosos del conocimiento, nos dicen que han llegado a descubrir el genoma
humano, y nos dicen que consiste en una especie de espiral con cierta forma
dual que se comunica, pero no se reconoce su función porque al ignorar la
función de las capacidades humanas, el científico no puede reconocerlas, a
pesar de intuir que existe información en ello, la información no puede ser
reconocida por los científicos porque carecen de la comprensión de la
naturaleza humana. Cuando investigue el genoma humano un científico con la
noción del ser humano reconocerá en el genoma las razones que justifican las
asociaciones de cada gene.
Conocimiento
a posteriori
Cada estudio produce
conocimiento fundamental y conocimiento actual. El conocimiento actual es
distinto del conocimiento fundamental. Los fundamentos de la razón son siempre
aquellos que justifican su origen identidad y propósito, mientras que la razón
que fundamenta un conocimiento actual, puede justificarse en una noción también
actual. Por ejemplo, la fiesta de los toros es entretenida. Es entretenida para
el que gusta de ver cómo se los tortura, pero, ni a los toros, a los que se les
maltrata, ni a los humanos a los que avergüenza su comportamiento egoísta, les
beneficia o justifica esa razón de ser entretenido. Este conocimiento a
posteriori, incongruente con la naturaleza de la razón pura, es justificativo en una noción actual. La noción
actual es pasajera, ni es constante ni inmanente. Para que una razón sea
verdadera ha de ser tradicional e inmanente, o universal y atemporal.
El conocimiento a
posteriori, ha de coincidir con el a priori, en ser universal e inmanente.
Todo conocimiento
comienza en la experiencia, pero el juicio del conocimiento se basa en un
conocimiento previo al que denominamos noción de prototipo. Esa noción de
prototipo, no es conocimiento experienciado, es una norma de conocimiento. Es
la reglamentación que declara valido un comportamiento, es la ley que declara
lícito, justo o verdadero un significado y es el deber que al ser cumplido
garantiza el derecho al beneficio. A esa noción se le denomina conciencia que
encuentra en la correlatividad, concordia y reciprocidad el conocimiento, la
consciencia y el beneficio de lo normado.
La
emoción, el intelecto y la voluntad
La necesidad por
aprender, el interés por reconocer y la voluntad de encontrar, son tres
aspectos del conocimiento. Emoción es la capacidad sensible que nos permite
captar lo necesario, el intelecto es la capacidad sensible que nos permite
reconocer el juicio justo y la voluntad es la capacidad sensible que posibilita
el cumplimiento del deber. Estas tres áreas se unifican en el entendimiento. Al
captar la necesidad por descubrir, se despierta la expectación por buscar y se
siente el deseo por indagar, al interesarse en el conocimiento se discierne,
analiza y se juzga un concepto que signifique lo descubierto y estudiado, y al
descubrir y reconocer el ajuste entre lo descubierto y su razón se disfruta del
beneficio de lo reconocido.
El reconocimiento se
realiza en aspectos de entendimiento. Por ejemplo: nació en Madrid y murió en
Salamanca tiene una significación de
lugar y se muere siempre donde se nace, tiene una significación cualitativa.
Las dos frases explican verdades, pero el nacer o morir, puede ajustarse en una
u otra. La vida es un camino que nunca se termina, es una frase cuyo significado
es ambiguo y puede estar sujeto a confusión. Vida es el conjunto de fuerzas que
permiten la consecución de un propósito, bajo este significado, nunca se
termina. La vida, entendida como fragmento entre el alumbramiento de la
consciencia y la pérdida de la misma, si se termina en el apagón. La vida
entendida como actividad protoconsciente, preconsciente y postconsciente, nunca
se termina. Estas diferencias en el entendimiento, deben ser bien explicadas
para establecer una comunicación objetiva.
En el entendimiento
existen tres aspectos a considerar;
1-
El origen de la Cognición
2-
El objeto de la Cognición
3-
El Método de cognición,
Origen
de la Cognición.-
En primer lugar, es
necesario comprender que la Naturaleza de la Creación, ha creado a cada especie
para interconectarse con el resto y al ser humano, lo ha dotado con capacidades
sensibles extraordinarias, con capacidades intelectivas extraordinarias y con
capacidades creativas o de dominio, también extraordinarias, y asumiendo que el
humano contiene la facultad de ordenar, ajustar y reparar los desajustes
ecológicos o biológicos, podemos llegar a la conclusión de que la especie
humana es capaz de descubrir, reconocer y cooperar en el establecimiento de la
normativa Natural. Sobre esta base podemos entender que el sujeto y el objeto
de conocimiento, establecen la verdad en el reconocimiento de la razón que
justifica su existir. Y para que se establezca esa razón es necesario el
establecimiento de reciprocidad, correlatividad y semejanza entre causa y
efecto y entre sujeto y objeto. Por lo tanto en la causa, en el efecto, en el
sujeto y en el objeto, han de existir nociones compartidas con la dualidad de
pretenderse y proponerse.
Todas las cosas son
objeto de atención, entendimiento y servicio para los humanos. El ser humano es
el sujeto de todo lo posible de estudiar. En el estudio se emiten juicios de
valor, juicios de verdad y juicios de similitud. Juicio implica “razón y
experiencia” por lo tanto en el método de cognición, razón y experiencia son
ambas necesarias. El conocimiento se produce en la reciprocidad entre las dos.
Objeto
de la Cognición
El objeto de cognición
es exterior al humano que lo analiza y lo juzga, por lo tanto se admite el
realismo, así como también el idealismo como complementos. El sujeto que
razona, contiene en si todos los aspectos de lo razonable. El ser humano es un
microcosmos del macrocosmos y en esa reciprocidad puede entenderlo.
El cuerpo del ser
humano contiene aspectos sólidos, líquidos y gaseosos, coincidentes con la
Naturaleza de lo creado. La naturaleza de estas categorías posibilita la
recognición de las porciones del macrocosmos. A dichas ideas les denominamos
proto consciencia o noción de prototipos (proto-imágenes) que hacen posible el
reconocimiento.
Método
de Cognición
El método natural del conocimiento está basado en la
reciprocidad establecida entre sujeto y objeto y entre causal y consecuencia,
por lo tanto, para establecer esa reciprocidad es necesario el intercambio de
elementos, por un lado es preciso que el sujeto ofrezca su interés en el
estudio y que el objeto responda con la noción para que se establezca el
juicio, así pues, el método del conocimiento se fundamenta en el intercambio
del dar y responder. Para establecer esta dinámica, el sujeto ha de contener
prototipos de interés (necesidades propias) y el objeto ha de contener aspectos
de valor que justifiquen, satisfagan y beneficien a la necesidad que se
interesa por dicho objeto.
La materia no solo es
forma, también es contenido. Contiene aspectos serviciales, de interés y
justificación y de intencionalidad. El contenido de la materia se reconoce en
el contenido del sujeto y la forma de la materia se reconoce en la forma del
sujeto, ambas cualidades son necesarias e imprescindibles en el conocimiento.
Elementos
que componen al prototipo
A la imagen mental dentro del sujeto que sirve de estándar de
juicio en la cognición, la llamamos prototipo. El prototipo es una noción de
protoimagen, contenida en la Naturaleza humana, imagen de células, tejidos,
órganos etc. Que establece la protoconsciencia, o consciencia del juicio.
En la protoconsciencia
se establece relación, por lo tanto existe en ella todo tipo de formas de
existencia. Estas formas de existencia, lógicamente son parte integrante de la
Naturaleza, y en ella se establece el juicio. La protoimagen y la forma de
pensamiento, es decir la relación protoconsciente no son aspectos de forma,
sino de contenido y nada tienen que ver con lo exterior o la materia, son ideas
a priori. Pero en la formación de prototipos, también se van depositando ideas
adquiridas, obtenidas a través de la experiencia, estas son ideas empíricas o
conocimiento a posteriori. De este modo, los prototipos, se componen de tres
aspectos: la protoimagen, (noción de prototipo) la imagen de la relación (forma
de pensamiento) y la experiencia (ideas empíricas).
Los prototipos poseen
un elemento a priori y un elemento empírico, en cualquier clase de cognición,
el prototipo formado antes de la misma, actúa como patrón o estándar de juicio.
Esto quiere decir que en cualquier cognición preexiste un estándar de juicio
(prototipo) La Naturaleza del conocimiento exige de la preexistencia del
prototipo.
En el desarrollo
celular, se admite la existencia de información pero no se explica cómo operan
los procesos de consecución y realización de las células. La naturaleza de la
creación contiene intencionalidad, selectividad y poder. El poder por sí solo,
no sabría cómo conducirse sin selectividad e intencionalidad. A la suma de
estas tres categorías la denominamos conciencia. Cuando una necesidad se hace
consciente de ser satisfecha, la conciencia lee el código genético contenido en
la célula, lo reconoce, y orienta su finalidad en el establecimiento de la
realización de dicha razón. Del mismo modo que cuando surge la necesidad de
protegerse de un peligro, la naturaleza de nuestro instinto nos aparta y busca
protección. En esos casos opera la protoconsciencia del ser para cumplir el
mandato de la necesidad. Esta realidad opera en toda la Naturaleza, sin darnos
cuenta de ello hasta su descubrimiento. La protoconsciencia tiene la propiedad
de percepción y por lo mismo almacena protoimágenes en la memoria.
Fuerza y existencia
existen en paralelo insustituibles. Donde hay fuerza hay existencia y donde hay
existencia hay fuerza. Asumir esta naturaleza no ha sido fácil. Ahora
reconocemos que la energía o existencia contiene atribuciones de
intencionalidad, selectividad y poder, en otros términos, la existencia, o la
energía es existencia y su existir se manifiesta en la fuerza. Fuerza y
energía, energía y fuerza son inseparables, la unidad entre ambas es lo que
posibilita el entendimiento, el sentimiento y la reproducción.
miércoles, 27 de febrero de 2013
LO VALIDO PARA TODO NO PERJUDICA NUNCA A NADA
Aquello que beneficia siempre a Todo, no perjudica nunca a nadie. Esta frase obliga a todos a responder siempre y en todo caso, al cumplimiento del máximo deber necesario que sea válido para todo. El cumplimiento de esta obligación humana Natural, por ser norma de la creación, normaliza al ser humano que la practica; de donde se deriva la lógica deducción, de que: "el humano que no cumple la máxima necesidad válida para todo, no es normal, pues no es normado".
El ser normado que responde siempre, libre y voluntariamente motivado al cumplimiento del máximo deber valido que, por beneficiar a todos, no perjudica nunca a nadie, se libera del rechazo, de la acusación y del reclamo del resto. Al ser libre, por responder voluntariamente al cumplimiento del máximo deber valido para todo, se realiza responsable Este es el verdadero secreto de la humanidad, el verdadero misterio esperado por cada uno de los humanos. Esa es la verdadera realización del hombre libre, justo y responsable.
En una sociedad en la que todos, absolutamente todos, responden libre y voluntariamente al cumplimiento del máximo deber necesario, no existiría ansiedad o angustia. ¿Por qué ansiarse o angustiarse si todos, absolutamente todos los humanos están enfocados en el bien común y están todos dispuestos a resolver los máximos problemas? Si todos se enfocan en descubrir las máximas necesidades válidas para todo, no existirían necesitados, seríamos todos suficientes, es decir maduros. No existiría la extrema necesidad de sobreproteger, porque nadie va a privarte de lo que tienes, porque el enfoque humano es responder a las máximas necesidades válidas para todo. No existiría indiferencia, puesto que todos están maduros en responder al cumplimiento del máximo deber necesario.No existiría la ignorancia ni la arrogancia, ni la violencia ni la inapetencia. En ese ambiente de gente madura ¿Para qué sería necesario un policía o un militar? o ¿para qué serviría un notario o un abogado, un juez o un fiscal? ¿un psicólogo o un religioso un político o un asesor? Cuantas profesiones innecesarias se ahorrarían en esa sociedad madura en donde todos y cada uno de sus miembros responden siempre, libre y voluntariamente al cumplimiento del máximo deber valido para todos?
El ser normado que responde siempre, libre y voluntariamente motivado al cumplimiento del máximo deber valido que, por beneficiar a todos, no perjudica nunca a nadie, se libera del rechazo, de la acusación y del reclamo del resto. Al ser libre, por responder voluntariamente al cumplimiento del máximo deber valido para todo, se realiza responsable Este es el verdadero secreto de la humanidad, el verdadero misterio esperado por cada uno de los humanos. Esa es la verdadera realización del hombre libre, justo y responsable.
En una sociedad en la que todos, absolutamente todos, responden libre y voluntariamente al cumplimiento del máximo deber necesario, no existiría ansiedad o angustia. ¿Por qué ansiarse o angustiarse si todos, absolutamente todos los humanos están enfocados en el bien común y están todos dispuestos a resolver los máximos problemas? Si todos se enfocan en descubrir las máximas necesidades válidas para todo, no existirían necesitados, seríamos todos suficientes, es decir maduros. No existiría la extrema necesidad de sobreproteger, porque nadie va a privarte de lo que tienes, porque el enfoque humano es responder a las máximas necesidades válidas para todo. No existiría indiferencia, puesto que todos están maduros en responder al cumplimiento del máximo deber necesario.No existiría la ignorancia ni la arrogancia, ni la violencia ni la inapetencia. En ese ambiente de gente madura ¿Para qué sería necesario un policía o un militar? o ¿para qué serviría un notario o un abogado, un juez o un fiscal? ¿un psicólogo o un religioso un político o un asesor? Cuantas profesiones innecesarias se ahorrarían en esa sociedad madura en donde todos y cada uno de sus miembros responden siempre, libre y voluntariamente al cumplimiento del máximo deber valido para todos?
martes, 26 de febrero de 2013
ARTICULOS DE MARTIN SORIA
A continuación dispones de 40 artículos relacionados con la educación de las personas y de temas de interés para enriquecer tu conocimiento. Te recomiendo darte un tiempo para disfrutar del conocimiento y descubrir aspectos nuevos sobre cada tema. Te invito a disfrutar de este blog y de todo el material expuesto en él.
Etiquetas:
aristóteles,
axiologia,
berkeley,
epistemologia,
hegel,
hume,
kant,
libros de filosofia,
LIBROS ONLINE,
lógica,
marx,
ontologia,
platón
lunes, 25 de febrero de 2013
PARADIGMA DEL VALOR, DE LA VIDA Y DE LA TRADICION
PARADIGMA DEL
VALOR, DE LA VIDA Y DE LA TRADICIÓN
a-SIGNIFICADO
DEL VALOR
El estudio del valor se conoce como axiología. Axiología es la filosofía del valor.
Decimos que la cualidad que nos satisface,
de aquello que percibimos, comprendemos o utilizamos es valor; el valor, se establece mediante la recíproca relación,
entre un sujeto y un objeto, entre un ser humano y otro ser.
Existe
un valor de contenido y un valor de forma, además,
el valor depende del punto de vista, ya sea este temporal, inmediato, personal
(posicional)o momentáneo, o atemporal global o universal. El valor también
depende de la correlatividad entre un sujeto y un objeto. El valor no existe
por sí solo, para brotar necesita de tres posiciones: (1) La intencionalidad o
propósito de apreciarlo, (2) un apreciador y (3) un objeto apreciado.
Luego de tantas variantes en la apreciación del valor, podríamos deducir que
el valor es relativo.
¿Qué determina lo absoluto o relativo del
valor? Lo absoluto o relativo del valor lo determina la apreciación. Por
ejemplo, bajo el punto de vista parcial,
y posicional de un individuo que observa una nube, este puede deducir, por lo
que ve en la distancia, que la nube es blanca, o, que la nube tiene una forma y
longitud determinadas. Pero cuando nos aproximamos a la nube, no sólo no
encontramos forma ni dimensiones, sino,
que incluso no hallamos la nube. En este caso, la apreciación parcial, o
posicional del individuo frente a la nube, es relativa a su propia percepción.
Mientras que quien observa la nube bajo un punto de vista global, comprenderá
que la nube es solo una respuesta a la necesidad de cumplir una razón. Que la
nube es el resultado de un propósito específico, el propósito de completar un ciclo
natural, coparticipativo con el orden natural de la creación, (ciclo fluvial).
Bajo este punto de vista, la percepción de la nube se transforma en la
recognición de una realidad constante universal, y eterna, por lo tanto
absoluta.
Vivimos en un ambiente acostumbrado a asignar una existencia temporal,
parcial, matérica y limitada, a los objetos y principios de la creación. Esto,
ha generado en la conciencia humana, la tendencia al hábito de apreciaciones temporales,
posicionales, parciales y relativas. La suma de estos fragmentos, ha conformado en el hombre la -sensación- de que todo es parcial y
por lo tanto relativo. Por otro lado, la necesidad inherente de cimentarse
sobre un postulado universal inmanente y eterno, obliga al ser humano al
encuentro de los significados derivados de los misterios naturales.
Se nos explica que los seres nacen, crecen se multiplican y mueren. Por
lo tanto, tomamos este mensaje como el propósito de nuestra existencia. Pero
este mensaje no es suficiente para convencer a la necesidad intelectual del ser
humano. Esta visión parcial, ha de completarse. Por sobre el hecho de que se
nazca, se crezca o se muera, existe la realidad nostrina de satisfacer a un
propósito, de responder a la necesidad de una intención creativo-constructiva,
de responder a la razón de ser especie humana. Tanto el Yo como el Otro,
pertenecen a la satisfacción de un Nosotros Compartido.
Cada ser contiene un
propósito de conjunto y un
propósito individual. El propósito individual germina de los nutrientes
adquiridos al satisfacer el propósito de conjunto. Del conjunto adquirimos
sentimientos, conocimientos y experiencias. Cuando empatizamos con un
sentimiento agradable, lo adquirimos
como valor de afecto, o de complacencia, a lo que podemos definir como belleza.
Este sentimiento produce la sensación de estar en posesión de un bien, o
alegría, por eso lo designamos como valor. Cuando reconocemos un contenido como
verídico, lo adquirimos también como valor de verdad o de autenticidad. Este
sentimiento produce la sensación de
estar en posesión de un bien, o sabiduría,
por eso lo designamos como valor. Cuando el objeto observado corresponde
con lo que deseamos apreciar, lo adquirimos como valor de bondad (bien hecho,
eficiente, útil). Este sentimiento produce la sensación de estar en posesión de
un bien, o servicio, por eso lo designamos como valor. El valor contiene las
cualidades de ser grato, verdadero y útil. Es agradable, es cierto y sirve, de
no contener estos atributos, el sujeto rechaza al objeto y por lo tanto, para
ese sujeto, ese objeto no contiene valor.
Valor esencial y valor actual
Observando esto, apreciamos en el objeto la presencia de un valor
esencial y de un valor actual.
Valor esencial es aquella propiedad contenida en el objeto, que
satisface las necesidades del sujeto, entendiendo al objeto como complemento
del sujeto.
Valor actual es la experiencia
desprendida de la interacción entre el sujeto y el objeto.
Esta dualidad genera en la experiencia del valor un contenido estático
(en el instante de ser apreciado) y un contenido dinámico (en tanto a que
satisface a la necesidad de apreciarlo, motivando al mismo tiempo a seguir
apreciándolo)
EXISTE VALOR DE CONTENIDO Y
FORMA, VALOR ESENCIAL Y ACTUAL
EL
VALOR PRECISA DE CORRELATIVIDAD
RECOGNICIÓN Y CORRESPONDENCIA Y PARECIDO
EL VALOR ES LA EXPERIENCIA DE
UNÓN ENTRE ORIGEN Y CONSECUENCIA PARA LO CUAL SE PRECISA DE LA RELACION SUJETO
OBJETO
valor esencial designado por el propósito universal
-- absoluto --
valor de contenido valor de forma
valor actual designado
por el propósito individual
---
relativo ---
El valor existe para servir al hombre. Si nos sensibilizamos un poco
podremos comprender que el propósito de la emoción es el de posibilitar la satisfacción del ser
persona, para lo cual, existe la
capacidad de percibir las necesidades y retribuciones propias del objeto apreciado. Emocionalmente
el ser se satisface mediante el afecto y
la belleza.
El propósito del intelecto es el de permitir el conocimiento de las
funciones, procesos y razones que
justifican la existencia del objeto de interés.
El propósito de la voluntad es el de permitir la creación de objetos de
valor mediante el dominio sobre los impulsos e inhibiciones. Satisfacción,
conocimiento y valor son los ingredientes de la felicidad y esta es el
propósito del hombre y de la creación, para satisfacer este propósito se nos
dotó de emoción, intelecto y voluntad. Emoción, intelecto y voluntad fueron
creados para servir al hombre hasta satisfacerlo. La satisfacción es un valor.
El estándar de valor existe contenido en el propósito universal del
objeto. El observador debe comparar su apreciación actual con el estándar del
valor determinado por el cumplimiento del propósito de la creación. Para eso
debe conocer clara y profundamente los principios de la creación, para obrar en
su apreciación de acuerdo al
cumplimiento universal del propósito del objeto. El cumplimiento del
propósito de la creación de ese objeto sería su estándar, y por lo tanto su
valor absoluto.
Todo hombre fue creado para satisfacer su propósito de conjunto y su
propósito individual mediante el intercambio de valor. Cuando la persona
aprecia las facultades del “otro”, el “otro” valora su aprecio. Esta relación
centrada en el encuentro con el valor, produce sentimientos de afecto,
despierta el interés mutuo y motiva a continuar unidos en la relación. Por el
contrario, el desprecio por el “otro” produce tensión, alteración, introversión
y egocentrismo en quien desprecia, al
mismo tiempo que provoca rechazo a quien es despreciado. De esta manera se
impide la experiencia del valor y con ello se pierde la motivación a continuar
en esa relación.
El valor depende exclusivamente del aprecio, sin aprecio no hay valor.
El valor de las cosas es proporcional al propósito que satisfacen, y el valor
del individuo acrecienta el valor de lo que le pertenece.
Si alzamos la mirada al mundo nos damos cuenta de la cantidad de
incongruencias que existen a nuestro alrededor. Vivimos en un ambiente donde lo
ingrato nos resulta cada vez más agradable, un ejemplo de esto, es patente en
la morbosa curiosidad por las noticias trágicas. Hacemos de lo que menos
interesa el objeto más interesante, un
ejemplo, también se ve en el desarrollo y multiplicación de lo lúdico, los
fanáticos de los partidos de fútbol, de
las telenovelas o la observación impávida de los anuncios de publicidad.
Lo inútil pasa a ser lo más útil como las conversaciones sobre vanidades o
“copuchas”, la lectura del diario, las estadísticas de las revistas de
sociedad.
Sin darnos cuenta, abrimos las puertas de nuestras casas, al asesino,
al ladrón, a la violencia, a la prostitución, al conflicto, a la
desconcentración, a la tensión destructora del espacio familiar, que se nos
enfrenta cara a cara en nuestros dormitorios, salas de estar o living comedor,
bajo el sobrenombre de: televisión, telediario o semanario informativo, y cuyas
imágenes hipnotizan e idiotizan nuestras capacidades intelectuales.
Por lo tanto es lógico observar a artistas, científicos y políticos,
que realizan labores sin intención propositiva valórica. El arte por el arte,
sin rumbo ni dirección, la ciencia por la ciencia, la política por la política.
Es lógico, pensar que en una realidad ignorante de su propósito, el observador
de la misma, ignore también a dicha realidad.
El arte de las diferencias desplaza a la armonía. La ciencia del
entretenimiento desplaza la mirada al absoluto. La política del polémico
desplaza a la política del estado. En esta sociedad, el artista no es artista
por su belleza, sino por su choreza, el científico no es científico por sus verdades,
sino por su choreza y el político no es político por su concepción idealista
del estado, sino por su choreza. La Choreza, se transforma en el paradigma del
común denominador social.
Propósito y valor
Un objeto sin propósito es un
objeto sin valor. Lo que no satisface, se abandona. La creación, arte,
conocimiento o producto, hoy más que nunca, debe satisfacer al propósito del
apreciador que lo construye, así como al propósito del apreciador que lo
evalúa. El objeto que no se admira, no es digno de ser evaluado.
Decimos que el objeto que contiene mayor cantidad de elementos de
apreciación que producen admiración es más valioso que el que contiene menos
elementos de apreciación. Si esto nos parece sensato, debe ser también sensato
pensar que el objeto creado por el hombre, que contiene mayor número de
elementos admirables, sea de más valor que el objeto que contiene
menos. Por lo mismo el propósito de la creación, debe dirigirse hacia el logro de la máxima
satisfacción y no hacia el logro de la
mínima impresión, o novedad.
El hombre necesita colaborar en la construcción de una sociedad
sincera, donde se realice el valor de la autenticidad, una sociedad ética que
muestre las bondades a niveles de excelencia y una sociedad artística donde el
equilibrio de las diferencias nos ofrezca una
realidad admirablemente armónica. El creador debe ser gozoso, sufrido y
constante en la consecución de un trabajo que produzca gozo, justicia y paz,
para concordar de esta manera con los atributos de plenitud, Ley y Orden
contenidos en la creación de la cual él
forma parte.
El proceso de la creación involucra una relación cruzada entre el
proceso psíquico-orgánico y el proceso físico-químico. Ambas relaciones son
inseparables en el proceso de la función vital del ser. Todo sistema orgánico contiene una fuerza conductual psíquica y está compuesto por una estructura
físico-química. Sobre esta afirmación se construye el fundamento del
neovitalismo.
El neovitalismo actual, cimenta su postura sobre la estructura base de cuatro
posiciones. Lo que indica, que las interpretaciones formales, fraccionales
puras, solo son superficiales, por lo que se impone una consideración
espiritual, para comprender la multitud de formas superpuestas de la naturaleza
viva.
Precisamos de una fenomenología
existencial convincente y coherente con las leyes naturales. Köhler quiso
probar, que en la naturaleza existía algo más que vínculos, y que, incluso el
universo en general, debía ser considerado como ”Variedad en Unidad” El alma,
dice él, se nos presenta como un proceso global, y en continua acción que no
comporta nada aislado por completo. Driesch explica, que la comprensión del
acto, debe ser hallada, mediante la reducción del todo en fracciones, que
puedan ser asimiladas por un pensamiento lógico, hasta poder llegar a
situarnos, frente a “una forma ordenadora irreductible”, es decir ante la vida
y su entelequia. De tal forma nos encontraremos, frente a la originalidad de la
causalidad global orgánica. Una formación psicoide o algo que se le parece al
alma. (Si es que el alma puede ser determinada) La comprensión de nuestra
realidad supondrá entonces el hallazgo de un gran valor, un valor irreductible
y al mismo tiempo inmanente. El valor absoluto.
De la inmanencia y estándar del valor
El valor es una realidad inmanente que proporciona complacencia.
Hablamos de valores absolutos, pero ¿qué es absoluto? Absoluto es todo aquello
que es siempre y para todo. Lo absoluto contiene la totalidad en tiempo y en
espacio, es siempre, en el pasado, en el presente y en el futuro y en todo
lugar, arriba, abajo, al frente atrás, a la derecha y a la izquierda. Por lo
tanto podemos afirmar que valor
absoluto es aquello que nos complace siempre y a todos.
¿Qué es lo que nos complace siempre y a todos?
-La belleza
el amor y el afecto complacen siempre y a todos.
-La verdad, la honestidad y la confianza complace siempre y a todos.
-La bondad, de lo bien hecho, lo completo, lo perfecto, complace
siempre y a todos.
La belleza, nos hace sentir en posesión de un bien emocional que nos complace; la verdad, nos
hace sentir en posesión de un bien cognitivo que nos complace; la bondad, nos
hace sentir en posesión de un bien hecho, que nos complace. El bien es siempre y para todos complaciente, por lo tanto la
belleza, verdad y bondad son valores absolutos.
El estándar más elevado del
valor, consiste en aquella experiencia
que no tiene opción por sobre ella. Por
ejemplo: ¿qué sensación complace más, el placer o la plenitud? ¿Qué verdad es
más universal, la razón o la ley? ¿Qué bondad o cosa bien hecha es más
completa, la útil o la perfecta?
No hay nada más complaciente que la sensación de plenitud, ni más
verdad que la ley, ni más completo que lo perfecto. Por lo tanto lo perfecto,
la ley y la plenitud son el estándar del
valor absoluto, porque son válidos siempre y para todo.
Todo movimiento implica cuatro fuerzas ( Inicial, centrífuga, centrípeta, órbita), que producen
tres dualidades:
Dualidad de positivo (+)
(-) negativo, que es producto de
velocidad en dirección. Dualidad de causa (carácter,
contenido interno) y efecto (forma externa) que establece tiempo.
Dualidad de sujeto (activo
emisor) y objeto ( activo receptor) que establece espacio entre ambos.
Podemos afirmar que todo movimiento implica 4 fuerzas, 3 dualidades y
dos direcciones (vertical y horizontal). Movimiento
es producto de una fuerza y la
fuerza en movimiento establece un
proceso origen división y unión. Origen (posición inicial) división
(posición intermedia con relación a la posición inicial) y unión con la
posición inicial. Esta es la realidad
del movimiento circular.
Todo valor establece un proceso origen división unión. El valor precisa
de un origen (deseo por), división (sujeto-objeto) unión (complacencia).
En
la “producción” del valor, intervienen cuatro fuerzas:
-Fuerza Inicial (fuerza del deseo por valor)
-Fuerza Centrífuga (sujeto que está atento al valor, se da por apreciar valor).
-Fuerza Centrípeta (
sujeto que aprecia o recibe valor)
-Fuerza Orbital ( complacencia
que produce el valor y estimula a buscar más)
En la “producción” del valor,
cada posición establece 3 dualidades:
Posición propósito-
1-propósito y sujeto,
2-propósito y objeto y
3-propósito y resultado
Posición
sujeto-
4-sujeto
y propósito
5-sujeto
y objeto
6-sujeto
y resultado
Posición
objeto-
7-objeto
y propósito
8-objeto
y sujeto
9-objeto
y resultado
Posición
resultado-
10-resultado
y objeto
11-resultado
y sujeto
12-resultado
y objeto.
La esencia de la física determina lo formal. Lo formal es el perímetro
del contenido, y lo que determina lo formal es el contenido, por lo tanto lo
esencial en la creación es el contenido que determina lo formal, y el contenido
de la forma es el valor. La búsqueda del valor no se limita al pensamiento
físico, se determina mediante el pensamiento absoluto.
Seamos sensibles por un momento, ¿qué es lo que nos atrae de una forma cualquiera, ¿es su peso? ¿Su
densidad? ¿Sus dimensiones? ¿Su forma o color?. Fabriquemos un maniquí de la
mujer más bella con las mismas proporciones, peso, formas y colores.
¿Pensaríais en estar con ese maniquí
toda la vida?. ¿Y si encontráis a vuestra mujer más bella, desearíais quedaos con ella toda la vida?
¿Cuál es la diferencia entre ambas, entre el maniquí y la mujer?. La diferencia
está en que el maniquí sólo os ofrece una belleza formal y la mujer os ofrece
el valor de correlatividad, correspondencia y parecido; os ofrece valores de
belleza, verdad y bondad, que posibilitan la realidad del absoluto. Nosotros no
sólo poseemos forma, también poseemos contenido emocional, intelectual y
volitivo, por lo mismo para sentirnos plenos necesitamos del valor emocional
intelectual y volitivo que nos complazca. Estos valores de belleza verdad y
bondad y la necesidad del hombre por el valor, son absolutos. Pero dentro del
valor existen diferentes niveles de apreciación
Veamos estos niveles de valor se
logra con:
Nuestra EMOCION
PLENITUD MARAVILLOSO SENSACIONAL
busca sentir amor y belleza paternal precioso *satisfactorio
y tanto el amor como la conyugal hermoso *sorprendente
belleza se nos muestran filial bello, lindo, bonito
* aceptable
en diferentes grados. AMOR BELLEZA
Nuestro INTELECTO
LEY ABSOLUTO E
INCAMBIABLE
busca conocer y comprender razonable
etapa racional
la verdad, y la verdad
lógica etapa de
comprensión
también se nos presenta
intuitiva etapa perceptual
en distintos grados.
VERDAD
Nuestra VOLUNTAD
EXCELENTE COMPLETO o
PERFECTO
busca bondad, y la
muy
bueno etapa de
lo sorprendente
bondad también se
correcto etapa de
lo satisfactorio
nos presenta en
bien etapa
de lo aceptable
distintos grados. BONDAD
El paradigma del valor reside en lo
pleno, lo verdadero o lo que es ley, y
lo completo. Lo máximo, pleno, satisfactorio, lo verdadero, ley, absoluto y lo
completo, total y perfecto, se desprende de la unidad con el valor absoluto.
Valor, es la cualidad contenida en el objeto, que satisface la necesidad del
sujeto que lo aprecia. Lo absoluto es aquello que es siempre y para todos
válido. Y la máxima plenitud es válida siempre y para todos, el máximo
conocimiento de la verdad o la ley es siempre y para todos válida, y la
creación máxima en perfección completa es siempre y para todo creador, válida.
Aquello que es siempre y para todos válido, tiene el poder y la capacidad de
unir a todos en ese criterio, por lo tanto el ideal de la creación es válido
siempre y para todos, porque contiene el planteamiento del proceso y
estructuras que funcionan para producir los valores absolutos. Cuando hablamos
de los principios de la creación, nos referimos a los siete requisitos
fundamentales para crear y a las siete leyes fundamentales de la creación, que
se fundamentan en el correcto crecer, multiplicarse y ejercer el dominio sobre
las cosas. Por lo tanto el cumplimiento de los principios de la creación,
produce valor absoluto, siempre y para todo válido.
b-LO FEO LO FALSO Y LO MALO
Es obvio pensar, que si valor es
la cualidad que satisface, la ausencia de valor
produce insatisfacción. Si la insatisfacción, proveniente de un objeto insuficiente que
evaluamos emocionalmente, decimos que la sensación de insatisfacción, contiene
fealdad, o es fea porque no nos complace, y no nos complace
porque es insuficiente.
En el estricto sentido, la sensación no contiene fealdad alguna, lo que ocurre es que el sujeto que percibe la
sensación, no aprecia la cualidad del
objeto o no le satisface a pesar de que la aprecia porque en algo es
insuficiente. Feo es sinónimo de desprecio. Llamamos feo a aquello que no
aceptamos, o no nos gusta, y no nos gusta, porque no nos satisface, luego es
insuficiente. Ahora bien, ¿quién determina la suficiencia o insuficiencia del
objeto?. El mismo objeto, puede ser suficiente para otra persona. El hijo de la
vecina, puede ser feo para mí, pero maravilloso para la vecina. El niño, es el
mismo tanto para uno como para el otro,
pero la determinación del valor es personal.
Aquí, debemos comprender las
diferencias entre observación y apreciación. Observar es poner la mirada en
algo, poner los sentidos en algo. Observamos los colores, las texturas, las
temperaturas etc. De la observación apreciamos sensaciones gratas o ingratas.
De las sensaciones apreciamos las gratas y despreciamos las ingratas.
Apreciamos lo agradable, lo reconocible, lo complaciente, por la sencilla razón
de que nuestra capacidad emocional, sólo es apta para recibir y admitir aquello
que la satisface. Del mismo modo que la antena de radio, solo puede recibir las
ondas en una determinada longitud, nuestra capacidad emocional, solo puede
admitir las sensaciones que establecen afinidad, correlatividad y recognición
semejante con la cualidad emocional que es el aprecio, o la unidad. Toda
escisión que produce ruptura o dolor es rechazada por nuestra emoción. Nadie
aprecia el dolor cuando le duele. Observan el llanto, pero la sensación de
dolor es absolutamente rechazada por la emoción, a pesar de que en ocasiones
puede ser aceptada por la conciencia en cierto grado. Pero no es conducta
absoluta la admisión del dolor por la emoción.
Podemos observar lo feo, pero difícilmente podremos aceptarlo e
interiorizarlo en nuestra emoción. En el estricto significado de apreciación:
“apreciar es dar o recibir el valor de lo observado”la apreciación de la
fealdad es imposible, porque lo feo no puede ser valorado por la persona.
Decimos que persona es aquél ser dotado de libertad (capacidad de optar por la alternativa válida) dotado de autonomía (capacidad de ser uno con lo que es siempre y
para todos válido, -Ley-) y dotado de responsabilidad (capacidad de realización completa del propósito de la creación,
mediante su libre voluntad y autodeterminación)
A una persona, le es imposible apreciar lo feo, lo falso y lo malo. A
pesar de que es posible observarlo, no puede apreciarlo porque no contiene los
atributos necesarios para hacerlo.
La tendencia maniquea, es
inviable en las personas. Del mismo modo que la persona no puede despreciar el
valor, tampoco puede apreciar la ausencia del mismo.
La persona ha sido concebida y creada para ser una con el valor, por
esa razón es libre, autónoma y responsable.
Es imposible apreciar lo feo porque si lo aprecio estoy dando o
recibiendo valor de lo que aprecio y por lo tanto si recibo o si ofrezco valor
estoy sintiendo la satisfacción del mismo y eso me hace sentir bien. Él sentirme bien es cierto y es bello.
Por lo tanto, a pesar de que creamos lo contrario, lo feo no puede ser apreciado porque apreciar
es dar o recibir valor. No debemos confundir la apreciación del valor con la
apreciación de la necesidad de comunicarlo.
En ocasiones ocurre que
conversamos sobre lo feo, lo falso o lo malo. Por ejemplo: dos personas
se encuentran después de un partido de fútbol y uno le dice al otro “¡ mira que
fue malo el partido, jugaron pésimo!”. Alguien diría que están apreciando lo
malo que fue el partido, porque existe una “observación” del mismo; a veces
confundimos el término apreciación de dar o recibir valor, con calificación,
evaluación o análisis de una situación. En este caso no están apreciando lo
malo del partido, se está evaluando o calificando una situación
observada y están apreciando la necesidad de comunicarlo. El deseo de comunicar
es bueno, pero el partido fue malo. El partido no se apreció porque no se
valoró, muy al contrario se despreció, pero sí se apreció la necesidad de
comunicarlo.
Si la insatisfacción proviene de un concepto u objeto que evaluamos
intelectualmente, decimos que la sensación de insatisfacción es falsa. La
falsedad tampoco existe contenida en el objeto o en la sensación. La falsedad consiste en la insatisfacción intelectual
debida a un juicio insuficiente o incorrecto o en desacuerdo con el receptor.
Es imposible apreciar un juicio falso. Esto es quizá más difícil de
aceptar a primera vista, puesto que es
habitual emitir mentiras, pero decir una mentira no significa que honestamente admites la veracidad de lo
emitido. Lo normal es decir la mentira siendo consciente de su falsedad pero
emitiéndola por alguna razón que la
hace necesaria. Nadie admite un juicio falso, sabiendo que es falso, por
verdadero.
¿Cómo podemos decir que apreciamos la mentira cuando ya la estamos
connotando de inválida? Podemos admitir algo que no es cierto, pero cuando lo
admitimos estamos convencidos de que es válido. Tal vez después reconocemos que
eso es falso, pero en el instante de admitirlo, lo aceptamos como válido.
Si la insatisfacción, proviene de un objeto que muestra imperfecciones,
o que no es como esperábamos, decimos que es malo. Malo es todo aquello que no
reconocemos, que nos produce insatisfacción o daño. Malo es aquello que no
establece un orden con nuestras expectaciones, porque no nos satisface. Lo
malo, tampoco está en el objeto, no
existe el objeto malo. Quien califica lo malo no es el objeto en sí, sino el
sujeto insatisfecho. Lo que para uno es malo, para otro puede ser apreciable y
satisfactorio. Lo malo, lo falso y lo feo son meros niveles de insatisfacción
en el apreciador, por lo tanto no podemos definirlos como valor, porque no
satisfacen. Lo malo, es una insuficiencia, lo falso, es un ocultamiento de la
verdad o una incorrección y lo feo,
es aquello que produce una
insatisfacción. La insatisfacción está lejos de la plenitud, la falsedad está
lejos de la ley y lo malo está lejos de lo completo. El estándar
absoluto de valor reside en la plenitud, en lo que es siempre y para
todo válido, es decir en lo que es ley,
y en la bondad de la excelencia completa, en lo perfecto.
c-EL BIEN Y EL MAL
El conflicto entre el
placer y el dolor se transforma en el conflicto que se expresa en los términos
de “lo bello y lo feo” “lo verdadero y lo falso” y “el bien y el mal”.
G.E.Moore en su Principia Etica (1903) nos dice que el bien es un concepto simple,
indefinible, y no-natural. Y, separa el
bien intrínseco del bien como un
medio transitorio. El bien como fin no existe, sólo existe la apreciación
temporal del bien.
Diciendo que el bien es un concepto “no-natural ”, Moore desea acentuar la
diferencia que según él, existe entre concepto y una propiedad empírica
cualquiera. Moore explica que el hedonismo, debe su éxito al “sofisma
naturalista” según el cual, se supone, que el placer esta envuelto de alguna
forma, en la definición del bien y que se debe a una confusión de la opinión
plausible, según la cual, toda cosa intrínsecamente buena, contiene algo de
placer, con la errónea, de que este bien, es siempre proporcional al placer.
Sin duda, el utilitarismo exacerbado de Moore, impidió comprender las variantes
en la apreciación, al considerar al valor potencial en sí mismo como objeto
aislado del sujeto que lo aprecia.
Benedetto Croce explica, lo negativo como no inexistente. El concepto del bien, se
basa en lo apreciado, entendido, o aceptado y el concepto del mal se basa en lo
no apreciado, no entendido, o no aceptado, por lo tanto, el mal no tiene
existencia. Según Croce, es imposible querer el mal por el mal, porque, el que
quiere verdaderamente, lo que quiere, es el bien siempre, porque
para quererlo debe apreciarlo, entenderlo o aceptarlo.
Hastings Rashdall (1858-1924) en su libro “El Bien
y el Mal ” expone la concepción del utilitarismo ideal de la manera más
completa posible. Clasifica como los tres valores intrínsecos esenciales a: LA DICHA o (el bien por parte afectiva) LA
VERDAD o ( el bien por parte cognitiva)
y LA VIRTUD o (el bien por parte volitiva)
Tanto la experiencia de la dicha, como de la verdad o la virtud, son
gratas y apreciables, puesto que contienen una dosis de valor, que posibilita
la satisfacción del apreciador. Cuando la necesidad, interés, o deseo del
apreciador, encuentra algún grado de
satisfacción en la sensación, concepto, u objeto apreciado, decimos que este se
halla en posesión de un bien. Este “bien” se nos presenta, dependiendo de nuestra apreciación como
verdad ética, (gozo)
verdad científica, ( ley )
o verdad estética, (orden ) .
La ética, la ciencia y la estética, son
percepciones próximas que operan mediante principios paralelos, el principio de
la correlatividad, reconocimiento y correspondencia o parecido.
El británico I.A. Richards,
especialista en literatura inglesa, quiso demostrar que la experiencia estética,
no debe considerarse como una actitud mental, diferente a la científica o ética. El piensa, que la
finalidad y criterio del arte, residen
en la capacidad de añadir una armonía más a la forma, en cómo se realizan
algunos diversos impulsos e inhibiciones.
Pensadores adscritos a la objetividad en la ética y en la ciencia, han
optado por la subjetividad en la estética. Históricamente el problema de la
objetividad y subjetividad ha encontrado una mayor discusión en términos
estéticos y éticos.
conclusión
Para concluir podemos decir que el bien, es todo aquello que satisface
una necesidad (gozo), interés (justo), o
deseo (orden), dirigidos en pro del incremento valórico, y que el valor es un
deber inmanente. El valor reviste un carácter de necesidad absoluta y de validez
unilateral.
También debemos comprender que el valor de lo creado, lo aprecia el ser
humano y este tiene dos propósitos, uno individual y otro de conjunto. Por un
lado tiene el propósito de dominar la creación (lo que ordena con lo creado) y por otro, el de adquirir felicidad en su dominio. Esto le
conduce a tener dos tipos de deseos, uno por realizar valor, ( para él y ante los demás) y otro por buscar
valor. (buscar alegría hallando valor en la creación)
Cualquier propósito permanece
sin sentido, a no ser que sea actualizado. Este es el porqué estamos motivados
a realizar trabajos fruto de nuestro deseo por encontrar valor.
Decimos que los valores de belleza, verdad o
bondad, son absolutos en sí, pero
esta afirmación no es correcta.
Decimos que los valores son absolutos, no porque su contenido sea absoluto,
sino porque son absolutamente necesarios.
El contenido del valor es potencial, se
muestra en distintas facetas, emocional, intelectual o volitiva, y en cada
faceta existe contenido un potencial de nivel o estándar variadísimo, por lo
tanto el contenido del valor es correlativo, o correspondiente con el estándar
de apreciación, en la faceta que interesa al sujeto que lo percibe.
Lo absoluto del valor reside en
la necesidad que el sujeto siente por él y en la experiencia de complacencia
que se deriva del mismo.
La necesidad por el valor de la
belleza, de la verdad y de la bondad es absoluta. La apreciación de las
bondades del objeto, varía de acuerdo al sujeto que las percibe.
Por sobre la apreciación del sujeto que percibe el valor de lo bueno, o
del bien, existe un estándar absoluto de conciencia del bien, así como también
existe un estándar absoluto de conciencia de verdad y de belleza. Este estándar
reside en el origen de la creación, en la personificación de la Causa creadora
o sujeto del hombre. El hombre como objeto creado por el Creador, también
contiene una porción de la conciencia original, donde se encuentran contenidos
los atributos de belleza, verdad y bondad absolutos, pero en el estándar de
desarrollo personal del individuo, y con la capacidad de madurar hasta
igualarse con el nivel de lo perfecto, esto es lo que posibilita una
correlatividad, recognición y correspondencia o parecido entre el hombre y su
creador. El objeto observado por el hombre, contiene también el valor potencial
de establecer la correlatividad, reconocimiento y correspondencia o parecido
con él, de esta forma adquiere el hombre
el valor de lo apreciado, comprendido o realizado.
Lo que está bien, es aquello que
reconocemos y nos satisface, si nos satisface es porque lo reconocemos, si lo
reconocemos es porque lo contenemos. Si lo contenemos, todo lo que nos
satisface es similar a lo que somos. Apreciamos la belleza, porque contenemos
belleza; apreciamos la verdad, porque somos contenedores de verdad; apreciamos
la bondad de lo bien hecho, de lo completo, porque somos completos.
El valor existe como necesidad
absoluta, eterna e incambiable y es sólo después de satisfecha esa necesidad
que el valor se hace realidad. Por lo tanto lo bueno, el bien, lo bello, o lo
agradable, y la verdad o lo cierto, no existe antes de satisfacer la necesidad
de un apreciador. El bien, es aquello que produce un gozo pleno, justo y
ordenado correlativamente con el apreciador.
d- LA VIDA
En el más amplio sentido de la
palabra, vida, es el conjunto de fuerzas que permiten la satisfacción de un
propósito. El propósito del hombre, de los animales, de las plantas, de las
moléculas, átomos y partículas. Todo aquello que se mueve de manera autónoma (auto = sí mismo, nomo = de acuerdo con la
ley) contiene vida o fuerzas que permiten y posibilitan la realización de
su propósito.
Las fuerzas que permiten la consecución del propósito de la vida humana
son dos: la fuerza del afecto y la
fuerza del instinto. La primera se comprende como el conjunto de
fuerzas que permiten la unidad emocional, intelectual y volitiva. La segunda,
se entiende como el conjunto de fuerzas que permiten las funciones, procesos y
sistemas de nutrición y desarrollo del cuerpo físico.
Para satisfacer al propósito
individual y de conjunto, que es el medio, que nos permite desarrollar la
capacidad afectiva, es necesario del ejercicio del aprecio, recognición y
realización del encuentro con el valor mediante establecer relaciones en
unidad. El propósito del desarrollo es
el vínculo con el propósito de la creación.
Para satisfacer el propósito del desarrollo
espiritual, es preciso del vínculo en unidad con el valor, en paz y de manera
responsable. Para satisfacer el propósito del desarrollo físico, es preciso de nutrientes, ejercicios
y funciones que faciliten el desarrollo
del cuerpo físico.
Ambos desarrollos, precisan de la
capacitación ordenada, en consonancia con los principios de la creación.
e-LA FUERZA DEL
AFECTO Y LA FUERZA DEL INSTINTO
En el reino animal, la fuerza del instinto conduce de manera automática
las funciones vitales del animal, el animal sabe cuanto debe comer, cuanto ha
de beber y cuando, como y con quién ha de obrar su ejercicio copulativo,
reproductor.
El ser humano, ha llegado hasta el extremo de ignorar los límites de
sus funciones instintivas. Por ejemplo, existen
personas que no saben con quien,
con cuantos, o de qué manera deben tener relaciones sexuales o reproductoras. Es más, en algunos casos, no
entienden si es, o no es necesario del uso del aparato reproductor. Unos lo
utilizan para jugar con él, otros para intercambiarlo con gentes de su mismo
sexo, otros utilizan el órgano sexual, para cualquier cosa, menos para
satisfacer su función reproductora. La
ignorancia en cuanto a la función y
propósito del órgano sexual, ha guiado al ser humano a su condición de
homínido, perdiendo con ello su cualidad de persona. Recordemos que persona es
el ser libre, autónomo y responsable. El uso impropio del sexo, condena al
hombre a un estado de dependencia del instinto, de ignorante de la ley y de
irresponsable, por lo tanto transforma a la persona en homínido, rebajándolo
por debajo del estándar instintivo.
El instinto humano, ha de ser dominado
y conducido por la fuerza del afecto. No basta con el instinto para ser humano.
De hecho, si se utilizara únicamente el instinto en el hombre, sería muy
probable que dirigida por la fuerza del
instinto, la humanidad entera se autodestruyera. Un hombre sin prudencia, sin
justicia y sin templanza, sería el peor enemigo de toda la creación.
Es difícil encontrarse con animales que padezcan de bulimia o de
anorexia, o de homosexualismo y lesbianismo, difícilmente un animal ejercita el
acto de copular, fuera del periodo de celo. Estas regulaciones automáticas no
las tiene el instinto del hombre y por lo mismo es un hecho que un hombre sin
conciencia capaz de dominar el instinto, es un ser sin vida, un fracasado, un
ser al servicio de su propia destrucción.
El hombre ha de dominar al
instinto con la fuerza del afecto. Para eso es
necesario del conocimiento del valor y de las leyes fundamentales de la
creación. Una vez comprendidas las leyes de la creación y el funcionamiento de
la relación correcta, el joven debe ejercitar la posición conductora de su
mente sobre sus instintos. El instinto es tu competidor; su intención es
siempre la de sobrepasarte. La de tomar la posición directiva. Él tiene tanto
interés en madurar y en beneficiarse, como tu conciencia.
El periodo de crecimiento del niño está repleto de momentos donde el
instinto conduce a la conciencia del afecto, la supera, la sobrepasa. Mirad lo
que ocurre en un cumpleaños y veréis cuantos niños son dominados por sus
instintos.
¿Cómo se domina al instinto? Mediante condiciones, al instinto sólo puede dominarlo la determinación de ser su
conductor. Esta determinación se desarrolla con esfuerzos o condiciones
de tiempo, durante el cual el instinto es sujeto a la dirección de la persona
que lo conduce. Por ejemplo, el ejercicio físico es una manera de desarrollar
la determinación en el joven y de generar en él una actitud de dominio sobre su
cuerpo. El utilizar una agenda donde se cumplen las tareas del día, es otra
condición. El ordenar la alimentación, el sueño y el trabajo son otra condición. Estas condiciones
reestablecen la posición directiva de la conciencia del individuo sobre su
cuerpo.
La conciencia es una entidad autónomo-selectiva-reflexiva cuya función
persigue y se dirige hacia el valor.
La conciencia,
dispone de los atributos emocionales, intelectuales y volitivos para el
encuentro con el valor. La conciencia es directora y conductora del proceso y
estructuras que establece en su camino hacia el valor, para proteger, y
asegurar el logro de su esperanza, dispone de tres servidores:
La prudencia, servidor que protege a la
intencionalidad, para que, al hacer uso, de su libertad de opción, esta pueda
elegir la alternativa válida. La misión de la prudencia es la de proteger la
elección para que la opción sea la correcta. Otro servidor es:
La fortaleza, que protege
la consecución del logro. La fortaleza esta al servicio del cumplimiento del
propósito. Con el uso de fortaleza se cumple el propósito. Pero para cumplir
cualquier propósito es necesario de superar la tentación del periodo intermedio
(división) esta es la función del servicio de la fortaleza. El tercer servidor
es:
La templanza. Siempre
cabe la posibilidad de que el objeto no reciba lo suficiente y de que se
extralimite, para lo cual es necesario de cierta flexibilidad en el sujeto.
Esta flexibilidad es la templanza que facilita la consecución del logro aún en
situaciones donde el objeto se extralimita.
En el interior de la base de cuatro posiciones, se establece una fuerza
por la unidad, entre las posiciones de causa y efecto, y de sujeto objeto, a
esta fuerza la conocemos como el celo. El celo es la fuerza que une, así como
el afecto y el amor.
Celo, afecto y aprecio son tres calificativos para la pretensión de la
unidad.
Sentimos celos de quien amenaza nuestra
unidad.
El celo, podemos decir
que es el protector de la unidad, pero el celo únicamente busca la unidad. La
diferencia entre el celo y el afecto está en el hecho de que el afecto se da
por el beneficio del otro, mientras que el celo, se da cuenta de que la unidad
con el otro, está siendo amenazada. El celo surge cuando la unidad se
descarrila, cuando se establece fuera de los márgenes de lo correcto. Por eso
decimos que el celo es un servidor que surge para proteger la unidad.
Este es el servidor más difícil de dominar, porque aparentemente
pretende la unidad, pero en algunos casos impulsa a la unidad antes de tiempo,
o fuera de lugar. El celo puede desposicionarnos y descontrolarnos. Esta es la
razón por sobre la que descansa, el propósito de dominar al celo, previo a la
relación copulativa.
La persona que establece su relación
copulativa, después de dominado y posicionado el celo, realiza la unión entre
sujeto y objeto al servicio del cumplimiento del propósito de la creación, lo
que determina a la estructura base de cuatro posiciones, como pura,
completa, verdadera, auténtica,
autónoma, libre y responsable.
El estándar paradigmático
de la vida, reside en el dominio de los servidores.
La persona que logra dominar la prudencia en la opción, va a elegir siempre la
alternativa válida. La persona que domine la fortaleza, llevará a término todas
sus empresas. La persona que domine la templanza, será capaz de afrontar
cualquier dificultad, sin perder los estribos. Y el hombre que domine el celo,
podrá decirse puro y auténtico en el amor. La función del hombre, radica en
tomar el punto de vista de Dios en todo y siempre. Eso quiere decir que en cada
opción debe tomar el punto de vista que beneficie al todo y siempre, por sobre
su propia opción personal. Para eso ha de aprender a sacrificarse y a negarse a
sí mismo. Radica también en mantener el dominio de su posición. Ya sea esta de
sujeto o de objeto en la acción, y de mantener la posición correcta. Además ha
de ejercitar el bien, multiplicándolo entre sus inmediatos. Por sobre todo ha
de controlar y dominar al instinto. Si se entrega a los deseos del instinto, es
fácil que pierda su condición de ser humano y se transforme en veleta. La
veleta no tiene rumbo, ni dirección.
f-TRADICIÓN
VALORICA
El ejercicio de la verdad, de la bondad y del afecto, se transmite de
generación en generación, eso crea tradición. La educación del ser humano
pretende capacitar al individuo con los atributos que completen su
autenticidad. Un hombre o mujer auténtico, es aquel o aquella que satisface a
la voluntad del propósito para el cual ha sido creado. El hombre ha sido creado
para convertirse en la unidad de la significación máxima, es decir en el centro
de las actividades físico-espirituales, o psico-físicas.
El propósito del hombre, es el de convertirse en uno con los valores de
plenitud, ley y completación, para lo cual ha sido dotado con las capacidades
de libertad, conocimiento y dominio. Libertad para poder optar por la
alternativa válida, conocimiento para encontrar la razón y la ley y dominio
sobre sus instintos. Para encarnar esta realidad el ser humano ha de
capacitarse y educarse.
Lo absoluto, es decir aquello que
es siempre y para todos válido, nos muestra un carácter incondicional
universal. Todo aquello que es válido es válido para todos siempre, eso lo
connota de incondicionalidad. Por lo mismo El ser humano ha de educar su
carácter en el desarrollo de la incondicionalidad. Debe educarse en el darse
por el beneficio del todo siempre y para todo. Lo absoluto, aquello que es
válido siempre y para todos tiene la cualidad de multiplicarse.
Todo aquello que es válido,
produce valor y ese valor busca reproducir su validez. Por lo tanto el ser
humano debe educarse en la correcta multiplicación, en aquella multiplicación
que es completa, correcta o verídica y plena para todos siempre. Lo absoluto,
aquello que es siempre y para todos válido, ejerce un dominio sobre la
creación, puesto que todo lo creado busca valor. Del mismo modo el ser humano
debe educarse en el ejercicio del verdadero dominio, dominio sobre sus impulsos
y sobre sus inhibiciones y dominio sobre sus instintos.
La educación es acumulativa en el hombre. Aquellas mejoras de una
generación benefician a la generación posterior. El esfuerzo de uno, significa
el descanso de muchos. El descubrimiento de uno, puede aliviar los dolores de
muchos. El heroísmo de uno, permite la autonomía del todo, etc. etc.
Tradición es el conjunto de afinidades ideológicas, de criterios y
normas de conducta, o pautas de comportamiento generadas por el conjunto de
personas, que componen una entidad social.
Toda educación está basada en un ideal. El ideal del ser humano es el
de encarnarse en la experiencia de plenitud, ley y responsabilidad. Para eso es
preciso de significar la incondicionalidad paternal del corazón maduro, siendo
capaz de empatizar con cualquier otro, sea este mayor o menor, de una clase
social u otra, y de unas características u otras. La empatía con el padre,
aproxima al joven a la identidad del padre.
La educación ha de enseñar al joven a sentir como padre, a comprender
como padre y a actuar como padre. Esta es la mejor forma de crear familia.
La educación, debe hacer hincapié, en la educación de la norma de
conducta. En el cómo ubicarse frente a los demás. En una familia, existen tres
niveles, el nivel de los hijos, el nivel de padres y el nivel de abuelos.
Jerárquicamente hablando, la posición de conductor o director de la
familia, la poseen los padres, pero cuando los hijos de estos padres se casan y
tienen hijos, transforman a estos padres en abuelos. Los abuelos son entonces
los conductores de la familia.
En nuestros días, compartimos la
realidad con padres y abuelos naturales, pero no podemos llamarlos, ni padres
ni abuelos espirituales. Nos dieron vida física, pero no nos dijeron claramente
cual es nuestro origen, identidad, ni propósito. No nos educaron en la
tradición de lo que es siempre y para todos válido, es más, tanto nuestros
padres como nuestros abuelos, están tan confundidos como cualquier padre o
abuelo de cualquiera. Eso nos obliga a cada uno de nosotros a emprender
heroicamente el camino de la restauración de la paternidad.
Ahora que sabemos cómo ser
auténticos, debemos transformarnos es personas que encarnen los atributos de la
incondicionalidad frente, a lo que es siempre y para todos válido; que encarne
el criterio razonable de lo que es ley, encarnando en nuestras relaciones la
realidad fundamental del Universo. Obrando y adquiriendo criterio, en base, a
la ley del dar, y a sus siete leyes fundamentales, o leyes de la creación. Y
por último es preciso encarnar el dominio sobre los instintos y servidores
espirituales.
Este yo reformado o restaurado, que muestra libertad, seguridad y
dominio en su quehacer diario, durante el tiempo prudencial como para afirmarlo
como sólido en el ideal, o consolidado en el valor absoluto, estaría listo para
iniciar su camino de desarrollo conyugal y paternal con su pareja.
De esta unión incondicional con
su pareja, brotarían hijos incondicionales, hijos que verían al padre como
verdadero, no sólo porque es su padre natural, sino porque además lo nutre
espiritualmente con una educación del corazón, una educación de la norma y una
educación del dominio sobre su instinto y sobre sus servidores (prudencia,
fortaleza, templanza y celo)
Este nuevo modelo de padre que
opera en función de lo absoluto, se transforma en modelo no sólo para su
familia, sino también se transforma en modelo social, puesto que dentro de su
incondicionalidad hacia los demás, estos verán en él al ejemplo a seguir, al
maestro, al líder y al padre ejemplar.
El ejemplo de este padre reformado, o
restaurado pasa a ser tradición, puesto que se convierte en el ejemplo a
seguir.
g- CONCIENCIA DE
VALOR
Conciencia es una entidad autónomo selectiva y reflexiva, (en el
sentido que busca el reflejo de su entidad, para unirse con él en complacencia)
Conciencia es la propiedad de
formular juicios normativos e inmediatos sobre la cualidad contenida en el
objeto, que satisface al sujeto de conciencia. La conciencia es ser,
conocimiento del ser y correlatividad con el ser.
Cuando hablamos de conciencia, estamos refiriéndonos al estándar
paradigmático de plenitud, de ley y de perfección absoluta. La conciencia
encierra en sí misma atributos paradigmáticos de belleza, verdad y bondad.
Todos ellos contenidos en la conciencia o entidad autónomo selectiva que está
enfocada hacia el valor. Conciencia y valor, valor y conciencia, son
inseparables. El conductor del ser, es la conciencia del ser.
El contenido de la conciencia es consecuencia del contenido universal
de lo absoluto. Conciencia es estándar
paradigmático de lo que es siempre y para todo válido, es una porción del
estándar absoluto del valor. Conciencia es valor. Sin valor la conciencia anula
su razón de ser. La conciencia sólo puede ser, en tanto en cuanto es valor. El
ser discierne en función de comparar lo que aprecia, con el estándar de
conciencia original o de conciencia adquirida que posee. Sin conciencia, no se
puede discernir. Sin conciencia del valor no hay valor, sin conciencia de la
belleza, no hay belleza, sin conciencia de la verdad, no hay verdad y sin
conciencia de la bondad, no hay bondad.
Si, en la conciencia se encuentra nuestro estándar paradigmático de la
belleza, de la verdad o de la bondad, "canon de la inducción" ¿Cuál
es ese estándar?
El nivel más elevado de belleza es el grado de complacencia plena. La
Plenitud es imposible de superar. El grado más elevado de satisfacción es la
Plenitud, por lo tanto el grado de conciencia de la belleza más elevado, es el
grado de Plenitud.
El nivel más elevado de verdad es aquello que es siempre y para todos
válido, y a eso se le denomina Ley. Ley es el estándar más elevado de la razón, es el estándar más
elevado de verdad, por lo tanto la conciencia contiene el estándar
paradigmático de la Ley.
El nivel más elevado de la bondad es aquello que está completo o
perfecto, por lo tanto el nivel o estándar paradigmático de la conciencia de la
bondad es lo perfecto o lo completo.
Lo completo lo que es ley y
lo pleno son los niveles de comparación con los cuales discierne la conciencia,
para apreciar el nivel de valor de cada uno de los objetos en estudio.
La Conciencia contiene además el sentido de identidad. Reconoce lo que
le pertenece porque en potencia, contiene todos los atributos y capacidades
para ser. Ser pleno, ser reconocido y ser completo. Todos deseamos sentirnos
plenos, sentirnos reconocidos y ser completos. Este deseo está en cada
conciencia de cada ser. Es el sentido de identidad contenido en cada uno.
Puesto que la conciencia no es del dominio humano, el humano únicamente
debe realizarla de manera auténtica y completa. Para eso ha de madurar el
sentido de la incondicionalidad universal, ha de madurar en la recognición de las
leyes fundamentales del universo, y ha de madurar en el dominio sobre la
creación. De esta manera adquiere las características originales de ser libre,
seguro y responsable. Ese es el grado de conciencia, y la clase de conciencia
que podemos llamar original. Esta conciencia estaría lista para unirse con la
protoconsciencia cósmica a la cual pertenece.
Toda conciencia incompleta, irreconocible e insuficiente, ha de
completarse, mediante el ejercicio de la colaboración directa o indirecta, con
otra conciencia que se encuentre en estado inconsciente. Esto es un poco
difícil de realizar, porque generalmente la conciencia está operativa en la
persona a la que pertenece. Y encontrar el momento adecuado como para conducir
a la otra persona a realizar algo que te beneficie, es muy difícil. Por lo
tanto es preferible realizar el desarrollo de la maduración de la conciencia
original en vida, mientras se está en el ambiente físico.
El hombre ha de perseguir la experiencia de la conciencia Plena,
de la conciencia sabia en la comprensión
de lo que es Ley, y de la conciencia que es completamente perfecta, madura y
completa.
Ha de perseguir el llegar a ser un verdadero padre, un verdadero
maestro y un verdadero líder. La perfección reside en lo absoluto en lo
que es siempre y para todos válido.
h- EL VALOR MORAL,
Donde hay más de una visión, hay división. El valor moral, es producto de la relación entre conciencia y
conducta. Cuando la conducta de la persona obedece, es coherente y corresponde
con el estándar universal del valor absoluto, contenido en la conciencia
original del individuo, aparece el valor moral, en su estado más noble.
La moral del individuo ha de estar en sintonía correlativa con los
Principios de la Creación. En sintonía con las funciones posicionales y con los
procesos cumplidos de acuerdo a dichas funciones originales. Es decir : La
moral del individuo ha de fundamentarse sobre la conducta afectiva, confiada y
completada, siempre y para todo.
La conducta moral del individuo, ha de realizar en él un ser válido,
autónomo y responsable. Para lo cual ha de poseer la conciencia del valor
absoluto, el conocimiento de la verdad absoluta y ejercer la tradición absoluta
de la unidad completa.
La persona poseedora de estos valores en su conciencia, operaría
siempre en beneficio de su mente y de su cuerpo. Beneficiar a la mente, es
poner al pensamiento, al propósito, a la necesidad, interés o deseo, en la
posición de dirigirse siempre hacia el logro de una intención válida, correcta
y completa. Por esta razón es necesario hacer uso del dominio sobre la
prudencia, sobre la firmeza y sobre la templanza. El hombre, que domina a estos
servidores, puede superar al celo, y transformarse en un individuo moralmente
maduro.
i-EL VALOR ETICO
Donde hay más de una visión, hay división. El valor ético, se desprende de las relaciones interpersonales. Las
relaciones entre personas, tienen dos direcciones, una vertical, de arriba
abajo o de abajo a arriba, y otra horizontal de izquierda a derecha o de
derecha a izquierda, frente y atrás. Mientras que la relación vertical es
solamente una, arriba abajo, la relación horizontal es doble; por un lado es de
izquierda a derecha y por el otro lado es frente y atrás. Una dirección es
frontal y la otra es perpendicular a esta.
¿Quién ocupa estas posiciones en la relación interpersonal? El padre e
hijo, o los padres e hijos, ocupan las posiciones de verticalidad, ¿Porqué? Por
ser los hijos creados por los padres. Al ser creado, se establece la relación
de causa y consecuencia. La realidad entre causa y consecuencia se mide en
tiempo. Tiempo es proceso y por lo mismo, vertical.
Por lo tanto la relación de padre a hijo o de superior a inferior, o de
mayor a menor, es siempre vertical.
La posición horizontal, la ocupan los hermanos, cónyuges y amigos. Al
frente los mayores, los más viejos y atrás los más jóvenes o los menores. En
una relación de producción, tienes al frente a los más expertos en el tema y
atrás a los menos expertos, siendo ambos productores. Por lo tanto en un
estrato horizontal, existen las posiciones de al frente o más experto y atrás
menos experto, y, derecha del padre o director e izquierda del padre o
dirigido.
La normativa funcional de la dirección vertical, es la de que el hijo
ha de ser siempre leal y obediente absolutamente al padre, y la de que el padre
siempre ejerce una conducta afectiva, sincera y responsable hacia sus hijos, lo
que produce una actitud de piedad filial en los hijos.
La normativa funcional de la dirección horizontal, es la de que el
sujeto, seduce con afecto incondicional, persuade con verdad y motiva con el
ejemplo de lo bien hecho al objeto, quien retribuye con lealtad voluntaria e
incondicional.
Fruto de esta normativa conductual, aparece la ética en las relaciones.
La ética liga a las personas en el valor. Por lo mismo, si pretendemos el
desarrollo ético de las personas, estas han de comprender y obrar siempre en
función del valor que es siempre y para todos válido.
Las relaciones interpersonales, han de estar basadas en la visión de la
unidad, de la verdad y de la paz. Esta visión permite a la persona
solidificarse y madurar completamente, para lograr después, la unidad familiar.
Permite a las familias adquirir un estándar de satisfacción plena, de confianza
absoluta y de maduración completa, para lograr después la unidad social.
Permite a las sociedades, alcanzar un estándar de madurez, en la confianza y en
la paz, desarrollando al máximo los potenciales productivos de su sistema, para
lograr después la unidad nacional. Permite a la nación, alcanzar el más alto
estándar de libertad, de seguridad y de productividad, para alcanzar después la
unidad continental. Permite al continente alcanzar un estándar de madurez en la
validez, en la seguridad y en la productividad, para lograr después la unidad
mundial, universal y cósmica. Este es el propósito de la ética en las
relaciones.
j-EL VALOR ESTETICO
Donde hay más de una visión, hay división.
El valor estético se fundamenta en el trabajo bien hecho y completo. Lo bien
hecho es aquello que satisface al creador y al apreciador, pero para que sea
universalmente reconocido como bien hecho, ha de satisfacer al Todo y siempre,
para lo cual es necesario que el objeto creado esté completo. Lo completo, lo
reconocible y lo plenamente satisfactorio, es bueno. Esto nos indica que lo
inconcluso, lo irreconocible e insatisfactorio, no lo es. También podríamos
apreciar esto desde el punto de vista, de que lo completo, lo reconocible como
verdadero y lo plenamente satisfactorio, es bello. Y por supuesto, lo incompleto,
lo irreconocible y lo insatisfactorio, no lo es.
El valor estético, contiene tres atributos en sí mismo, el atributo de
lo bello, de lo cierto y de lo bueno. El bien, la verdad y la plenitud, son
tres estados del valor estético. Aquello que es verdad, satisface y está bien;
aquello que está bien, satisface y es verdad; y lo que satisface, generalmente
es verdad y está bien.
La estética persigue la creación completa. Completo significa, pleno,
reconocible y perfecto. A la búsqueda del valor de la excelencia, de lo supremo
y de lo completo, se le denomina estética.
Lo completo es aquello que no necesita de más, que no puede ser más
verdad, y que no puede ser mejor. Este estándar de valor, es designado por el
estándar del apreciador que lo percibe. Del nivel del estándar del apreciador,
dependerá el nivel de completación de lo creado. El estándar absoluto es el de
la completación universal de los principios de la creación. El logro de dicho
estándar, es únicamente alcanzable por el Creador del cosmos, lo que nos
permite una libertad enorme en el desarrollo de la creatividad y de la
estética, puesto que jamás el hombre podrá lograr coincidir, por mucho que se
aproxime, al estándar cósmico de
apreciación del Creador.
k- EL DESARROLLO DEL VALOR
Valor, es la cualidad contenida en el objeto que satisface la necesidad
del sujeto. El valor se desarrolla, mediante el mantenimiento continuo de la
apreciación. Apreciar es dar o recibir el valor de lo creado. Al recibir el
valor, se produce satisfacción. Al satisfacerse, se crea la necesidad por una
mayor satisfacción. Así como se degusta un plato, y su sabor provoca la
necesidad de un poco más, del mismo modo la apreciación, provoca la necesidad
por seguir apreciando. Al apreciar, lo apreciado deposita una experiencia emocional,
intelectual o volitiva. Dicha experiencia acumulativa, desarrollo el nivel de
apreciación con lo que se madura el estándar del valor.
El valor de la belleza se desarrolla apreciando lo bello, el valor de
la verdad se desarrolla apreciando lo verídico, el valor de la bondad se
desarrolla apreciando lo bien hecho. La actitud apreciativa es la acumulativa
del valor. El ser apreciativo es generalmente el que se aproxima a los más
altos estratos del valor, tanto moral, como ético o estético.
l-EL ESTADO DEL VALOR
Valor es el producto del intercambio correlativo, recognitivo o
correspondiente con el apreciador. Valor es una experiencia, un sentimiento, un
estímulo grato. Se podría decir que el valor es un estado, en el que se
experimenta la posesión de un bien. Ser valiente es tener esa determinación
infranqueable de buscar el estar en posesión de un bien. Debemos diferenciar el
ser valiente, con el ser arriesgado. El arriesgado, generalmente es imprudente
y temerario, mientras que el valiente, persigue aquello que le proporciona el
sentimiento de estar en posesión de un bien.
Decimos que valor es un estado, porque no se puede transferir,
compartir o contener en algo. El valor es una experiencia propia de cada uno.
Por ejemplo el amor no se puede transmitir, transferir o transplantar. O se
siente o no se siente. Por lo tanto el valor surge de la correcta relación,
surge de la armonía, de la correlatividad, del reconocimiento y de la
correspondencia o parecido.
Las cosas no tienen un valor incambiable, intransferible, o por sí mismas. Si pensamos en aquellos
objetos de valor, seguro que nos vienen a la memoria los diamantes o el oro.
Pero ¿de qué me serviría un lingote de oro o un diamante de dos kilos, en el
mar, cuando después de un naufragio estoy a punto de ahogarme?¿Cuánto vale algo
que no sirve? ¿qué vale más para un naufrago, el diamante de un kilo o una
llanta de auto? ¿Dónde está el valor del diamante?... En la apreciación del
individuo.
¿Es entonces el valor absoluto o relativo? A la luz de nuestro ejemplo,
podríamos pensar que el valor es relativo a la apreciación del individuo. En un
sentido es el individuo quien determina el valor de lo apreciado, pero
únicamente puede apreciar aquello que es correlativo reconocible y
correspondiente, por lo mismo, porque únicamente puede apreciar lo que es
correlativo, decimos que el valor es absoluto.
Es absoluto porque únicamente se puede experimentar mediante la
correlatividad, recognición y correspondencia entre un sujeto apreciador y un
objeto apreciado. Y es relativo a la necesidad, interés o deseo del apreciador.
En este sentido es necesario establecer la correlatividad entre sujeto
y objeto, pero a la vez es preciso tener la necesidad, interés o deseo por
apreciar. Esta dualidad entre correlatividad y necesidad es indisoluble. No se
puede experimentar el valor sin apreciarlo, y no se puede apreciarlo sin
experimentarlo, lo que transforma al valor en una realidad absoluta.
El valor es absoluto puesto que siempre complace a todo el que lo
experimenta.
ll-LA ACTITUD FRENTE AL VALOR
Decimos que el valor, para que se experimente hay que apreciarlo,
reconocerlo y poseerlo. Esto nos lleva a adoptar una conducta de aprecio,
reconocimiento y creación frente al valor.
Al apreciar las obras, palabras y
personas, las transformamos en valor. Y en oposición a esto, al despreciar las
obras, las palabras y las personas, las transformamos en inválidas.
La conducta del valor es siempre apreciativa, lo que no significa que
se acepte lo incorrecto, lo invalido o lo insatisfactorio, como aplicable al
modus operandi del sujeto apreciativo. El sujeto que aprecia el valor de las
personas, pensamientos y obras, ha de estar estrechamente vinculado y conectado
con los principios de la creación, para que su conducta apreciativa no se
desoriente y se pierda en el abandono a cualquier cosa.
Valor es una cualidad que satisface, y se transforma en absoluto cuando
satisface siempre y para todo. El sujeto cuya conducta centra en la consecución
del valor ha de perseguir la complacencia que satisface siempre y para todo.
El enemigo número uno del valor, por lo tanto es el ego. El egoísmo
predomina al hedonismo personal, por sobre la plenitud del todo y siempre,
predomina el criterio personal por sobre el criterio universal que es siempre y
para todos valido, y predomina el beneficio del yo ahora, por sobre el
beneficio del todo y siempre. Por lo tanto el ego es el enemigo número uno del
valor.
El segundo enemigo es la queja. Quejarse implica el acusar al otro de
mi propia insatisfacción, sin asumir un rol responsable en el acto. El otro y
yo, establecemos el nosotros. Sin el otro,
yo, no existo. Si el otro, es insuficiente, la actitud correcta del yo,
frente al otro, sería la de corregir la insuficiencia del otro. Corregir si,
acusar no. Al acusar al otro delego en él la responsabilidad de satisfacerme,
pero ¿cómo puede satisfacerme, si ignora mis necesidades? Por lo tanto, la
postura correcta frente al otro insuficiente es la de asumir el rol responsable
de corregirle, conducirle o completarle.
La acusación, la queja, la culpa son enormemente dañinos para la salud
valórica.
¿Qué conducta tomar, frente a las personas, frente a las opiniones y
frente a las obras?
La conducta del valor, implica la actitud apreciativa, atenta,
prudente, resolutoria y conductual hacia el valor de la belleza, de la verdad y
del afecto incondicional, por el bienestar del todo y siempre.
En particular implica el controlar el ego, evitando el desprecio hacia
el otro, o el desprecio de la opinión del otro, o el desprecio del obrar del
otro. Asumiendo el rol prudente de la
conducta resolutoria hacia el encuentro
con lo que es siempre y para todos válido. Implica también el evitar la queja,
la acusación y el culpar al otro con la actitud expectativa del castigo.
Castigar no resuelve el error.
El pescozón que le das al alumno al sumar 2+2 =7, no resuelve la suma.
La solución está en educarlo, asumiendo
el rol responsable de conducirlo hasta que complete la operación. Pero para
educarlo, es necesario asumir el error sin despreciarlo, sin acusarlo y sin
culparlo. Con la actitud apreciativa de reconocer el origen del error y
completar los requisitos necesarios para que ambos, el otro y yo, estemos satisfechos.
La conducta valórica implica el conocimiento del valor y en esto, es
necesario comprender, desde los fundamentos esenciales del valor, hasta la
proyección del ideal valórico. El ideal de la creación es el ideal valórico
completo. La Providencia de la Restauración, conduce al hombre hacia el
encuentro con este Ideal, pero el encuentro con él, precisa de personas con una
actitud apreciativa y esencialmente valórica.
El hombre, bloquea su capacidad de apreciar con el desprecio, bloquea
su capacidad de aprender con la arrogancia, y bloquea su capacidad de producir
grandes cosas con el egoísmo. Estos tres bloqueadores del valor, han de ser
destruidos. El hombre original se halla tras este bloqueo. Lo que vemos en la
actualidad es una máscara, es un carácter que nada tiene que ver con el
carácter original del hombre. El hombre original no es egoísta, ni arrogante,
ni despreciativo, sino todo lo contrario. El hombre verdadero siente la
necesidad de satisfacer al todo siempre; conoce lo que beneficia al todo y siempre, y realiza obras de bondad
que benefician al todo siempre. Este es el modelo de líder, de maestro y de
padre, que nuestra realidad actual necesita por estándar, para poder elevar la
posición humana al estrato de autenticidad completa.
Para elevar al hombre, es preciso de una educación valórica, de una
conducta valórica y de una sensibilidad valórica, coherente con los Principios
de la Creación, expuestos en los fundamentos esenciales de la ley.
Gracias por su sincera atención. Cualquier comentario sobre este tema
será bienvenido a: contactoacademia.ms@gmail.com www.martinsoria.cl
Suscribirse a:
Entradas (Atom)