DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD
por Martín Soria
Como ya
hemos visto, apreciación, dominio y creatividad son inseparables, pero para entendernos vamos a
estudiarlas por separado.
El
hombre fue dotado con capacidades y habilidades, pero no sólo basta con ambas
para crear; para desarrollar la creatividad es necesario de libertad. Libertad
es la posibilidad de optar, sin opción es imposible la creatividad y sin opción
es imposible el dominio. Luego, libertad es la condición que nos permite optar
y determinarnos en una dirección. Por lo tanto, el primer requisito para crear
belleza es el disponer de libertad.
1er recorrido 1º Libertad de pensamiento.
2º Dominio
sobre las impresiones sensibles, cognitivas, volitivas.
3º Producto del
dominio y la concentración perseverante en
una dirección, aparece la idea o creación.
2º
recorrido 1º Libertad de acción y opinión.
2º Dominio sobre los elementos de construcción.
3º Producto del dominio sobre
los elementos, se conso-
lida la idea sustancial.
El
hombre debe trabajar por establecer un mundo en libertad y respeto, donde pueda
ejercer su creatividad en la dirección que considere oportuna, siempre y
cuando, respete las leyes de la creación. El respeto obediente por el propósito
universal de la creación, hace posible la libertad, la equidad y la dignidad
del individuo. ¿Cuál es ese “propósito universal de la creación”?
El
propósito universal de la creación es, el de que, todo lo creado existe por y
para el beneficio del otro, o de lo otro. En la creación, cada cosa creada
satisface a su creador, por lo tanto todo lo creado existe por y para el
beneficio del otro. Por un lado, todo lo creado existe para el beneficio del
creador y además para el beneficio del apreciador. Todo lo creado puede ser
apreciado. Si pensamos en profundidad,
nos daremos cuenta, de que creación involucra a la estructura base de cuatro
posiciones y dentro de esta estructura base de cuatro posiciones, existe
contenida la ley del dar. A esa ley del dar se le considera, eje medular que
satisface al propósito universal de la creación. La Ley del dar, es la estructura
base del movimiento y movimiento es una constante universal. El movimiento
existe en todo, porque todo es energía, y para que se dé la energía es preciso
de fuerza en movimiento. El propósito universal de la creación es el propósito
inicial del movimiento, es decir la armonía. El respeto, entonces por la
armonía, hace posible la existencia acción y multiplicación de la libertad,
equidad y dignidad del individuo.
La
creatividad, prácticamente fluye de la libertad. Todo hombre tiene necesidades,
intereses y habilidades que satisfacer, por lo tanto, la mejor educación de la
creatividad es la acción libre y responsable. La acción es producto de una
motivación y la motivación es creada por el “deseo por”, “el interés en”, o la “necesidad de”. Lo que generalmente
entendemos como propósito.
Existe
dentro de cualquier propósito, una función universal y una función específica.
El propósito, sea cual fuere, modifica tanto al individuo, como al conjunto, a lo temporal como a lo
atemporal.
El
propósito que desee, se interese o necesite realizar el creador, debe su logro
a las fuerzas de la vida ( fuerzas de la naturaleza) y a la fuerza del amor (
fuerza del afecto que el creador tiene por su obra). El trabajo no sólo se
realiza con fuerza, también existe en el trabajo una necesidad a satisfacer.
Esa necesidad quiere al objeto que la satisface, busca unirse con él. Busca que
satisfaga su necesidad de crear. Esa fuerza que une es el amor. Por lo tanto la
creación se realiza mediante el uso de la fuerza del amor y de la fuerza de los
principios de la naturaleza.
El artista, venera las condiciones gracias a
las cuales prospera mediante el dominio de sus virtudes. Virtudes que tienen
mucho que ver con el desarrollo moral, ético y estético de la persona, pero
también tienen que ver con la voluntad social y cultural del momento histórico
del que participa. Finalmente el resultado del propósito a realizar debe
contener, dentro de su momentaneidad, la universalidad que lo perpetúe, es
decir que lo califique como siempre valido y valido también para todos. Los
privilegios de esta estructura, son sin duda alguna la suficiencia, validez y
completación que satisface, al establecer una unidad en armonía. El propósito
de la creación, sea esta cual fuere, no es otro más que el de la satisfacción
total, donde se integran tanto el creador como el objeto creado.
El
creador pretende con lo creado, ya sea consciente o inconscientemente: sentirse
satisfecho, sentirse reconocido, y
sentirse cumplido. Su creación se realiza porque la necesita, le interesa o desea hacerla. Tras ese sentir,
necesidad, interés o deseo, se esconde el potencial por ser satisfecho, lo que
evidencia que el propósito último es el de sentirse satisfecho. Además, la
creación del creador se realiza para que sea reconocida como válida por el
creador. Pero, no sólo el creador reconoce lo creado, sino que además se
espera, que el apreciador, (cualquiera que este sea) también pueda reconocerse
en lo apreciado, con lo que hace posible el reconocer también a su creador; así
se establece la recognición del creador,
mediante lo cual se siente reconocido. El creador de cualquier trabajo
creativo, cuando lo da por válido, es porque está completo. La completación del
logro es el deseo cumplido, con lo cual el creador siente la satisfacción de
sentirse cumplido. Satisfecho, reconocido y cumplido son los deseos más
profundos del creador.
En pro
de ese logro, la creación precisa del uso
de libertad, seguridad y responsabilidad. El artista necesita ser libre
de optar por la alternativa válida. El artista debe estar seguro del
conocimiento verídico que le permite crear y debe ser responsable en el
cumplimiento de su deber, priorizándo la realización del deber por sobre el
querer. Cuando el creativo cumple su deber por sobre el querer, cuando está
seguro de la veracidad y cuando opta por la alternativa válida, la creación
adquiere valor. Hay mucha gente que cuando ha de hacer algo, hace algo; aunque
no sea exactamente lo que ha de hacer. Debemos evitar el hacer por hacer.
No es la
fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos la que hace a las
hombres superiores.
“La
única intención de la vida es la de servir al género humano” decía León Tolstoi. El arte no sirve más que para
satisfacer al hombre. El proceso de la creación para satisfacer al apreciador
se realiza mediante el uso de libertad para dirigir la iniciativa hacia la
alternativa correcta, iniciativa que despierta las expectativas, expectativas
que perseveran hacia la consecución del logro que finalmente satisface al
creador. Ese círculo completo motiva a la nueva empresa.
El mejor
motivador es el ejemplo. La creación se desarrolla por un lado, en base a
conceptos, conocimientos e ideas, y además por las experiencias realizadas.
Ver el producto
de una experiencia nos hace partícipes de alguno de los elementos expresados en
ella, pero la experiencia no se
transmite. La experiencia, hay que vivirla para sentirla. Sabemos que la
apreciación del valor es opcional, pero la experiencia del valor es siempre y para
todos complaciente. Todas las relaciones se establecen, en base a la necesidad por complacencia.
El artista no puede apartarse de esta realidad
¿No es cierto que el tener, o el saber,
no te hace tan feliz como el sentir? Si no es así dime ¿quien es más
feliz, el que más tiene, el que más sabe, o el que más feliz se siente?.
Martin Soria
Tel 22012755 www.martinsoria.cl
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