domingo, 24 de febrero de 2013

QUE ES CREACION

¿QUÉ ES CREACIÓN?                                                                                          por Martin Soria

Siempre y cuando el arte surja como producto de un compositor en crisis, desorientado, insatisfecho, ensimismado y anárquico; mientras el comerciante de arte y toda la parafernalia publicitaria que interviene en la transformación del autor en artista aplauda y postule la extravagancia de los fragmentos experimentales por sobre los oficios tradicionales y los descubrimientos de las razones constantes en el arte, y mientras se inviertan las prioridades en la jerarquía de los valores contenidos en los procedimientos técnicos de las artes plásticas, el arte y el artista se verán sometidos a la evaluación de los ineptos.

Dice la ciencia que toda función ha de ser satisfecha para justificarse valida. También dice que toda fuerza contiene dirección, destino y recorrido, de donde nosotros podemos deducir que el arte también ha de cumplir con alguna función que lo justifique valido mediante una planificación o procedimiento adecuado a la realización de su satisfacción y no creo que esa función del arte pueda ser interpretada por cada uno de los observadores, así como de poco sirve que la interpretación de la función del teléfono sea otra distinta a la de comunicar; podemos darle diversas interpretaciones a esa función pero en toda proposición existe una satisfacción que se ajusta plenamente a dicha proposición y esa es la razón por la cual se hace necesaria.

La apertura sin límites en la “igualdad” democrática y la ingenua devoción a la estadística ha originado opiniones al margen de la realidad de los oficios artísticos. Poco a poco se han desajustado las jerarquías de los valores propios del ordenamiento natural original. Y se ha ocultado la normativa natural de las razones propias de las artes plásticas tras las membranas de una cándida inocencia.

Vicente Aguilera Cerni, en su libro El Arte Impugnado, dice que  hay una gran diferencia entre los artistas: “existen los que optan por vender su alma al diablo y los que optan por ofrecer su alma a la necesidad histórica”. Cuando se es joven inocente o débil es fácil caer en la tentación de lo más fácil, del menor esfuerzo, en invertir las prioridades, procedimientos, jerarquías y valores, pero el profesional defiende sus descubrimientos, sus procedimientos y sus técnicas porque es con ellas con las que produce y mantiene la rutina de su oficio.
El experimentalismo ajeno a los descubrimientos de la tradición no contiene los atributos del oficio artístico, no realiza un oficio experimentando en cada instante de su profesión, a no ser que la experimentación busque descubrir alguna razón constante. Oficio se conoce como el dominio de una técnica y técnica se entiende como un hábito repetido, y el hábito es la costumbre de una práctica, en otros términos es la repetición de un actuar. Esa costumbre a buscar lo máximo en dominio, lo más acertado en idea o en significación y lo más complaciente en sensaciones es lo que la historia ha legado de generación en generación y lo ha denominado arte. El arte sin lo supremo, sin lo profundo y sin lo maravilloso dejaría de existir.
Nuestra realidad actual se está debilitando por la escasez de emprendedores visionarios, perseverantes y ambiciosos que persigan lo grandioso, lo monumental y lo excelente, el arte necesita a los artistas.
¿Qué es crear?
Lo inmediato sería  responder con  el: “es hacer algo de la nada “.Pero, ¿es eso cierto? Bueno es lo que todos dicen y si lo dicen todos ¿Cómo van a estar todos equivocados? (lógica de la estadística) De lo que no nos damos cuenta aquí, es, de que estamos utilizando unos conceptos cuyo significado puede confundirnos, me refiero a los conceptos - algo  y nada -. Vamos a ver qué sería la nada, puesto que el  “algo” se sobreentiende que es producto de la nada. Lo que estamos afirmando de manera categórica puesto que ni lo dudamos, es que la nada es la causa de algo. ¿Será esto completamente cierto?
Entendemos a la nada como --ausencia de todo-- ¿Será posible crear algo en ausencia de todo?
Crear sabemos que es un acto voluntario en sí, es una fuerza convertida en beneficio. Para que esa fuerza se provoque o se realice es necesario de otras cuatro fuerzas, eso al menos es lo que nos dice la física del movimiento “no hay fuerza sin dirección”, y fuerza implica velocidad, tiempo y espacio puesto que cualquier aceleración opera en función de una fuerza de empuje, y ¿cómo se origina el empuje? Si pensamos en variantes térmicas, estamos exigiendo la existencia del calor, si variantes químicas estamos exigiendo la existencia de compuestos, en otras palabras el movimiento creativo implica orden o dirección ordenada en un sentido. Dirección es un concepto abstracto de significación múltiple, por un lado implica posiciones de inicio y destino, de orientación y recorrido. Si la dirección es en algún sentido constructiva, responde a un orden, el orden constructivo. Para que aparezca la dirección ordenada es necesario de la ordenación armónica de cuatro fuerzas: fuerza inicial, fuerza centrífuga, fuerza centrípeta y órbita o fuerza de revolución. Vemos, luego de estudiar un poco de física que la creación no sería posible sin un orden establecido que es el que posibilita al acto volitivo necesario para crear.
Otro aspecto contenido en cualquier creación es el de ser “algo” originado, es decir, un algo que pertenece a un origen. Este “algo” es el efecto de una causa original, o la forma de un contenido previo, o el objeto de un sujeto. Ese “algo” no puede desligarse o separarse de su origen.
Todos sabemos también gracias a la ciencia que la energía ni se crea ni se destruye, pero no todos los que sabemos esto, hemos pensado a fondo en ello. Si la energía ni se crea ni se destruye, existe siempre, ha existido siempre y existirá siempre. La energía según esta afirmación es eterna. También sabemos que la energía es una constante universal inmanente en la creación “todo es energía” esto transforma a la energía en presencia constante. Podríamos continuar con el estudio hasta profundidades sorprendentes pero vamos a quedarnos con estos dos atributos que son los que necesitamos y nos bastan para determinar que la “nada” como la entendíamos de –ausencia de todo- no es posible. La nada es imposible en su sentido literal morfológico. La nada no es y por lo mismo no es ser, si no es ser no es, no existe. La energía es y por ser es ser. Y existe.
La constante e inmanente presencia de la energía nos obliga a afirmar que la creación es otra cosa que crear algo de la nada. Crear es hacer sustancia algo que originalmente no lo era. Es sustancializar una idea, es transformar una energía inmaterial en material, pero esa transformación sólo es posible en  base  a la mutua correlación entre energías. Al crear un rayo, por ejemplo el rayo aparece en función de los iones contenidos en las nubes, la suma de iones eléctricos aumentan en su intensidad eléctrica hasta que se hace notorio el reflejo de su chispa y a eso le llamamos rayo. ¿Surgió el rayo de la nada? No, el rayo es una condensación de iones. Lo mismo ocurre con cualquier creación. Creación es la suma de porciones que conforman la totalidad de un orden.
 Por lo tanto, crear no es un acto mágico en el sentido de que aparece algo de la nada. Por supuesto que la imagen formal no existía antes, pero esa imagen formal no es producto de la ausencia de todo, es producto de la transformación de una idea en sustancia. La imagen formal fue previamente “necesidad causal”, o es determinada a posteriori como realidad funcional.
Crear es transformar. El artista o creador transforma el mineral de la tierra en pigmentos, los pigmentos en colores, los colores en formas, matices y tonos adecuados a la experiencia de una realidad y de esta forma crea la imagen, que nos permite la recognición  necesaria para la apreciación. En la creación de los “supuestos imaginarios” intervienen dos inevitables: el creador y su objeto creado. Sin un sujeto creador, sea este una necesidad, interés o deseo contenido en una persona o animal, es imposible la transformación implícita en la creación. En otras palabras sin un sujeto creador no puede existir el objeto creado. Todo acto contiene intencionalidad y significación.
Sujeto-objeto es la realidad básica y fundamental para la creación. Además de un creador y de un objeto creado es preciso que el creador contenga capacidades y habilidades, me explico: El creador debe tener la capacidad de sentir la necesidad de crear algo, además debe conocer cómo crearlo, es decir, debe tener una  capacidad cognitiva, y también debe tener la voluntad, el poder o la habilidad de realizarlo. Sentir la necesidad es un aspecto emocional, lo que nos dice que el creador, sea quien sea, debe contener aspectos emocionales. Conocer o comprender el cómo hacer es un aspecto intelectual, lo que nos dice que el creador debe contener una capacidad intelectual para saber crear. Y realizar el objeto, es producto de una motivación que involucra poder y voluntad. Emoción, intelecto y voluntad son aspectos necesarios en la sustancialización de un objeto creado, cualquiera que este sea.
Curiosamente, la emoción del artista, pretende satisfacerse con su trabajo, lo que obliga a afirmar que deben existir contenidos en el objeto creado, algunos elementos de satisfacción que son recibidos por el creador al apreciarlos. También pretende el creador, aunque no sea consciente de ello, una  recognición de lo que hace; espera que lo que realiza, corresponda con lo que pretende hacer, a pesar de que en ocasiones lo creado le sorprenda, porque salió algo en lo que ni siquiera pensó, pero cuando lo afirma, lo recibe como válido y se establece esa recognición de algo que es verídico para él. Deben comprender que no estoy hablando de la recognición del tema, sino de la recognición del objeto creado, objetos estos que son los que conforman la totalidad del tema o proyecto. Si el proyecto es apreciado, es porque ha sido reconocido por el creador. Esas casualidades que nos sorprenden y permitimos en la labor creativa, las aceptamos porque nos agradan, nos son útiles o nos interesan, lo que indica que las reconocemos como válidas. Por lo tanto la capacidad intelectual del autor, se satisface con aquello que reconoce justo, en el objeto que aprecia al crear. La voluntad del creador pretende que el objeto de su creación,  corresponda con sus expectativas de excelencia, sin las bondades necesarias para satisfacer la motivación del autor, el autor no podría aceptar su trabajo como válido. La validez del trabajo realizado motiva al autor a apreciarlo una y otra vez.
No debemos olvidar que la creación surge como necesidad de un propósito, esto no quiere decir que deba ser objeto de un propósito imaginario determinado de antemano, con toda precisión y claridad, no. El artista, puede iniciar el proceso de crear sin una idea preconcebida y aceptar aspectos de la función y estructura experimental como objetos de valor, en este caso la evaluación del experimento justifica su existir.  Propósito es cualquier necesidad, interés o deseo por algo, por lo tanto la necesidad inconsciente de explorar en la labor creativa es ya en sí mismo un propósito.
Con todo esto podemos concluir explicando que creación es un acto volitivo en el que intervienen aspectos emocionales, intelectuales y motivantes, que establecen una relación de correlatividad, concordia, semejanza y parecido entre el creador apreciador y el trabajo u objeto creado.
Poéticamente hablando podemos decir también, que creación es una ausencia que encuentra en su desarrollo aquellos elementos que le dan forma.

M. Soria
Tl 562  22012755  www.martinsoria.cl

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