El arte de la decadencia
Son varios ya los años que llevamos
experimentando el ejercicio de la rutina decadente. Decadente es un término
cuyo significado indica que se va terminando, que es a menos cada vez. Menos
eficiente, menos adecuado, menos significativo o menos necesario.
Por ejemplo, la decadencia moral nos dice que
cada vez es menos necesaria la institución familiar nucleica compuesta por abuelos padres e hijos. La
decadencia ética nos indica que el otro no merece respeto, sino solo indiferencia.
Si no lo molestas o si no lo afectas ni en lo bueno ni en lo malo, se llega a
la conclusión de que lo respetas. Habría que definir en este punto qué es y que
no es respeto. Y la decadencia estética nos indica que los valores de plenitud,
justicia y cumplimiento responsable del deber de ser auténtico no son validos. Lo auténtico según la tendencia
decadente, no existe, es un invento meramente personal, es más, todo lo que
existe, existe solo en ti, tu lo fabricas y por eso cualquier cosa que
fabriques será valido. Estos son los signos predominantes de la tendencia
decadente.
Asumir que la familia (núcleo gestor de la
especie humana) no necesita de abuelos padres e hijos, que no necesita de un
esposo y una esposa, o que no necesita de hijos es una opinión escasa de
fundamentos.
La familia no es un enlace entre cincuenta
kilos de carne blanda con 80 kilos de carne maceteada. La familia es una
realidad vincular afectiva, cognoscitiva y de costumbres. Amor, razón y
continuidad son los elementos básicos de la familia, sin uno de estos
elementos, no es familia. O es pareja,
acomodo, o servicio, pero en ningún caso familia.
La negación del núcleo gestor de la especie
humana ha cegado al ser persona hasta el extremo de defender dogmáticamente
fanatismos insignificantes como la defensa del afecto interpersonal entre
personas del mismo género. Algo que defiende la inmensa mayoría. No existe nada
anormal en establecer vínculos interpersonales, ya sean estos del mismo o de
géneros diferentes. Amar al prójimo es amar al próximo y, que yo sepa no se
antepone la categoría de ningún género, pero eso es distinto de la defensa de
la “homosexualidad” como conducta intergenital. En primer lugar personas del
mismo género, a no ser que estén operadas, no pueden establecer una relación
intergenital entre ellos. Si tienen derecho o no a operarse y cambiar sus
órganos genitales, eso va a depender del nivel de madurez en el reconocimiento
de las funciones naturales del ser humano que exige el trasplante y de las
normativas legales que posibiliten o no dicho trasplante. Pero de que entre dos
personas del mismo género no se pueden establecer relaciones intergenitales
recíprocas, de eso no cabe la menor duda. El órgano genital masculino, no
Formular los instrumentos base de la decadencia
no es tarea fácil. Sobre todo cuando la decadencia es asumida en su más amplio
sentido moral, ético y estético.
Si pensamos un ratito en las agresiones
verbales que escuchamos o emitimos en nuestro encuentro con lo diferente,
podemos resumir las inyecciones de la decadencia, meramente por deducción
lógica. Por ejemplo cuando encontramos a un flojo frente a nosotros estamos
exigiendo al personaje que sea diligente, luego la diligencia sería una actitud
normal y la flojera una actitud decadente. Cuando nos encontramos con el
cínico, falso, deshonesto, arrogante o mentiroso, estamos exigiéndole que sea
honesto, cierto, verídico y racionalmente justo. Ser justo sería en este caso
una actitud y conducta normada y ser falso sería una conducta o una actitud decadente.
Escuchemos atentamente a los garabatos, a las
rabias, a los insultos. Sin duda son
datos de importancia a la hora de evaluar conductas asertivas, justas o
normadas y conductas contrarias a lo mismo, conductas decadentes.
Cuando en nuestra rabia postulamos que el agresor de turno es de tal manera, estamos
afirmando cómo debería de ser. Por esa razón si escuchamos cuidadosamente el
cómo espero que sea, este y aquel, puedo llegar, después de un tiempo a comprender
el cómo se debería de ser, de acuerdo a nuestra propia necesidad.
¿Qué es una conducta decadente?
Comúnmente se entiende por decadente aquello
que no produce beneficios permanentes, aquello que nos conduce al conflicto, al
desagrado y por lo tanto al desánimo. Socialmente hablando, las conductas
decadentes son aquellas que postulan la fragmentación y defensa de los sectores
minoritarios o de las mayorías desorientadas o insuficientes. En ocasiones
pueden manifestarse en el estar de acuerdo con criterios mayoritarios pero
desconectados de la realidad, y en otras ocasiones en el afirmar criterios
minoritarios, pero también desconectados de la realidad. Lo que nos lleva a
afirmar que no por estar de acuerdo con la convicción de la mayoría se está
asumiendo una tendencia progresista. Sin ir más lejos podemos ejemplarizar el
caso de los fascismos, tanto militaristas de derecha como militaristas de
izquierda. Estos fascistas, los que
logran el poder por voluntad popular como es el caso de Hitler o de Chavez, nos
demuestran la insuficiencia del sistema democrático para asegurar al pueblo la
propuesta que ofrece, me refiero a la propuesta democrática del respeto y
libertad de pensamiento. En este sentido la decadencia viene del desacierto con
los postulados y no del ser o no ser coincidente con la opinión de la mayoría.
Pero tanto la política, como la religión implican un sin fin de vinculaciones
ideológicas que nos sería difícil de abstraer para su estudio específico, por
lo mismo creo que no son temas a tocar en este momento, si bien tienen mucho que
ver con la tendencia decadente.
El postulado moral decadente.
Cuando se asume que las conductas, criterios y
finalidades del ser persona son propiedad íntima e independientes del otro ser
persona, se está otorgando en ello, la posibilidad de que dos personas sean en
sí mismas distintas, lo que obligaría también a nombrarlas de distinta manera,
pero eso no se hace, se entiende por persona a aquellos seres con
características similares, pero similares ¿en qué... Si todos decimos ser
diferentes? ¿Somos diferentes en la calidad de ser personas o somos iguales?
¿El término persona tiene el mismo significado para todos o solo para cada uno?
Y de ser para todos el mismo ¿Cuál sería ese significado?
Ser persona es sin duda alguna algo distinto a
ser animal. Decimos que lo que nos diferencia de los animales es nuestra
condición de ser personas, pero cuando llevamos esto a una significación
concisa, creemos estar hablando de que el ser humano tiene algo que no tienen
los animales. Algo como el control y dominio de los instintos, algo también
como el control y dominio de los extremos. Somos, según dicen seres razonables,
en otros términos, podemos llegar a ser justos en la razón. También podemos
llegar a ser absolutamente generosos con
el resto de las especies naturales, casi
que podríamos encontrar ejemplos de incondicionalidad y generosidad
universal como es el caso de Francisco de Asís. Y quizá seamos “la especie” que
dispone de la suficiente libertad como para calificarse responsable de su propio desarrollo o no calificarse. Esta suerte de facilidad
suena a diferente con el resto de las especies que se deben al poder de sus
instintos. Consecuentemente podría afirmarse que ser persona es una condición
de libertad, justicia y responsabilidad.
Por lo visto, ser persona es ser libre, autónomo y responsable, pero
esta afirmación es casi idílica. Yo no conozco a nadie libre en el sentido de
estar cumpliendo con su deber de ser maduro responsablemente, porque el término
maduro, también implica ciertas condiciones.
¿Qué sería lo que nos calificaría con ese
grado de ser maduros?
Maduro responsablemente es, según se sabe,
alguien en quien puedes confiar la tarea de realizarse plenamente porque es
capaz de cumplirla voluntariamente y la certificación de ser maduro se establecería
en su cumplimiento responsable.
Pero ¿Qué es lo que debe cumplir?
Pongámonos en la situación de preguntarnos que
es lo que todos y cada uno de nosotros busca realizar. Después de escuchar
todas las opiniones sobre el que quiere realizarse como profesional, pasando
por quien se quiere realizar como género, hombre o mujer, o quien se quiere
realizar como madre, padre, hermano etc. Finalmente llegaremos a la conclusión
de que todos ellos buscan complacencia y el realizarse es sinónimo en cada caso
de ser feliz. Ese ser feliz es una finalidad por todos compartida. El caso es
cómo. ¿Qué es lo que en realidad nos hace feliz? Algunos piensan que tener
dinero, casa con piscina, terrenos de cultivo y propiedades o estatus
profesional. Todas estas circunstancias nos gratifican y nos hacen sentir
alegría en cierto estrato. Pero si perdemos a nuestros seres queridos, creéis
que un terreno, un par de millones o una medalla al mérito laboral, podría
alegraros más que el ser querido que se acaba de perder? Creo que estaríamos de
acuerdo con que la presencia de un ser querido es más gratificante que
cualquier otra cosa, en especial la presencia de los padres y de los hijos.
Perder a un amigo es duro pero perder a un
padre lo es más, perder a un hermano es duro, pero perder a un hijo lo es más.
Esta realidad nos pone en evidencia que los vínculos afectivos entre padres e
hijos son los generadores de mayor felicidad. Pero qué es un vínculo y qué tipo
de vínculos son los que más nos atraen?
Entendemos por vínculo a la reciprocidad que
se establece entre personas de sensibilidad semejante, o a la reciprocidad
entre criterios, razones o conductas similares. En ocasiones nos vinculamos por
el aspecto, por el servicio, o por la concordancia con el otro o con lo otro. Cuando ese vínculo con las cosas se extrema, generalmente
se asocia con la dependencia, pertenencia o adicción. El vínculo se identifica,
no con la adición o dependencia sino con la reciprocidad.
Los vínculos que más nos atraen no son los que
establecemos ni con el pueblo, que muy bien pudieran ser muy fuertes, me refiero al heroísmo del
nacionalista; ni con las posesiones, a
pesar de depender en muchos casos de ellas, ni con las tradiciones. Los
vínculos más atractivos son sin duda alguna los que se establecen en la
reciprocidad paterno filial y filio paternal, así como los vínculos derivados
de la fraternidad y conyugalidad.
Ser feliz en consecuencia, sería un estado, el
estado de haber establecido los vínculos paternofiliales y fraternoconyugales a
un nivel de reciprocidad indestructible en el afecto incondicional maduro,
basado en el cumplimiento del ideal natural de ser humano y en la tradición del
cumplimiento responsable del ser auténtico.
Entendiéndose por autentico al ser que libre y voluntariamente cumple
con el deber de reconocer el ideal de la creación o en otras palabras, de
reconocer cual es el biotipo original del ser persona. Aquel que cumple voluntariamente con el deber de realizarse en función del
paradigma natural del ser auténtico, se transforma en responsable y por lo
tanto libre. En este caso el ideal del ser persona sería el de ser libre,
autónomo y responsable. Este no es solo el ideal, es el mandato natural que
obliga al hombre a ser auténtico.
¿Qué es eso del biotipo original humano?
Toda especie existe contenida en una semilla
prototipo original que repite su
contenido genético de generación en generación. Lo mismo ocurre con el ser
humano.
Sea este blanco, negro, amarillo o cobrizo, el
ser humano es siempre un “producto”
generado por una semilla o contenido genético específico. El gene contiene los
atributos comunes a la generación del individuo. Contiene su potencial
emocional, intelectual y motivacional. Por contenido emocional se entiende al
grupo de necesidades fundamentales del ser persona. Por contenido intelectual
se entiende al grupo de normas que justifican la razón de ser persona. Y por
contenido motivacional se entiende al grupo de deberes que generan el beneficio
del ser persona.
Tanto los deberes como las justificaciones y
necesidades contenidas en el gene, son
el potencial del ser pleno, autónomo y responsable que en el caso de cumplirse
justifican la realización del ser humano. Por lo tanto ser humano es ser libre
autónomo y responsable.
Ninguna otra especie creada contiene estos
atributos. Ninguna especie puede decirse responsable en el sentido de optar a
voluntad por la alternativa valida que
justifica el ser auténtico. Ninguna otra especie conocida puede decirse
autónoma o justa a voluntad y ninguna otra especie puede decirse libre de optar
por construirse o por destruirse. Las especies naturales son instintivas o
automáticas.
Maduro en este caso sería aquel que libre y
voluntariamente opta por la alternativa de ser autentico en el cumplimiento
vincular filiopaternal, fraternoconyugal y paternofilial autónomo. Para lo cual debe libre y voluntariamente
descubrir su origen, identidad y propósito y cumplirlo.
La realización del ser auténtico exige del
descubrimiento de la norma natural del ser humano. Sin la comprensión de los
fundamentos esenciales del biotipo humano, el ser humano no puede realizarse
responsablemente. Este es el problema que ha acarreado la humanidad a lo largo
de su historia. Nadie, hasta el momento
se ha preocupado suficientemente por descubrir los fundamentos esenciales del
biotipo humano y por lo mismo nadie pudo realizarlo. Esa es la razón del
esperado, del anunciado, del Mesías
Prometido. La esperanza de la humanidad es ese ser sensible que capta la necesidad
de ser auténtico, que busca y descubre la justificación del ser auténtico y que
la realiza en su propia vida. Ese ser modelo de autenticidad será el modelo
para las futuras generaciones. Modelo de plenitud vincular incondicional,
modelo de seguridad en el conocimiento de las razones que justifican la
autenticidad del ser y modelo de responsabilidad en el cumplimiento vincular
del ser auténtico en la experiencia filiopaternal incondicional, en la
experiencia del vinculo fraternoconyugal
incondicional y modelo en la experiencia del vinculo paternofilial
incondicional maduro en la auténticidad.
La educación del ser persona se basa en la
reciprocidad vincular paternofilial, fraternoconyugal y paternofilial. Se
fundamenta en la similitud en el afecto, en la confianza y en la tradición
normada.
Hablar de tradición normada es algo
suprainsignificante para la conciencia social contemporánea por la razón de que
ninguno a lo largo de la historia ha manifiesto este modelo de conducta
natural, y al no poseer modelo apriorístico de la normalidad, no se puede
establecer la reciprocidad necesaria para apreciarlo.
La única alternativa posible es la de
establecerse como modelo de conducta y sobre la experiencia y realización de
este modelo se podría iniciar el proceso de recognición de la autenticidad.
Decadencia en el arte.
Palabras de Bororo (Carlos Maturana)
“La mancha evolucionó en mi obra,
convirtiéndose en lo fundamental. Lo que en un comienzo fue para concebir algo,
ahora está más cerca de ser en sí misma un todo”
Analizando esta frase encuentro grandes “sin
sentidos” que contraponen la concepción natural de los significados. La mancha
evolucionó en mi obra, podría significar algo como que sus manchas de color en
el cuadro se desarrollaron, se perfeccionaron en no se sabe qué; tal vez en ser
más acertivas en proporción, o en ser más ordenadas cromáticamente, o en ser
más líquidas o sólidas, o en ser más texturazas o menos, o en ser más intensas
o no intensas en color… en realidad cualquier cosa podría significar el “La mancha evolucionó en mi obra, convirtiéndose
en lo fundamental” Incluso podría tomarse con el sentido original de la
evolución de la mancha que se transformó (nadie sabe cómo) en lo –fundamental-
que nadie sabe lo que eso significa. Continuando con su frase: “Lo que en un comienzo fue para concebir
algo, ahora está más cerca de ser en sí misma un todo” Lo que en un comienzo fue para concebir algo,
debe tratarse de la necesidad creativa, pero al afirmar que “ ahora está más
cerca en si misma” pareciera referirse a la mancha y ese “ser en sí misma un
todo” ¿se referirá a un todo en absoluto, es decir todo como reciprocidad
vinculo-enlace, o unidad vertical causa efecto, sujeto objeto? Si se refiere a
esta categoría, está diciendo puras sandeces
porque una mancha, por mucho que esta sea, será siempre un fragmento del
todo al que por ningún motivo puede igualar. Lo que se deduce de su afirmación
es que el señor Maturana desconoce los valores absolutos y los principios de la
creación y sobre esa categoría de ignorarlos emite cualquier opinión arbitraria
y gratuita.
Continua el texto diciendo que: La mancha se
transforma en la obra de Bororo en un ser abstracto, orgánico. Se constituye
como ícono y también como concepto y forma plástica. El gesto en la obra del
artista, se percibe como el presente suspendido, es el registro de la ejecución
plástica, una pulsión que se plasma a través de colores y líneas. Fuente Galería
Florencia Loewenthal.
La mancha se transforma en un “ser abstracto
orgánico” ¿cómo se puede transformar una mancha en un ser abstracto orgánico?
¿Cuál es la significación de ser que se tiene para afirmar que la mancha es un
“ser” y cual es la significación de abstracto orgánico? Que se constituya la
mancha en icono, concepto y forma me parece bien pero, icono de qué, concepto
de qué significado y forma de qué imagen? Lo que viene a continuación es
suficiente para quitar el apetito a cualquiera: El gesto en la obra del
artista, se percibe como el presente suspendido. Presente suspendido ¿porque
está colgado o suspendido por no ser aprobado? - Una pulsión que se plasma a
través de colores y líneas- ¿quiere esto decir que cualquiera que por impulsos
haga líneas y colores sin comunicado alguno, sin proposición alguna, sin
finalidad alguna, debe ser perpetuado por la historia de los conquistadores del
máximo dominio sobre los oficios?
Me parece muy interesante el texto, el único
problema que tengo con él es que no lo puedo comprender y eso, creo yo, que no
es por escasez de inteligencia, yo diría que se debe a mi escasa capacidad de
reconocer por verdad a aquello que
considero “sin sentido”.
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