domingo, 24 de febrero de 2013

EL ARTE DE LA DECADENCIA


El arte de la decadencia

Son varios ya los años que llevamos experimentando el ejercicio de la rutina decadente. Decadente es un término cuyo significado indica que se va terminando, que es a menos cada vez. Menos eficiente, menos adecuado, menos significativo o menos necesario.

Por ejemplo, la decadencia moral nos dice que cada vez es menos necesaria la institución familiar nucleica  compuesta por abuelos padres e hijos. La decadencia ética nos indica que el otro no merece respeto, sino solo indiferencia. Si no lo molestas o si no lo afectas ni en lo bueno ni en lo malo, se llega a la conclusión de que lo respetas. Habría que definir en este punto qué es y que no es respeto. Y la decadencia estética nos indica que los valores de plenitud, justicia y cumplimiento responsable del deber de ser auténtico no son  validos. Lo auténtico según la tendencia decadente, no existe, es un invento meramente personal, es más, todo lo que existe, existe solo en ti, tu lo fabricas y por eso cualquier cosa que fabriques será valido. Estos son los signos predominantes de la tendencia decadente.
Asumir que la familia (núcleo gestor de la especie humana) no necesita de abuelos padres e hijos, que no necesita de un esposo y una esposa, o que no necesita de hijos es una opinión escasa de fundamentos.
La familia no es un enlace entre cincuenta kilos de carne blanda con 80 kilos de carne maceteada. La familia es una realidad vincular afectiva, cognoscitiva y de costumbres. Amor, razón y continuidad son los elementos básicos de la familia, sin uno de estos elementos, no es familia. O es pareja,  acomodo, o servicio, pero en ningún caso familia.

La negación del núcleo gestor de la especie humana ha cegado al ser persona hasta el extremo de defender dogmáticamente fanatismos insignificantes como la defensa del afecto interpersonal entre personas del mismo género. Algo que defiende la inmensa mayoría. No existe nada anormal en establecer vínculos interpersonales, ya sean estos del mismo o de géneros diferentes. Amar al prójimo es amar al próximo y, que yo sepa no se antepone la categoría de ningún género, pero eso es distinto de la defensa de la “homosexualidad” como conducta intergenital. En primer lugar personas del mismo género, a no ser que estén operadas, no pueden establecer una relación intergenital entre ellos. Si tienen derecho o no a operarse y cambiar sus órganos genitales, eso va a depender del nivel de madurez en el reconocimiento de las funciones naturales del ser humano que exige el trasplante y de las normativas legales que posibiliten o no dicho trasplante. Pero de que entre dos personas del mismo género no se pueden establecer relaciones intergenitales recíprocas, de eso no cabe la menor duda. El órgano genital masculino, no


Formular los instrumentos base de la decadencia no es tarea fácil. Sobre todo cuando la decadencia es asumida en su más amplio sentido moral, ético y estético.
Si pensamos un ratito en las agresiones verbales que escuchamos o emitimos en nuestro encuentro con lo diferente, podemos resumir las inyecciones de la decadencia, meramente por deducción lógica. Por ejemplo cuando encontramos a un flojo frente a nosotros estamos exigiendo al personaje que sea diligente, luego la diligencia sería una actitud normal y la flojera una actitud decadente. Cuando nos encontramos con el cínico, falso, deshonesto, arrogante o mentiroso, estamos exigiéndole que sea honesto, cierto, verídico y racionalmente justo. Ser justo sería en este caso una actitud y conducta normada y ser falso sería una conducta o una actitud decadente.
Escuchemos atentamente a los garabatos, a las rabias, a los insultos. Sin duda son  datos de importancia a la hora de evaluar conductas asertivas, justas o normadas y conductas contrarias a lo mismo, conductas decadentes.
Cuando en nuestra rabia postulamos que el  agresor de turno es de tal manera, estamos afirmando cómo debería de ser. Por esa razón si escuchamos cuidadosamente el cómo espero que sea, este y aquel, puedo llegar, después de un tiempo a comprender el cómo se debería de ser, de acuerdo a nuestra propia necesidad.

¿Qué es una conducta decadente?
Comúnmente se entiende por decadente aquello que no produce beneficios permanentes, aquello que nos conduce al conflicto, al desagrado y por lo tanto al desánimo. Socialmente hablando, las conductas decadentes son aquellas que postulan la fragmentación y defensa de los sectores minoritarios o de las mayorías desorientadas o insuficientes. En ocasiones pueden manifestarse en el estar de acuerdo con criterios mayoritarios pero desconectados de la realidad, y en otras ocasiones en el afirmar criterios minoritarios, pero también desconectados de la realidad. Lo que nos lleva a afirmar que no por estar de acuerdo con la convicción de la mayoría se está asumiendo una tendencia progresista. Sin ir más lejos podemos ejemplarizar el caso de los fascismos, tanto militaristas de derecha como militaristas de izquierda. Estos  fascistas, los que logran el poder por voluntad popular como es el caso de Hitler o de Chavez, nos demuestran la insuficiencia del sistema democrático para asegurar al pueblo la propuesta que ofrece, me refiero a la propuesta democrática del respeto y libertad de pensamiento. En este sentido la decadencia viene del desacierto con los postulados y no del ser o no ser coincidente con la opinión de la mayoría. Pero tanto la política, como la religión implican un sin fin de vinculaciones ideológicas que nos sería difícil de abstraer para su estudio específico, por lo mismo creo que no son temas a tocar en este momento, si bien tienen mucho que ver con la tendencia decadente.

El postulado moral decadente.
Cuando se asume que las conductas, criterios y finalidades del ser persona son propiedad íntima e independientes del otro ser persona, se está otorgando en ello, la posibilidad de que dos personas sean en sí mismas distintas, lo que obligaría también a nombrarlas de distinta manera, pero eso no se hace, se entiende por persona a aquellos seres con características similares, pero similares ¿en qué... Si todos decimos ser diferentes? ¿Somos diferentes en la calidad de ser personas o somos iguales? ¿El término persona tiene el mismo significado para todos o solo para cada uno? Y de ser para todos el mismo ¿Cuál sería ese significado?
Ser persona es sin duda alguna algo distinto a ser animal. Decimos que lo que nos diferencia de los animales es nuestra condición de ser personas, pero cuando llevamos esto a una significación concisa, creemos estar hablando de que el ser humano tiene algo que no tienen los animales. Algo como el control y dominio de los instintos, algo también como el control y dominio de los extremos. Somos, según dicen seres razonables, en otros términos, podemos llegar a ser justos en la razón. También podemos llegar a ser absolutamente generosos con  el resto de las especies naturales, casi  que podríamos encontrar ejemplos de incondicionalidad y generosidad universal como es el caso de Francisco de Asís. Y quizá seamos “la especie” que dispone de la suficiente libertad como para calificarse  responsable de su propio desarrollo  o no calificarse. Esta suerte de facilidad suena a diferente con el resto de las especies que se deben al poder de sus instintos. Consecuentemente podría afirmarse que ser persona es una condición de libertad, justicia y responsabilidad.
Por lo visto, ser persona  es ser libre, autónomo y responsable, pero esta afirmación es casi idílica. Yo no conozco a nadie libre en el sentido de estar cumpliendo con su deber de ser maduro responsablemente, porque el término maduro, también implica ciertas condiciones.
¿Qué sería lo que nos calificaría con ese grado de ser maduros?
Maduro responsablemente es, según se sabe, alguien en quien puedes confiar la tarea de realizarse plenamente porque es capaz de cumplirla voluntariamente y la certificación de ser maduro se establecería en su cumplimiento responsable.
Pero ¿Qué es lo que debe cumplir?
Pongámonos en la situación de preguntarnos que es lo que todos y cada uno de nosotros busca realizar. Después de escuchar todas las opiniones sobre el que quiere realizarse como profesional, pasando por quien se quiere realizar como género, hombre o mujer, o quien se quiere realizar como madre, padre, hermano etc. Finalmente llegaremos a la conclusión de que todos ellos buscan complacencia y el realizarse es sinónimo en cada caso de ser feliz. Ese ser feliz es una finalidad por todos compartida. El caso es cómo. ¿Qué es lo que en realidad nos hace feliz? Algunos piensan que tener dinero, casa con piscina, terrenos de cultivo y propiedades o estatus profesional. Todas estas circunstancias nos gratifican y nos hacen sentir alegría en cierto estrato. Pero si perdemos a nuestros seres queridos, creéis que un terreno, un par de millones o una medalla al mérito laboral, podría alegraros más que el ser querido que se acaba de perder? Creo que estaríamos de acuerdo con que la presencia de un ser querido es más gratificante que cualquier otra cosa, en especial la presencia de los padres y de los hijos.
Perder a un amigo es duro pero perder a un padre lo es más, perder a un hermano es duro, pero perder a un hijo lo es más. Esta realidad nos pone en evidencia que los vínculos afectivos entre padres e hijos son los generadores de mayor felicidad. Pero qué es un vínculo y qué tipo de vínculos son los que más nos atraen?

Entendemos por vínculo a la reciprocidad que se establece entre personas de sensibilidad semejante, o a la reciprocidad entre criterios, razones o conductas similares. En ocasiones nos vinculamos por el aspecto, por el servicio, o por la concordancia  con el otro o con lo otro. Cuando ese  vínculo con las cosas se extrema, generalmente se asocia con la dependencia, pertenencia o adicción. El vínculo se identifica, no con la adición o dependencia sino con la reciprocidad.
Los vínculos que más nos atraen no son los que establecemos ni con el pueblo, que muy bien pudieran  ser muy fuertes, me refiero al heroísmo del nacionalista; ni con  las posesiones, a pesar de depender en muchos casos de ellas, ni con las tradiciones. Los vínculos más atractivos son sin duda alguna los que se establecen en la reciprocidad paterno filial y filio paternal, así como los vínculos derivados de la fraternidad y conyugalidad.

Ser feliz en consecuencia, sería un estado, el estado de haber establecido los vínculos paternofiliales y fraternoconyugales a un nivel de reciprocidad indestructible en el afecto incondicional maduro, basado en el cumplimiento del ideal natural de ser humano y en la tradición del cumplimiento responsable del ser auténtico.  Entendiéndose por autentico al ser que libre y voluntariamente cumple con el deber de reconocer el ideal de la creación o en otras palabras, de reconocer cual es el biotipo original del ser persona.  Aquel que cumple voluntariamente  con el deber de realizarse en función del paradigma natural del ser auténtico, se transforma en responsable y por lo tanto libre. En este caso el ideal del ser persona sería el de ser libre, autónomo y responsable. Este no es solo el ideal, es el mandato natural que obliga al hombre a ser auténtico.

¿Qué es eso del biotipo original humano?
Toda especie existe contenida en una semilla prototipo original  que repite su contenido genético de generación en generación. Lo mismo ocurre con el ser humano.
Sea este blanco, negro, amarillo o cobrizo, el ser humano es siempre un  “producto” generado por una semilla o contenido genético específico. El gene contiene los atributos comunes a la generación del individuo. Contiene su potencial emocional, intelectual y motivacional. Por contenido emocional se entiende al grupo de necesidades fundamentales del ser persona. Por contenido intelectual se entiende al grupo de normas que justifican la razón de ser persona. Y por contenido motivacional se entiende al grupo de deberes que generan el beneficio del ser persona.
Tanto los deberes como las justificaciones y necesidades contenidas en el gene,  son el potencial del ser pleno, autónomo y responsable que en el caso de cumplirse justifican la realización del ser humano. Por lo tanto ser humano es ser libre autónomo y responsable.
Ninguna otra especie creada contiene estos atributos. Ninguna especie puede decirse responsable en el sentido de optar a voluntad por la  alternativa valida que justifica el ser auténtico. Ninguna otra especie conocida puede decirse autónoma o justa a voluntad y ninguna otra especie puede decirse libre de optar por construirse o por destruirse. Las especies naturales son instintivas o automáticas.

Maduro en este caso sería aquel que libre y voluntariamente opta por la alternativa de ser autentico en el cumplimiento vincular filiopaternal, fraternoconyugal y paternofilial autónomo.  Para lo cual debe libre y voluntariamente descubrir su origen, identidad y propósito y cumplirlo.
La realización del ser auténtico exige del descubrimiento de la norma natural del ser humano. Sin la comprensión de los fundamentos esenciales del biotipo humano, el ser humano no puede realizarse responsablemente. Este es el problema que ha acarreado la humanidad a lo largo de su historia.  Nadie, hasta el momento se ha preocupado suficientemente por descubrir los fundamentos esenciales del biotipo humano y por lo mismo nadie pudo realizarlo. Esa es la razón del esperado, del anunciado, del  Mesías Prometido. La esperanza de la humanidad es ese ser sensible que capta la necesidad de ser auténtico, que busca y descubre la justificación del ser auténtico y que la realiza en su propia vida. Ese ser modelo de autenticidad será el modelo para las futuras generaciones. Modelo de plenitud vincular incondicional, modelo de seguridad en el conocimiento de las razones que justifican la autenticidad del ser y modelo de responsabilidad en el cumplimiento vincular del ser auténtico en la experiencia filiopaternal incondicional, en la experiencia del  vinculo fraternoconyugal incondicional y modelo en la experiencia del vinculo paternofilial incondicional maduro en la auténticidad.
La educación del ser persona se basa en la reciprocidad vincular paternofilial, fraternoconyugal y paternofilial. Se fundamenta en la similitud en el afecto, en la confianza y en la tradición normada.

Hablar de tradición normada es algo suprainsignificante para la conciencia social contemporánea por la razón de que ninguno a lo largo de la historia ha manifiesto este modelo de conducta natural, y al no poseer modelo apriorístico de la normalidad, no se puede establecer la reciprocidad necesaria para apreciarlo.
La única alternativa posible es la de establecerse como modelo de conducta y sobre la experiencia y realización de este modelo se podría iniciar el proceso de recognición de la autenticidad.

Decadencia en el arte.
Palabras de Bororo (Carlos Maturana)

“La mancha evolucionó en mi obra, convirtiéndose en lo fundamental. Lo que en un comienzo fue para concebir algo, ahora está más cerca de ser en sí misma un todo”

Analizando esta frase encuentro grandes “sin sentidos” que contraponen la concepción natural de los significados. La mancha evolucionó en mi obra, podría significar algo como que sus manchas de color en el cuadro se desarrollaron, se perfeccionaron en no se sabe qué; tal vez en ser más acertivas en proporción, o en ser más ordenadas cromáticamente, o en ser más líquidas o sólidas, o en ser más texturazas o menos, o en ser más intensas o no intensas en color… en realidad cualquier cosa podría significar el “La mancha evolucionó en mi obra, convirtiéndose en lo fundamental” Incluso podría tomarse con el sentido original de la evolución de la mancha que se transformó (nadie sabe cómo) en lo –fundamental- que nadie sabe lo que eso significa. Continuando con su frase: “Lo que en un comienzo fue para concebir algo, ahora está más cerca de ser en sí misma un todo”  Lo que en un comienzo fue para concebir algo, debe tratarse de la necesidad creativa, pero al afirmar que “ ahora está más cerca en si misma” pareciera referirse a la mancha y ese “ser en sí misma un todo” ¿se referirá a un todo en absoluto, es decir todo como reciprocidad vinculo-enlace, o unidad vertical causa efecto, sujeto objeto? Si se refiere a esta categoría, está diciendo puras sandeces  porque una mancha, por mucho que esta sea, será siempre un fragmento del todo al que por ningún motivo puede igualar. Lo que se deduce de su afirmación es que el señor Maturana desconoce los valores absolutos y los principios de la creación y sobre esa categoría de ignorarlos emite cualquier opinión arbitraria y gratuita.
Continua el texto diciendo que: La mancha se transforma en la obra de Bororo en un ser abstracto, orgánico. Se constituye como ícono y también como concepto y forma plástica. El gesto en la obra del artista, se percibe como el presente suspendido, es el registro de la ejecución plástica, una pulsión que se plasma a través de colores y líneas. Fuente Galería Florencia Loewenthal.
La mancha se transforma en un “ser abstracto orgánico” ¿cómo se puede transformar una mancha en un ser abstracto orgánico? ¿Cuál es la significación de ser que se tiene para afirmar que la mancha es un “ser” y cual es la significación de abstracto orgánico? Que se constituya la mancha en icono, concepto y forma me parece bien pero, icono de qué, concepto de qué significado y forma de qué imagen? Lo que viene a continuación es suficiente para quitar el apetito a cualquiera: El gesto en la obra del artista, se percibe como el presente suspendido. Presente suspendido ¿porque está colgado o suspendido por no ser aprobado? - Una pulsión que se plasma a través de colores y líneas- ¿quiere esto decir que cualquiera que por impulsos haga líneas y colores sin comunicado alguno, sin proposición alguna, sin finalidad alguna, debe ser perpetuado por la historia de los conquistadores del máximo dominio sobre los oficios?
Me parece muy interesante el texto, el único problema que tengo con él es que no lo puedo comprender y eso, creo yo, que no es por escasez de inteligencia, yo diría que se debe a mi escasa capacidad de reconocer por verdad a   aquello que considero  “sin sentido”.

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