lunes, 25 de febrero de 2013

QUE ES FAMILIA



LA FAMILIA COMO NÚCLEO DE CONVERGENCIA Y UNIÓN

La familia es el núcleo social que permite el desarrollo del individuo y de la humanidad. La humanidad se fundamenta sobre la estructura base celular de la unidad familiar.
La familia está compuesta por tres generaciones, la generación de los abuelos, la generación de los padres, y la generación de los hijos. Abuelos, padres, e hijos, en género masculino y femenino, completan el núcleo familiar, donde se anidan y desarrollan los tres tipos de amor, filial, fraterno-conyugal y paternal.
La familia debe ser el orientador, gobernador y generador de proposiciones, normas y conductas correctas. El desarrollo del afecto, de las normas y del dominio, se madura y completa en las relaciones familiares. La familia es el núcleo rector de la fortuna, de la prosperidad y de la perpetuidad. El éxito o fracaso de una nación se deben al éxito o fracaso en la autenticidad de las familias de que se compone.

a-QUE ES FAMILIA -
Es un sistema completo, donde se manifiesta el parentesco, la tradición y el respeto al estrato posicional dentro de la jerarquía del desarrollo vincular afectivo. Si analizamos a la familia, bajo el punto de vista de la base de cuatro posiciones, veremos que en la estructura base de cuatro posiciones, existe un proceso en tiempo, similar a la tradición. También existe una estructura posicional jerárquica y por lo tanto una función que cumplir: 
1- Posición de la intencionalidad (Propósito Ideal) que corresponde a los padres maduros. Es el padre de familia, quien conduce al grupo hacia el ideal. Un padre sin ideal, es garante del fracaso familiar. El padre ha de seducir, persuadir y motivar a la esposa hacia el ideal que este propone, hasta motivarla, convencerla y satisfacerla. Este ideal ha de ser mutuo y compartido por ambos, esposo y esposa. Sin ideal no hay familia. Pero el ideal de la familia, ha de ser consecuente con el ideal de la creación. Sin esa correlatividad, recognición o correspondencia entre el ideal familiar y el ideal de la creación, la familia es un barco a la deriva. La garantía de la unidad familiar y de la completación del propósito de cada participe de la familia, reside en el cumplimiento del ideal universal y absoluto del principio de la creación.
¿Cuál es el ideal del principio de la creación? El principio de la creación tiene por ideal la unidad absoluta y completa. Para lograr la unidad completa que es siempre y para todos válida, es preciso satisfacer a cada posición de la estructura base de cuatro posiciones: satisfacer al propósito, al sujeto, al objeto y al logro. Esto se logra únicamente cuando cada uno de los cuatro componentes, completa la trinidad de sus respectivos objetivos, es decir, cuando el propósito satisface al sujeto al objeto y al logro; cuando el sujeto satisface al propósito, al objeto y al logro; cuando el objeto satisface al propósito al sujeto y al logro; cuando el logro satisface al propósito, al sujeto y al objeto. Este principio de la creación es el ideal de la creación. El ideal de la creación es el ideal de la unidad absoluta y completa. Por lo tanto la intencionalidad original, dentro del grupo familiar, ha de perseguir la unidad absoluta y completa entre cada uno de los miembros que la componen.

2- Posición del sujeto emisor, director o conductor, que corresponde al padre o esposo en vías de ser maduro. El ideal ha de ser conducido por el sujeto o padre de familia. La esposa retribuye con su lealtad, y de esta lealtad se estimula el marido, para mantener la conducción del grupo familiar. Una mujer desleal y desobediente al marido es la garantía del fracaso familiar. Sin un marido conductor, no hay familia. Pero sin una esposa retribuidora, tampoco.
El hombre y la mujer, contienen diferencias en sus capacidades y en sus habilidades. Ambos son iguales en valor, ambos contienen atributos emocionales, intelectuales y volitivos, pero existen algunas pequeñas pero notorias diferencias entre ambos. A pesar de que ambos pueden ocupar las posiciones tando de liderar, como de subordinarse, es cierto que tienden a sentirse más cómodos ocupando aquellas funciones que les son propias. El hombre se acomoda más con la posición de riesgo y la mujer se acomoda más con la sensación de seguridad. Al hombre le preocupan los ideales nacionales o mundiales más que a la mujer, y a la mujer le preocupa más la administración y protección familiar, más que los ideales del presidente del gobierno.
La concepción del ideal de hombre es la del líder, maestro y padre, en especial se le asignan los atributos de fortaleza, valor, arriesgado, iniciativo, conductor, firme, determinado y maduro y mientras que el ideal femenino es el de, lealtad obediencia y reciprocidad, se le asignan los atributos de belleza, delicadeza, lealtad, orden y armonía.
El hombre persigue los objetos de valor, mientras que la mujer persigue el orden de los objetos. El hombre persigue la casa grande, con hartas piezas y sólida, con piscina y patio para jugar al fútbol, persigue el auto veloz y potente, y los amigos bien posicionados; la mujer ordena los muebles y los adornos, busca que el auto contenga una gran maleta, para llevar las cosas de la familia, y busca amigas que la escuchen y comprendan.
 3- Posición de objeto retributor, que responde en unidad con el sujeto, que corresponde a la esposa y madre en vías de desarrollo. La posición de objeto, no significa que el valor de la posición sea distinto a la de la posición del sujeto. Hay que entender que, no es una más o menos que la otra, todo lo contrario. Debemos pensar que todas las posiciones que se establecen en la base cuádruple, son de igual valor. Por esta razón, se establece la equidad y la justa medida, necesarias para el completo funcionamiento y proceso de la unidad entre las cuatro posiciones. Sin la equidad en el valor, la relación completa no sería posible. Por lo tanto, el sentido del objeto es meramente posicional y no contiene ninguna connotación de mayor o menor que el otro. La posición retributiva de la esposa, así como la de los hijos es fundamental en el desarrollo normado de la familia. Sin la retribución afectiva al padre de familia, no hay familia.
La figura del padre ha de ser la del modelo de valor, de verdad y de bondad a seguir por todos los miembros de la familia. Para que el hijo se transforme en padre ha de tener un modelo de verdadero padre, y para ligarse con el modelo ha de tener un conductor. Alguien ha de hacer las veces de intermediario entre el padre y el hijo, ¿porqué? Porque el padre realiza actos que son muy difíciles de entender para el hijo inmaduro. Un hijo exige del padre su incondicionalidad absoluta hacia él. Exige del padre su presencia, su conocimiento y su guía, pero el padre se preocupa del orden social y para cumplir con su desarrollo incondicional ha de darse por el beneficio social, sacrificando a su familia. Esto no lo puede concebir un hijo en su estado de inmadurez, y para hacérselo entender, la madre ha de explicar y suplir las necesidades emocionales del hijo hacia el padre. ¿Cómo compensar las exigencias familiares con las sociales? El padre maduro es el insertado en el entorno social. Pero el más preocupado por lo social es el que más abandonada tiene a la familia. ¿Quién lo armoniza? La lealtad y obediencia de la madre.
 4 posición logro de la intención o del propósito o Ideal, que corresponde a los hijos, quienes deben de corresponder, asemejar, igualar al ideal, propósito o intención, en este caso a los padres y abuelos. Los hijos son el producto resultante del amor y del orden familiar. Sin la posición del hijo maduro, es imposible que aparezca la calificación  del padre o madre verdadero.
Un padre y una madre, no se pueden llamar maduros hasta no haber completado con éxito el proceso del desarrollo del amor filial en el hijo.
Un hijo que no obtiene el sentimiento de unidad completa con sus padres, tampoco se puede definir a sí mismo como hijo verdadero. El hijo verdadero es el que corresponde en el amor leal y absolutamente con sus padres. De no ser así el hijo no es más que un hijo problema.
La lealtad y obediencia del hijo hacia el padre ha de ser completa, independientemente de que el padre sea más o menos, capacitado, inteligente o maduro. Isaac, mostró el modelo de lealtad en la piedad filial, al ser capaz de entregarse a su padre Abraham, por completo. Incluso en el caso de que Isaac hubiera sido sacrificado y hubiera perdido su vida, su lealtad en el amor, la habría mantenido eternamente. Cuando uno ve y comprende el significado de la vida en relación con el amor, se da cuenta de que perder la vida por el amor, es más correcto que perder el amor por ganar la vida. Para entender esto es necesario sentirse espiritualmente confiado.
Para completar el sistema o estructura base de cuatro posiciones es necesario de correlatividad entre cada posición, esto en la familia se entiende por parentesco.

La familia es un sistema, cuya estructura, se cimenta en el desarrollo del proceso de completación de cada uno de los componentes, hijos, padres y abuelos.

Los hijos ocupan la posición del logro de la intención. Desde esa posición, la responsabilidad del hijo, es la de ser leal y obediente completamente al ideal de la familia, representado por la figura central de la misma, o padre. La completación del amor filial, se establece mediante la lealtad y obediencia absoluta, en los distintos estratos de maduración, del amor filial. El amor filial se inicia desde la posición de niño o infante, adolescente y adulto. Piedad filial es respeto, tanto vertical como horizontalmente. Este respeto lo absorbe el hijo de su madre; es el respeto de la madre hacia el padre o su marido,  el que desarrolla la piedad filial en sus hijos.
 La lealtad y obediencia del infante, difiere de la del adolescente, en tanto en cuanto, el infante obedece y es leal por dependencia, mientras que la lealtad del adolescente es menos dependiente y la lealtad del adulto es independiente y voluntaria o libremente optada. Al asumir la responsabilidad de ser obediente y leal por decisión propia, el amor filial se completa, puesto que pasa a ser parte del  mismo sujeto que lo practica.
La posición de los hijos, es la de ser producto o logro del ideal de la creación, o del ideal de la familia. El hijo, no es algo que aparece porque sí, es el fruto del amor maduro, por lo tanto, debe de responder también, con la misma madurez que lo concibió.
 Un hijo inmaduro, no puede representar el logro de la satisfacción de sus padres. Tampoco va a representar el logro de la satisfacción de sí mismo, por la sencilla razón de que no sería completo. Para ser un logro completo, ha de ser él también completo, por lo tanto ha de hacerse maduro como hijo, siendo leal y obediente, siempre y en todo el proceso de su desarrollo como hijo. La lealtad y obediencia del hijo tiene su raíz en el hecho de que sus padres, ya han experimentado, lo que él ha de vivir, y por lo tanto, su postura es la de consejero, maestro o experto. Por esta razón es preciso de lealtad filial.

La madre representa la posición objetiva, o retributiva. La posición de la madre en la familia, es determinante para que el sistema familiar se complete en orden. La madre es intermediaria entre el padre y los hijos. La madre ha de proteger al padre, de todas aquellas imperfecciones, que generen una conducta apartada del principio, en los hijos. Ella debe generar en los hijos, el respeto y la lealtad. También ha de elevar la posición del padre a la condición de conductor. Sin el apoyo de la madre, el padre puede perder credibilidad. La madre conecta al hijo con el ideal de la familia, representado en la función y posición del padre. La madre verdadera es completa, para completarse, la madre ha de experimentar el amor conyugal en estado de formación, de crecimiento y de completación. Generalmente se precisan de siete años para experimentar el amor conyugal, como madre en estado de formación, experimentando relaciones entre cónyuges e hijos en estado inicial. Siete años más para completar el desarrollo del amor conyugal y maternal, en estado intermedio, y siete años, hasta madurar a los hijos y con ello, madurar también la relación conyugal.
 El papel de la madre, es el de administradora del valor del padre. La madre consuela, dosifica y nutre a la familia. Da a cada cual lo que corresponde. Además ha de nutrir también el ideal del padre o marido, al cual ha de facilitar el camino de la conducción. La madre representa la seguridad, la acogida, la piedad, el respeto por el marido.
El padre es el conductor del sistema familiar. Debe ligarse totalmente con el valor absoluto y determinarse a cumplirlo en su totalidad. El padre ha de ahondar en encontrar soluciones, e intenciones útiles. Intencionalidad e iniciativa retributiva, han de ser sus aliados. La madre es nutriente terreo, el padre es nutriente celestial. Mientras el padre conduce a la familia hacia el logro del valor, estableciendo las posiciones correctas, de acuerdo al ideal, la madre administra cada paso, ofreciendo los elementos que posibilitan el proceso. Sin la complementación de la madre, el padre no adquiere su valor.

El marido ha de darse en su totalidad a la completación de la mujer, y de sus hijos. Para eso ha de proveer con protección y seguridad. La seguridad reside en el logro de las opciones válidas satisfechas por completo. El papel del padre es el del realizador, el que cumple, el que completa. Pero para eso es necesario que esté muy seguro del ideal de la creación, del ideal de familia. El padre, como marido ha de dignificar a la mujer como esposa y madre, para lo cual es necesario que destaque sus valores en presencia de sus hijos. El padre representa el valor, la sabiduría y el poder. Representa al inversor. Invertir no siempre es seguro, supone un riesgo. El hombre representa el riesgo.

El marido ha de madurar sobre la experiencia de 21 años de desarrollo. Siete de estos veintiún años, sirven como proceso para desarrollar sus funciones conductuales y motrices. En estos primeros siete años de infancia, el niño que se prepara para ser marido ha de madurar las normas de conducta correctas, de lealtad y obediencia a los padres y de respeto a las personas. En los segundos siete años, el niño debe adquirir los conocimientos fundamentales del valor, del ideal de la creación y de las relaciones interpersonales. Además ha de madurar en la conducta del dominio sobre el celo, sobre los instintos, y sobre los servidores espirituales. Este tipo de madurez se desarrolla en el tercer periodo de desarrollo de siete años. En este tiempo ha de vencer a la tentación del celo. Para eso ha de entregarse desde la posición de padre a tres personas ajenas a su familia y liderarlas en el valor absoluto. Luego de satisfecha esta experiencia, está calificado como marido conductor y dominador del celo, y del instinto. El marido se inicia desde la posición de hermano, y por lo tanto ha de ser primero un hermano completo, es decir, un Abel que ha restaurado a sus tres Caín.

El padre madura, durante el segundo curso de veintiún años de desarrollo y completación de los hijos. Este periodo de dominio, de seguridad y de completación de la complacencia transforma al hombre y a la mujer en esposos y padres verdaderos. La experiencia del amor filial, conyugal y paternal, transforman a cada miembro de la familia en maduros y plenos.
Desde esa posición de unidad con el valor, asumen la posición de unidad con el ideal o propósito intencional. Esa es la posición de los abuelos.
Los hermanos en la familia tienen una posición de sujeto u objeto, dependiendo de su madurez y género. El hermano mayor ocupa la posición de sujeto del hermano menor. Esto no significa, que lo va a dominar imponiéndole, u obligándole a obedecerle, sino todo lo contrario, va a seducirlo con afecto, persuadirlo con verdad y motivarlo con el ejemplo de lo bien hecho, hasta que voluntaria y libremente responda motivado a su conducción. Esta es la misión de un verdadero sujeto. Los problemas entre hermanos han de ser siempre supervisados por los padres.
El padre es el núcleo conductor de la familia. La dirección, el proceso, las estructuras familiares son responsabilidad del padre. El comportamiento familiar, depende de la conducción del padre de familia.

b-LA TRADICIÓN DE LA NUEVA FAMILIA ORIGINAL
Nuestra situación, no es la original, pura y completa. En nuestra situación de ser personas descendientes de un linaje caído, nuestra conducta, nuestro conocimiento y nuestras actitudes, no siempre son coherentes con los Principios de la Creación, por lo tanto es preciso educar nuestro carácter, nuestro conocimiento y nuestra conducta.
 Para ser Padre catalogado como verdadero, es necesario ser uno con el amor incondicional, con el conocimiento de la verdad absoluta y con la conducta normada de acuerdo con el cumplimiento completo del deber. Para adquirir esa conducta, ese conocimiento y ese amor, es preciso obrar incondicionalmente, es decir es necesario amar a quien no te pertenece, al extraño, al extranjero, al que ocupa la posición de Caín, al que te rechaza, te desacredita, o te desprecia. Todo hombre que quiera restaurarse, ha de amar a tres personas ajenas a su familia, sirviéndoles desde la posición más baja, desde la humilde posición de siervo de siervo, hasta ganarse un estrato más en el ranking de confianza y establecer una relación desde la nueva posición de siervo; en esta posición de servir con humildad, dedicación y afecto, hay que mantenerse, hasta alcanzar un nuevo estrato en el nivel de confianza, la posición de hijo adoptivo. El hijo adoptivo se halla cerca del padre pero les falta el vínculo consanguíneo, sirviendo con humildad y dedicación en este estrato, se puede ganar la confianza del enemigo y alcanzar el nuevo estrato o condición de hijo. Sirviendo con humildad y perseverancia, dedicando todo lo necesario para ganarse la confianza del enemigo, se puede elevar el estándar hasta que el estado de confianza sea tal, que se te llegue a considerar un líder. Y tal vez con el tiempo se te considere un maestro y finalmente se te considere un padre. Cuando el grado de humildad en el servicio perseverante, alcanza a despertar el sentimiento en tu enemigo de sentirte como un verdadero padre, puedes decir que restauraste la posición de tu enemigo, transformándolo en tu hijo espiritual, y al mismo tiempo, esto te transforma en su padre espiritual. Este es el camino sacrificial,  que cada uno que desee restaurar su naturaleza a la condición original, ha de recorrer con determinación y humildad,  hasta que cualquier persona, sienta en el hombre que las sirve, la presencia de un verdadero padre. Cuando el extraño establezca una confianza completa con él y se sienta motivado a entregarse en el afecto por él, esa persona se encontrará en la posición de ser maduro.
Tres personas ajenas y extrañas a ti, que te muestran su confianza y su amor en el extremo de entregarse o ponerse a voluntad tuya, indican que tu posición frente a ellos, es la de un padre. Cuando la persona delega en ti la posición de verdadero padre, te sirve y te ofrece su amor, para bendecirlo en santo matrimonio, Él y tu encuentran una correlatividad, un reconocimiento y una concordancia completa en el verdadero amor incondicional. La actitud convencida, motivada y válida del hijo espiritual de ofrecerse al padre, restaura el fundamento de fe, perdido en la caída.
Sobre ese fundamento completo de fe, el siguiente paso es el de restaurar el fundamento de sustancia, hallando esta persona, a tres personas más, de entre las que le son extrañas, o están en la posición de Caín para él. Cuando frente al extraño, esta persona siguiendo el mismo patrón anterior de conducta, logra el mismo resultado logrado por su padre espiritual con él, este, establece exitosamente el fundamento de sustancia, al unirse plenamente con su Caín.
Sobre ese estándar de afecto, es posible iniciar el camino del afecto con tu pareja. Sobre la experiencia del afecto incondicional, y del conocimiento que produce la completa confianza, es posible ofrecer una conducta normada frente a tu pareja. Por eso es necesario del afecto completo a tres ajenos o extraños.
Pero también es necesario lograr la unión con la pareja. Esa unión ha de lograrse, sobre el fundamento de la fe y de la lealtad femenina hacia el marido y viceversa. Para eso, durante un tiempo de aproximadamente siete meses, la mujer y el marido, han de experimentar el  ser descalificada, incluso ser rechazada o despreciada por uno u otro. Estas situaciones de tensión, celos, rechazos etc, no son más que la prueba necesaria para saber si se está por sobre estas pruebas o por debajo de ellas. Si se está por debajo de las pruebas y no se saben superar, se mostrará la naturaleza caída y con ella la inminente escisión y rechazo entre ambos. Si por el contrario, la persona   está por sobre estas pruebas, su estado de madurez para resolver estos problemas, atraerá al contrario y se establecerá la unidad entre ambos. Si después de esas pruebas, la esposa, o el marido se mantienen firmes y seguros de su unión, ambos de esta manera, se califican como leales y obedientes al principio de la creación. Esta lealtad es necesaria para el buen funcionamiento de la vida conyugal.
El hijo, en numerosas ocasiones pasa por ese tipo de pruebas. Se le ignora, o se le sobrepasa, o se le menosprecia, etc, pero se mantiene junto a los padres leal y obedientemente. La esposa ha de restaurar la posición de hija, hermana y esposa, por lo tanto es necesario que pase por esas situaciones así como el marido que ha de restaurar también las posiciones de hijo, hermano y esposo.
El hombre ha de atravesar esas situaciones, para mostrar su lealtad y obediencia al ideal y ser calificado como ser humano.


c-ERRORES QUE SURGEN EN LA FAMILIA:

La madre demuestra un afecto extremo hacia sus hijos y rechaza la presencia del esposo por celos. Esto no es tan extraño, es algo muy común en el inicio de la relación matrimonial. El hijo recién nacido, es el objeto del amor de la madre, lo ha venido sintiendo en su vientre durante nueve meses, ha creado una relación afectiva que el marido y padre del mismo no ha tenido.
 La proximidad de la madre al niño, despierta el sentido de pertenencia y esto produce en el padre un sentimiento de desprendimiento o lejanía, lo que incomoda al padre.
 Por otro lado, el niño precisa de más atención de la madre que el marido, quien queda postergado y relegado a un segundo plano. Esto no se dice, pero se siente. El marido aquí tiene la opción de sentirse celoso de la madre y rechazar al hijo, o de rechazar a la madre por despegarlo de ella, con su apego hacia el niño. También puede comprender la situación y  optar por esperar su turno. El marido maduro, supera la tentación del celo y mira a su esposa desde la posición de padre, sumiendo la prioridad que la madre determina hacia su hijo, como opción válida. Mientras que el marido inmaduro, se abandona a la tentación del celo  y cae en la actitud errónea de exigir la atención de su esposa, por sobre la atención hacia el recién nacido.

Problema entre cuñados. Los cuñados ocupan la posición fraterna, pero cuando un hermano nuestro tiene éxito, la actitud normal que surge de esto, es la de compartirlo con él. Mientras que al éxito del cuñado, se le adosa un aditivo competitivo. El éxito del cuñado amenaza la situación del cuñado de este. Mientras que el éxito personal, suele ponerse en comparación con la situación del cuñado, lo que tranquiliza. En estos casos, es fácil caer en la tentación del celo hacia el otro. Para evitar el caer en la tentación del celo hacia el cuñado, es necesario verle desde la posición del padre. Un padre quiere lo mejor para su hijo, luego, el cuñado debe desear también lo mejor para su homologo. Esta es la posición correcta.

El padre no provee lo suficiente. En este caso la madre sufre las consecuencias al no poder administrar los recursos para satisfacer al todo. Generalmente opta por exigir al marido más de lo que este puede dar, lo que destroza la relación entre ambos y termina con su matrimonio. Puede también optar, por cooperar con él, y proveer con una porción que aminore la escasez. En ninguno de estos casos va a sentirse completada, por lo tanto, es lógico esperar tensiones en este matrimonio. La madre ha de sentirse muy segura y protegida. De la tranquilidad de la madre dependen emocionalmente sus hijos. Una madre alterada, preocupada y temerosa, crea vínculos afectivos con sus hijos, y estos adquieren de la conducta de la madre, los hábitos y conductas propias de cada uno.
El marido ha de madurar en su iniciativa y fortaleza, para lo cual la esposa ha de darle mucha confianza y afecto. El afecto de la esposa motiva al hombre a ser más hombre. La femenineidad y dulzura de la mujer, despierta la masculinidad y fortaleza del hombre. Es una cuestión de polos. El polo positivo se hace más potente cuanto más débil sea el polo negativo.

El cónyuge se muestra interesado por otra alternativa. El interés por otra alternativa es un signo de insatisfacción. Ningún cónyuge satisfecho va a buscar otra alternativa. Sólo cuando se siente incompleto, inseguro o insatisfecho buscará más allá de lo que tiene. En este caso, la pareja ha de despertar una mayor iniciativa en el afecto, confianza y cuidados.

Los hermanos se odian. Es común que los hermanos se peleen, pero no que se odien. El rencor entre hermanos generalmente depende del aprecio o desprecio que muestren los padres hacia ellos. Un hijo protegido por un padre es causal de rechazo por parte del otro hijo. El amor del padre ha de ser incondicional e igual hacia cada uno de sus hijos. La preferencia causa el desprecio, rechazo y finalmente resentimiento u odio entre hermanos.
Todo hermano compite con el otro sanamente, para ganarse la atención de los padres. Esta competencia obliga al choque, al “yo soy mejor que tu” etc. El niño necesita ser reconocido, valorado y apreciado por los padres. Si el padre o la madre no reconocen, desprecian o invalidan a uno de los hijos, ponen a este en la situación de compararse con el valorado y lógicamente, la única opción que tiene es la de despreciarlo.
El hijo maduro, en este caso, es aquél, que a pesar de la situación adversa en la que se encuentra, muestra una actitud de amplitud y piensa en el “tal vez mañana me acepten a mi”, de todas formas yo también soy su hijo.

Los suegros  entrometidos. Cuando los padres dan un consejo, los hijos lo sienten como deseo de ayudar, pero cuando el suegro da un consejo, el yerno o la nuera lo recibe como amenaza. Tu padre sugirió que me cambie de trabajo, “porque seguramente piensa que soy un flojo”. Las intromisiones de los suegros, han de ser vistas como las mismas intromisiones de los padres. Ellos buscan lo mejor para cada uno por lo tanto los consejos no tienen el doble sentido que nosotros le adjudicamos. Es fácil caer en la tentación del celo frente a los suegros, cuando estos se toman la posición del padre que conduce con sus consejos etc.

La familia monoparental, origina innumerables problemas. El origen de la familia monoparental puede ser múltiple, pero radicalmente se inicia en el predominio del uno por sobre el todo. Cuando uno de los cónyuges desprecia, desconfía o descalifica al otro, en otras palabras cuando se centra en sí mismo, cuando no reconoce al otro o cuando no acepta la conducta errada del otro con la debida responsabilidad como para corregirla, se inicia el movimiento circular en proyección alrededor de ese acto, despreciativo, desconfiado y descalificativo y si no se cabe controlar, si no existe el dominio de posición y de función por el bien común, se termina separándose del otro.
El amor, la confianza y la tranquilidad, se transforman en dolor, desconfianza y tensión. Esta realidad no se puede soportar por mucho tiempo. Se podría decir que el origen de esta situación, surge por la irresponsabilidad del hombre, que no es capaz de superar la tentación  del celo frente al acto errático de la mujer. A pesar de que la mujer pueda comportarse de una forma difícil, es a fin de cuentas, el hombre quien ha de asumir la responsabilidad de educar, conducir y liderar en la construcción del ideal familiar a la esposa. A no ser que la situación sea extremadamente insostenible, ambos, marido y mujer, deberían ser capaces de enfocar y dirigir su matrimonio en la dirección de los valores absolutos. De no ser así, deben abandonar todo lo hasta ese momento conseguido y empezar un curso nuevo, lo que no siempre es fácil.
Fruto de la incapacidad de uno o de los dos cónyuges, surge el hogar monoparental, y todos los problemas derivados de esta situación anómala.
El hijo de un hogar monoparental experimenta:
El rechazo hacia la carencia. Si el que falta es el padre, lógicamente existe una postura de rechazo por la posición paterna, puesto que se le asume la responsabilidad de la ruptura y la responsabilidad también del abandono. Este hijo carece de afecto paternal, de la intencionalidad y riesgo tipificadas en la posición paterna. De la empatía masculina que impulsa hacia el valor, hacia el todo, hacia fuera. Y por otro lado tiene la tendencia a recibir en la empatía femenina, la dosis masculina que le falta, lo que produce en el hijo la sobredosis del afecto protector, seguro y administrador de la posición materna. A este niño es fácil que le produzca desconfianza la persona masculina que ocupe una posición de liderazgo, como por ejemplo el jefe en el trabajo, el profesor en la escuela, el amigo mayor. Por esto mismo es fácil encontrarse con personas procedentes de hogares monoparentales sin figura paterna, en ámbitos de carácter femenino, como por ejemplo trabajando en peluquerías de señoras, en sitios aislados como por ejemplo taxis, micros, etc. No siempre se da, porque cada uno contiene un sistema operativo que en ocasiones se sobrepone a la lógica situación, pero en términos generales es fácil observar esta situación.
La ausencia de la madre, también obliga al padre a adoptar la posición materna para el niño, pero este recibe esa postura o bien como signo de debilidad en el padre o como signo característico de la mujer. En ambos casos está alimentando un prejuicio que muy bien puede impedirle el acceso natural a las mujeres.  El abandonado del hogar monoparental, difícilmente podrá despegarse del hijo que perdió, y por lo tanto crecerá en él el celo por recuperarlo, lo que puede impulsarle a tomar medidas desmesuradas y arriesgadas. La persona que se queda con el hijo, ha de asumir roles que no le pertenecen y que difícilmente podrá suplantar, lo que le inyecta a la relación una enorme porción de ansiedad, de competitividad y de frustración. Conclusión, el hogar monoparental está plagado de sentimientos, raciocinios y situaciones, muy peligrosas para la integridad humana de quienes lo conforman.

d-LA FAMILIA VISTA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL VALOR:
La familia bajo el punto de vista del valor es el núcleo generador del amor, de la confianza y del orden, físico y espiritual.
El orden espiritual, implica que los componentes del grupo familiar, han madurado su convicción sobre las conductas generadoras de los valores  que son siempre y para todos válidos. De esta manera pueden establecer correctas relaciones de empatía, confianza y paz, con cualquier otro. A este estado de unidad se le denomina ambiente espiritual.
El orden físico es consecuencia directa del orden espiritual establecido. La familia ha de ligar a cada aspecto del desarrollo del proceso, así como también a cada miembro integrante del núcleo familiar.


e-LA FAMILIA BAJO EL PUNTO DE VISTA DE LA TRADICIÓN:
La familia vista desde el punto de vista de la tradición, es la semilla sobre la cual se fundamenta la conducta normada del individuo. En la actualidad la familia no opera como tal, y si opera como casi-protectorado.
 Se habla de que la familia es el núcleo moral donde se forma el individuo, pero la moral ¿basada en qué conducta, en qué ideal y en qué valores? En los valores relativos a la tradición de una determinada comunidad, o a una relativa ideología, religiosa, política o económica. Pero no, centrada en el ideal universal y absoluto de la creación, ni en la verdadera tradición universal y absoluta. Sencillamente, porque se desconocen dichos principios universales y absolutos.
Se habla también de que la familia es el centro protector y creador de la entidad ética de la persona, pero ¿en qué valores se fundamenta la ética del individuo, si ignora cual es su propósito individual y su propósito de conjunto? El individuo, se cree un ser social, pero ignora cómo realizarse socialmente como individuo. Ignora también cómo establecer correctas relaciones, por lo tanto, en base a qué fundamentos sustenta su postura social?
Se habla también de que la familia es el centro generador de las conductas creativas del individuo, pero ¿en función de qué paradigma de excelencia opera la conducta familiar?
En función del estándar relativo a cada individuo. O en función del estándar relativo a una determinada comunidad o grupo ideológico, pero no en función del estándar absoluto, de lo completo, de lo verdadero y de lo pleno, por la sencilla razón de que se ignoran los valores absolutos.

La familia es la semilla germinadora de la tradición histórica, y la historia ha de ser el reflejo del desarrollo humano en pro de la excelencia, de lo completo, de lo verídico y de lo pleno.

La construcción de este estándar depende del dominio sobre los servidores. La familia que domina la prudencia (opción válida), la fortaleza (firmeza) y la templanza (flexibilidad en el respeto) podrá ubicar al celo dentro de los límites de la unidad, y no caerá en la tentación de entregarse o abandonarse al celo extralimitado. Pero la familia incapaz de dominar a los servidores previos a la unidad, (arc-ángeles) perderá la experiencia del valor de la plenitud, de la confianza y de la completación.

La familia es la estructura contenedora del potencial social de cada individuo. Todo individuo ha de satisfacer el propósito individual y a la vez el propósito de conjunto o social. La familia que no se entrega por el bienestar de su familia vecina, difícilmente puede hallar el respeto, la confianza y el valor de la entidad social en la cual se inserta. La familia, para adquirir su validez como familia, ha de ofrecerse voluntaria e incondicionalmente al beneficio de sus vecinos, hasta ser correlativa, reconocida y aprobada como válida, por los vecinos. Esta recognición de la validez de la familia por  la vecindad, realiza, y sustancializa la madurez de la familia.
Vemos por ejemplo que las familias al servicio del beneficio de la comunidad son más y mejor aceptadas que las familias que no se involucran en el desarrollo social.

El problema de los valores, radica en la comprensión y el establecimiento de sus límites. El  valor es siempre y para todos complaciente dentro de los límites de la unidad absoluta. Siempre y cuando la complacencia sea siempre y para todos válida.
La libertad es una cualidad que satisface y por lo tanto la denominamos como valor, pero por ejemplo la libertad económica, produce el liderazgo de monopolios que arrasan con las economías de menor escala. La libertad política también produce la dirección monopólica del partido predominante, que tiende a destruir a sus oponentes. Y la libertad de los trabajadores, genera la facilidad de sindicatos cuyo monopolio tiende a destruir la estructura productiva del país, por medio de las huelgas y protestas sociales. ¿Cómo hace una sociedad democrática para proteger la libertad de prensa sin hacerse a sí misma vulnerable a los abusos por parte de los monopolios de los medios de comunicación? 
La libertad en la familia, acaba por destruir la estructura vertical y horizontal en las relaciones. ¿Qué puede hacer una familia para ejercer una postura democrática que no caiga en ser demagógica y contraproducente? ¿Dónde establecer los límites de la libertad en la familia? La libertad y permisividad de los hijos, no siempre les fomenta el desarrollo de la autonomía o de la autoestima, sino más bien produce todo lo contrario, el rechazo de sus pares  a una conducta generalmente intransigente y el abandono a la anarquía, a una tendencia reaccionaria a la disciplina. La libertad en la pareja, también abre la puerta a buscar las experiencias que no se encuentran en el otro. La pareja permisiva, fácilmente se encuentra con un opositor que comparte con la pareja, aquellas ausencias o carencias que uno tiene, lo que origina finalmente la ruptura conyugal.
¿Cómo hace una familia para proteger la libertad  sin hacerse a sí misma vulnerable a los abusos de los demás? 
La familia ha de adquirir una conducta, basada en la comprensión de los valores absolutos, y crear una comunidad social que le permita la protección de los abusos de la sociedad imperante.
La familia actual es vulnerable a todo tipo de opiniones, por lo tanto, no basta con permitir el acceso al conocimiento, sino que hay que restringir el tipo de conocimiento en los hijos. El hedonismo, el relativismo y el egoísmo son los enemigos máximos de la conciencia humana. Pero no existe filtro alguno que nos permita protegernos de ellos. Cada persona tiene que contener uno de estos filtros, pero ¿cómo lograr esta meta? Ninguna familia es impermeable a las influencias egoístas, relativistas y hedonistas. La impermeabilidad exige del conocimiento de los valores absolutos, pero no basta con el conocimiento de los valores, además es necesario de una sociedad protectora de dichos valores absolutos. Esta comunidad impermeable, tampoco lo sería si se encuentra inserta en el ámbito social de nuestra sociedad actual. Lo que nos indica el grado de dificultades que debemos superar para establecer una sociedad protectora de los valores absolutos.
La convicción del beneficio público por sobre el beneficio personal es el punto de partida de esta sociedad. El altruismo megapolitano ha de establecerse como enseñanza en el ministerio de educación, antes de pensar en una sociedad impermeable. En el estado actual todos somos permeables al híbrido enemigo de la conciencia.
La libertad en las conductas tampoco benefician al individuo. En una sociedad donde se ofrecen las libertades de conducta, de pensamiento y de valor, lo más lógico a esperar de ella, es su inminente destrucción.
La libertad en las conductas tiene un límite. No podemos permitir la libertad de la conducta sexual y regalar las calles a la prostitución, por la sencilla razón de que el propósito de la prostitución no es absoluto, sino relativo a un grupo social marginado y centrado en el hedonismo egoísta. La promiscuidad sexual nada tiene de absoluto. No beneficia al todo siempre. Únicamente beneficia al grupo de marginados que lo practica y ni si quiera es así, porque lo único que hace es destrozar las conciencias de quienes son adictos a ello. Evitar la prostitución evita que las personas que se involucren en ello, pierdan su integridad, emocional, intelectual y conductiva. La prostitución no beneficia a los partícipes de ella, sino que los inserta en un sin fin de problemas emocionales, problemas familiares, sociales y psíquicos. En un mundo de libertad extrema sexual, no existiría lugar para la familia verdadera. En un mundo de homosexuales no existirían descendientes.
Tampoco podemos permitir las conductas egoístas de los adictos, tanto a las drogas como al poder, a la fama o al ego. El adicto es dependiente de algo, y siendo dependiente de algo pasas a ocupar la posición de objeto de las cosas a las cuales eres adicto, esto va en contra del principio de la creación que nos dice que somos hijos de lo absoluto y por lo tanto ocupamos la posición de apreciadores de ello y no de dependientes de las cosas. El adicto es fácil de transformarse en fanático consumidor. Si liberamos la conducta aditiva, creamos una amenaza para la sociedad normada. La adición es una tendencia egoísta que prevalece al uno por sobre el todo y siempre, por lo tanto no tiene nada de conducta centrada en lo absoluto. El adicto prioriza su necesidad por sobre la necesidad de lo absoluto, lo que transforma su criterio de ser universal a ser relativo a la persona.
La conducta libertina del juego, genera la gestión para la educación del entretenimiento. Este tipo de educación en los medios de comunicación produce una juventud necia, lo que no beneficia al todo, por lo tanto nada tiene que ver con lo absoluto.
Cualquier conducta ha de ser normada de acuerdo a la estructura base de cuatro posiciones, eje de las relaciones interpersonales completas.

Hoy vemos en los diarios a las lesbianas, prostitutas y homosexuales exigiendo su derecho a trabajar “honestamente” en las calles. Vemos también a grupos ecologistas exigiendo que impidan la tala de árboles, la caza de las ballenas, de focas y de animales salvajes, que se impida la muerte masiva y cruel de los pollos, de las vacas y de los cerdos. Vemos a los presos exigiendo mejores dormitorios y mejores condiciones en la prisión. Estas exigencias que por un lado contienen una dosis de certeza, por otro lado si se extreman podemos llegar a ver, las calles invadidas por lesbianas, homosexuales y prostitutas, en una sociedad escasa de alimentos, y repleta de bandidos.

La conducta ha de ser normada de acuerdo con los patrones absolutos contenidos en las funciones básicas de la estructura base de cuatro posiciones.


f-LA FAMILIA EN LA RESTAURACIÓN:
En el proceso de la restauración, la familia se restaura sobre su fundamento espiritual de la conducta, del conocimiento y del amor. Originalmente la familia sería el núcleo del amor, de la sabiduría y de las conductas normadas. Actualmente no es así. Transformar a la familia actual en la familia original, tiene su costo.
El costo de cada posición y el costo del proceso. La familia se construye en función de un proceso en tiempo y de una estructura de posiciones, ambos, proceso y estructura han de ser modificados y transformados de acuerdo a un ideal distinto al que tenemos.
Vivimos en pro del ideal personal, y debemos vivir en pro del ideal de la creación. El ideal personal es relativo a cada uno, y el ideal de la creación es absoluto porque es siempre y para todos válido.
El traspaso del ideal relativo al ideal absoluto tiene el costo de la negación del ideal relativo y el costo de la adopción del ideal absoluto. Realizar el ideal de la creación es un deber, es el deber de cada ser humano para transformarse en auténtico humano.
¿Cuál es el costo?
La familia se compone de padres e hijos, marido y esposa, hermanos y hermanas. En el proceso de formación de la familia, el primer paso a experimentar es el de la experiencia entre hermanos. Primero, somos novios, luego cónyuges, después padres, y finalmente hijos. La última experiencia en la completación de la familia es la experiencia entre hijos, es decir la experiencia entre hermanos. Por lo tanto, en el proceso de restauración, la primera relación a restaurar es la relación entre hermanos.
¿Cuantos tipos de caracteres pueden existir entre hermanos?
Emocional, intelectual y volitivo
Emocional en estado de formación, (1) de crecimiento, (2) de completación (3) y maduro emocional (4).
Intelectual en estado de formación, (1) de crecimiento, (2) de completación (3) y maduro Intelectual (4).
Volitivo en estado de formación, (1) de crecimiento, (2) de completación (3) y maduro volitivo (4).
Nos da un total de doce.
También podemos hacer otra asociación
Emocional, (1) emocional emocional,(2) emocional intelectual,(3) emocional volitivo(4)
Intelectual,(1) intelectual intelectual,(2) intelectual emocional ,(3) intelectual volitivo(4)
Volitivo, (1)volitivo volitivo, (2)volitivo emocional,(3) volitivo intelectual. (4).
 De esta manera también nos da doce.
Si nos guiamos por la repartición tradicional del zodiaco, también nos da doce caracteres. Aries, Géminis, Leo, Libra, Sagitario, Acuario, Tauro, Cáncer, Virgo, Escorpión, Capricornio, Piscis.
El zodiaco chino, también divide los caracteres en doce: rata, tigre, dragón, caballo, mono, perro, búfalo, liebre, serpiente, cabra, gallo, jabalí.
Si por caracteres posibles tomamos el doce como número, lo primero que hay que hacer para restaurar el proceso de la familia es el número doce. Cada pareja, marido y mujer ha de restaurar el doce en tres etapas de crecimiento, para tener la experiencia completa del amor. Doce personas crean un tercio del circulo que tiene 360° si se restaura la relación con 12 personas primero, se obtiene la experiencia para que las 12 personas posteriores se restauren sobre la protección de las anteriores y las 12 siguientes, ya tendrían la experiencia de las 12 anteriores lo que mejoraría su posición. Dividiendo 360° en tres etapas nos da 120°. El primer paso es el de restaurar a 36 parejas cada uno de los cónyuges, lo que hacen un total de 72 parejas. Estas 72 parejas, de mantenerse unidas, restauran la posición Caín y Abel completamente. Sobre este fundamento completo, la familia puede llamarse protegida.

 Esta familia, por un lado elabora su desarrollo emocional, cognitivo, y volitivo, logrando elevar al estado de madurez, cada uno de estos tres atributos, posicionando a la emoción, o conciencia del valor, en la posición directiva, en función de la cual, el intelecto o el conocimiento logrado en la educación y conducta de cada miembro de la comunidad, adquiere su máximo desarrollo; y por otro lado se inserta en el ámbito social, estableciendo las relaciones correctas socialmente que le permiten adquirir una postura ética, que le es válida en el inicio y desempeño de cualquier relación posterior. En pocas palabras, los miembros de este proceso, adquieren una conciencia válida, un conocimiento válido y una conducta válida, lo que les califica como verdaderos.

36 y 36 parejas, simbolizan al circulo completo en la posición causa y efecto, en la posición sujeto y objeto y en la posición Caín y Abel. El logro de la unidad entre ellos, permite el logro del modelo social a seguir.
Sobre el establecimiento de este modelo, se puede hablar de garantías: Garantía de un ambiente protegido, garantía de un ambiente de conocimiento absoluto, garantía de un modelo de conductas correctas. Esta célula social, permite el desarrollo del individuo que surge en ella y lo madura en sus tres áreas de conducta, de conocimiento y de valor.
Sin este fundamento el ideal, es una fantasía.
Para realizar el ideal es preciso encontrar primero una persona que empatice, crea y obedezca tus directrices, de acuerdo al principio de la creación. Por lo mismo, antes de iniciar el camino de ofrecer el conocimiento, has de tenerlo muy bien asimilado. Lo que obliga al estudio exhaustivo de la materia. Por lo mismo, el curso formula nos indica que después de los seminarios de cinco y veintiún días, se estudie bien la teoría del arte, y los principios divinos.
Cada persona espera el conocimiento de la verdad, por lo tanto al ver a cada persona, debemos hacernos y sentirnos responsables por entregárselo. Pero no todos, a pesar de que todos esperan saber cual es el sentido de su vida, el origen y la identidad del ser humano original, no todos, están abiertos a profundizar en ello. La cantidad de prejuicios adquiridos durante sus vidas, les impide en ocasiones el acercamiento a la verdad. Por lo tanto es preciso ser muy prudente, para evitar su oposición a aquellos temas conflictivos o a aquellas diferencias de interpretación, que muy bien pudieran impedirle el adquirir este valioso conocimiento. Ser prudente implica en ocasiones el saber eludir sus diferencias sin hacerle sentirse ignorado o abandonado. La sabia actitud del combatiente que espera, cediendo terreno al enemigo, hasta encontrar el momento adecuado para vencerle, es más adecuada que el enfrentamiento verbal, que divide e imposibilita el encuentro posterior. En esta tarea de educar lo que no se puede perder nunca es la relación, por lo tanto cualquier diferencia que ponga en peligro la unidad en la relación hay que saber eludirla.
Si estamos seguros de que la relación está por sobre nosotros mismos, nos podemos entregar al propósito de la relación pero si no somos conscientes o sensibles a esta realidad, es necesario que profundicemos más en el tema.
¿Qué es primero, relación o posición? ¿Qué es primero relación o persona? ¿Qué es primero la relación o yo?. Si pensamos a fondo en esto, no cabe duda de que para que exista la posición es preciso de la relación previa entre causa y efecto, sólo después de completada esta relación se desprende la persona, de su causa originaria. Lo que nos indica que primero es relación y después es posición, persona o yo. Por lo mismo Yo me debo a la relación y si quiero mantenerme en orden con el ambiente, he de priorizar la relación por sobre la persona. Esta es la única manera de sobrepasar los conflictos. Conflicto es producto de una relación insatisfecha, irreconocible o incompleta. El conflicto surge, precisamente, cuando el  sujeto desprecia, ignora o rechaza al objeto.
Conflicto es un estado de falta de unidad en uno mismo o de falta de unión con el otro o lo otro. En las personas el conflicto aparece por diversas razones, destacándose entre ellas: la incompatibilidad emocional,  diferencia en intereses o conductas. La falta de unión entre causa y efecto o entre sujeto y objeto, originan conflicto. La recognición del conflicto se evidencia mediante tensión, desconfianza y descalificación o rechazo. Tensión produce alteración del orden y generalmente desencadena en el  sentimiento de  dolor. La ignorancia produce temor, puesto que no sabes a qué atenerte. Y el rechazo, produce en su extensión , el egoísmo y la soledad.
Si observamos a las personas detenidamente, podemos averiguar el pasado de las mismas, por la conducta que tienen. La conducta temeraria, es debida a la suma de relaciones de desconfianza; la conducta de soledad, es producto también de falta de acogida, de falta de confianza, de falta de empatía, y por lo tanto es fácil averiguar que la persona solitaria, ha vivido numerosas relaciones de este tipo, que dieron como resultado su conducta egoísta.
Tensión es un término que se utiliza en física para determinar a las fuerzas que operan en el mantenimiento de la unidad entre opuestos, cuando tienden a separarse. Curiosamente, la tensión se denomina a la fuerza que impide la separación. Y conflicto se denomina a lo que produce la separación. Si pensamos un poco, nos damos cuenta de que el conflicto que produce la tensión, opera entre el rango desde que se inicia el proceso de separación, hasta que se separan las posiciones sujeto objeto. Por lo tanto la tensión en sí, no es nada externo a la relación y es más, podría decirse que es gracias a la fuerza de la tensión, que se posibilita el regreso a la unidad. Sin esa tensión, la separación sería inmediata.
La relación contiene una porción elástica en su estructura. Esta elasticidad permite las diferencias, pero existen diferencias, que si no son apreciadas en su justa medida, exceden el margen de elasticidad de la relación y la destruyen. Por eso es necesario priorizar la relación por encima del punto de vista personal de la apreciación del sentimiento, del conocimiento o de la conducta.
Es fácil juzgar, bajo el punto de vista de uno mismo la conducta del otro como errada, falsa o no válida, pero ¿quién es el más apropiado para juzgar la conducta de alguien? Sin duda que el más apropiado para juzgar su conducta es el que la origina, dirige y realiza. Si alguien obra causándome un problema, lo lógico es preguntarle cual es la razón por la cual está operando así, antes de juzgarle desde mi punto de vista parcial y relativo. Quizá bajo su punto de vista, se justifica su conducta. Si se niega, o me rechaza, la única alternativa que tengo frente a esa persona es la de darle un tiempo para que recapacite, y hacerle entender cuál es el punto de vista del conjunto frente a esa situación específica.
La Prudencia es fundamental en la conducción de las relaciones. Sólo es posible optar por la alternativa válida, después del discernimiento entre las opciones. Para eso es necesario el uso de prudencia. Se denomina a la prudencia como virtud, y a la virtud se le entiende como fuerza de las causas para producir o causar los efectos, poder y potestad de obrar. Toda virtud se entiende como fuerza, vigor o valor. Yo personalmente entiendo a la prudencia como el servidor que nos permite detenernos frente a la opción y discernir antes de optar por la alternativa válida. Como servidor que protege la opción válida, también se puede considerar como un ángel.
Los ángeles son servidores del valor, servidores del conocimiento (Lucifer) servidores del amor (Miguel) y servidores de la conducta (Gabriel). El arcángel Miguel es considerado como el primero y principal de los ángeles, su nombre significa ¿Quién como Dios? Y expresa el verdadero valor que estriba en Dios. Miguel es el protector de la iglesia, significa el valor absoluto de Dios. Por lo tanto ocupa la posición de la conciencia del valor.
Lucifer, de lux,  lucis, luz y ferre, llevar, es uno de los nombres dado por los romanos al lucero de la mañana, también se dice del soberbio, del ángel que extremó su conocimiento. Se entiende como el ángel servidor del intelecto, o conciencia de la verdad.
Gabriel es el tercer arcángel mencionado en las escrituras, su nombre significa “hombre de Dios”. Su función es la del hacedor. Fue Gabriel el que anunció a Daniel el nacimiento del Mesías, a Zacarías el nacimiento del Bautista, y a María el nacimiento de Jesús. Según los árabes, reveló el Alcorán a Mahoma. Se entiende como conciencia de la conducta  o sinónimo de voluntad.
Sólo el dominio de estos tres aspectos, emocional, intelectual y conductual, posibilitan la relación completamente correcta. Para lo cual es preciso de opción válida y eso únicamente es posible sobre el discernimiento efectuado con prudencia.
La Fortaleza garantiza la consecución del logro. Únicamente podemos cumplir con la realización de cualquier acto, después de mantener una conducta determinada, concentrada y firme. Sin la determinación, o resolución a encontrar el valor, sería imposible su concreción. La determinación es una cualidad  trascendental e intrínseca a todo ser, puesto que  todo ser opera en movimiento y relación constante y continua.
La fortaleza opera como servidor del cumplimiento del logro, posibilita la consecución válida, permite llegar al encuentro con el valor. Un ser determinado, contiene la fortaleza para recorrer el camino del desarrollo intencional. Por lo tanto la fortaleza es un servidor que de ser dominado con firmeza y convicción en su justa medida, posibilita el encuentro con el valor.
La Templanza es un servidor elástico, permite la tensión, pero sirve para evitar la escisión o ruptura de la relación. La templanza nos sirve como protector del rechazo, del miedo y de la insatisfacción. Es lógico de esperar en un mundo de diferencias que algunas de estas sean intolerables por nuestros ideales, criterios o conductas. Para esos momentos en especial, se nos entregó el servidor de la templanza. Ser templado, no es ser tolerante. Templanza y tolerancia no son la misma cosa. Tolerar es permitir y templar es poner en su justa medida. El uso de la templanza se ejercita en los momentos de conflicto. El conflicto crea tensión, temor y rechazo. Cada uno de estos productos son aceptables dentro de un rango e inadmisibles fuera de ese rango. Toda tensión, temor o rechazo, son válidos dentro de los márgenes de la unidad en la relación, e inadmisibles cuando la relación se transforma en lucha. Fuera de los márgenes de la relación no se debe tolerar la tensión, el temor o el rechazo. Es inadmisible, porque se transforman en destructivos, injustificables  e insatisfactorios.

En toda relación, es de esperar algún conflicto, si entendemos al conflicto como la falta de unidad en uno mismo o falta de unión con el otro o con lo otro. Es natural  que si todos somos únicos y por lo tanto diferentes, existan también diferencias mínimas y diferencias máximas, por lo tanto cabe lugar a conflictos de un rango u otro.
Si contamos con esa posibilidad y somos sensibles, conscientes y operativos frente al conflicto, lo normal es que todo quede en algún grado de tensión, de temor o de rechazo, pero sin llegar al extremo de la ruptura de la relación. Esto es lo que ocurre en la relación entre padre e hijo. Ambos pueden sentirse tensionados, temerosos el uno del otro o incluso rechazados, pero vuelven una y otra vez a estar unidos debido a que el lazo vincular entre ambos, les impide romper su relación. Este grado vincular es el que hay que desarrollar entre el sujeto que inicia su conducta de restauración y sus treinta y seis parejas o familias. Con ese nivel de ligazón vincular, cualquier diferencia es tolerable y templable.

Como familia que debe restaurarse, debemos establecer metas y objetivos prácticos, y por supuesto, alguna metodología operativa a realizar. Ponerse condiciones inalcanzables, puede ser inoperante y frustrante. Lo importante es ser realista, saber con las condiciones, cualidades y habilidades de las que se dispone y en función de estas, iniciar el desarrollo de un proceso de realización y consecución de logros.


g-FORTALECER EL CONOCIMIENTO, LAS CONDUCTAS Y EL SENTIMIENTO
La mejor manera de desarrollar la voluntad es mediante la firmeza y el ejercicio cíclico o circular completo; para desarrollar el intelecto, es la lectura o el pensamiento comparativo y para desarrollar la emoción, es la oración.
Para desarrollar la fortaleza, hay que poner condiciones de firmeza. Para desarrollar la templanza hay que ponerse en situaciones límite y para desarrollar la prudencia es preciso de la oración profunda y centrada en el valor que es siempre y para todos válido.

La fortaleza se desarrolla determinándose con firmeza en la consecución de logros. Para eso no hay nada mejor que el entrenamiento constante en cualquier área, pero condicionado por una persona con más experiencia en el logro de la fortaleza. En casos especiales se utiliza el fondraísing  como metodología más completa, pero también se puede realizar el mismo ejercicio siendo determinado a cumplir metas y objetivos claros y precisos, durante un tiempo de fortalecimiento y desarrollo de esta virtud.
El intelecto se desarrolla mediante la asimilación y asociación comparativa de elementos de conocimiento. La asociación comparativa permite deducir juicios y determinar la razón contenida en dichos juicios,  de donde se desprende conocimiento.
La asociación de conocimiento, permite también el desarrollo de una conciencia tolerante puesto que se prioriza la asociación comparativa por sobre la posición de una de las partes. Al aprender a comparar, también se aprende a tomar en cuenta ambas posiciones. El desarrollo del intelecto, también influye en el desarrollo de la templanza.

La templanza se ejercita y se desarrolla en situaciones de conflicto, en situaciones límite. Expuesto al conflicto, a la tensión al temor, al rechazo, no te queda otra alternativa que templarte, que elastificarte. Las posturas extremas, duras e intransigentes no pueden operar en situaciones de tensión, de temor o de rechazo. Por eso que es importante el desarrollo de la templanza, insertándose en numerosas situaciones extremas. Una situación límite para uno puede no serlo para otro, por lo tanto dichas situaciones límite, deben ser determinadas por la persona que se enfrente a ellas. Existen situaciones límite en distintas áreas; citaciones límite emocionales, situaciones límite intelectuales y situaciones límite conductuales, por lo tanto es útil el enfrentarse en cada una de estas áreas. El ejercicio de fondraísing es ideal para desarrollar en un corto periodo de tiempo estas conductas templadas, así como también el educar a otros, porque te pone en situaciones de conflicto intelectual. Estas situaciones límite intelectivas o cognitivas, desarrollan la templanza. También se puede poner dicha persona al servicio de un guía o persona con más experiencia en el cómo superar estas situaciones extremas.

La prudencia se desarrolla únicamente con una actitud de oración constante, que no tiene que ser necesariamente identificada con el rezo, sino con la búsqueda del valor absoluto que opera siempre y para todo.
Orar no es repetir unos signos con devoción, orar es establecer una relación emocional, intelectual o volitiva con lo absoluto. Orar es preguntarse cual es la opción válida frente a las alternativas de que dispongo, es deducir de entre lo que conozco, qué es lo que es siempre y para todo válido, es optar, de entre las conductas que se me ofrecen, aquella que es la responsable en el cumplimiento del deber. Orar también es informar a la conciencia absoluta de los logros, satisfacciones, conocimientos y agradecimientos. El desarrollo de la oración, facilita el discernimiento y por lo tanto la opción válida. La oración es el mejor generador del valor, puesto que permite mediante el crecimiento de la prudencia, la unidad con lo que es siempre y para todos válido. Permite la ligación con lo absoluto, la unión con Dios.
Una conducta centrada en la oración es una conducta noble. Cualquier opción tomada sobre el discernimiento entre lo que es prioritario para el logro de lo que es siempre y para todos válido es una opción válida. Por lo tanto la mejor manera de desarrollar la prudencia en la opción es la oración, orar es hablar con lo Absoluto, con lo pleno y con lo completo. Siempre es útil dejarse asesorar en la oración por alguna persona con más experiencia en ello.
En el fondo todos estos ejercicios fortalecen emocionalmente a la persona, haciéndole cada vez más y más sensible a las necesidades, intereses y deseos humanos universales, fortalecen la convicción en aquella verdad absoluta que es siempre y para todos válida, lo que produce una tremenda seguridad, y fortalece las conductas del individuo, sintiéndose cada vez más libre al saberse responsable de sus actos.
Sin duda esto fortalece el sentimiento de familia. Cuando los miembros de una familia están unidos en la oración, en el raciocinio y en la tradición, la familia se fortalece y se cimenta como sostenedora del ideal de la creación. Cuando varias familias ordenadas en comunidad comparten la unidad en la oración, en el raciocinio y en la tradición, la comunidad se fortalece y se cimenta como sostenedora del ideal de la creación. Cuando varias comunidades ordenadas en sociedad, comparten la unidad en la oración, en el raciocinio y en la tradición, la sociedad se fortalece y se puede pensar en un ambiente optimo para el desarrollo y cumplimiento del ideal de la creación.


h-FAMILIA INTEGRANTE DE LA COMUNIDAD
La humanidad se cimenta en la familia, por lo tanto, la familia tiene la responsabilidad de fortalecer, conocer y valorar a la comunidad a la que pertenece. Una familia que vive los principios de la creación, es una familia que predomina el beneficio social, por sobre el beneficio familiar. En esta familia se prioriza el eliminar fronteras raciales, fronteras ideológicas, sociales, culturales, económicas etc.
La familia centrada en el ideal de la creación, proyecta su visión hacia la comunidad, hacia el ideal comunitario de priorizar el beneficio del todo y siempre por sobre el beneficio propio. En esta familia, cada miembro acepta su posición social o comunitaria con respeto y responsabilidad. Entregándose al servicio del bien común. Sabiendo que el beneficio del todo, satisface al individuo, lo mejora y lo enriquece.

En una familia comunitaria se ora en comunidad, se piensa en comunidad y se realiza en comunidad. La familia se ofrece por el beneficio del todo y siempre centrado en el valor absoluto. Es necesario comprender que el todo y siempre es omnipresente y eterno al mismo tiempo, por lo tanto es ley, razón y realidad.
Cuando hablamos del todo y siempre, no nos referimos al todo social, ni al siempre en la historia, es más profundo que eso. Nos referimos al todo universal y al siempre eterno. La familia que se ofrece por este beneficio, obra en consecuencia con los principios de la creación.
La familia comunitaria debe realizarse como partícipe de la comunidad y la comunidad es una unidad común, unidad social común al grupo que la compone. Para ser común  ha de ser correlativa a todos los componentes de la misma, ha de ser reconocible por todos los componentes y ha de ser correspondiente con todos los componentes de la comunidad.
Emocionalmente es preciso hallar la sincronía en el ideal común del beneficio público. Esto se establece al estar centrados en el ideal de la creación. En este sentido, el compartir  una ideología común, facilita la  afinidad y empatía emocional . Intelectualmente el reconocerse en el mismo ideal, facilita la confianza entre las familias, lo que genera unidad en la comunidad. Conductualmente facilita una tradición elaborada, donde la experiencia del anterior, facilita la conducta del posterior. Esta comunidad unida, se transforma en la base sustentable de la nación.
La comunidad se administra participativamente. El producto del beneficio de las habilidades de uno se ofrece a la mejora de la situación del todo. El beneficio no se almacena, se comparte. Quien gane siete y necesite tres, ofrece los cuatro restantes al beneficio público. Las familias trabajan por el beneficio público y el público trabaja por el beneficio de las familias. Esta actividad compartida, genera los recursos necesarios para la igualdad en derechos de los miembros de la comunidad.
En la comunidad es Dios el centro de todo siempre. Dios es el beneficio de todos y de todo siempre. Dios es el afecto incondicional por el todo y todos siempre. Dios es la unidad con el todo y todos siempre. Dios es lo completo en todo, siempre. La comunidad de lo absoluto es la verdadera comunidad.

i-LA GRAN FAMILIA HUMANA
El hombre y la humanidad se ligan en lo humano. Lo humano es universalmente incondicional en el afecto, lo humano es la cualidad absoluta del conocimiento que es siempre y para todos válido, lo humano es la completación de la bondad, la perfección del hecho.
Para entender al hombre ligado con la humanidad, debemos comprender lo verdaderamente humano.
La correlatividad en el afecto incondicional, genera humanidad; la recognición del conocimiento absoluto, genera humanidad y la correspondencia o semejanza con lo absoluto, genera humanidad. Del mismo modo la correlatividad emocional entre plenitud y placer, genera al ser humano; la recognición entre ley y razón, genera la ser humano y la semejanza o correspondencia entre apreciación y creación, genera al ser humano.
La gran familia humana está centrada en la correlatividad emocional, en el reconocimiento intelectual y en la correspondencia creativa.
El ser humano aprecia, reconoce y atiende. Aprecia los sentimientos, conocimientos y facultades del otro o de lo otro, y de esa forma adquiere sus sentimientos, conocimientos o estímulos. La actitud apreciativa, posibilita el encuentro con el valor, la actitud recognitiva o confiada, también permite el acceso al encuentro con el valor, así como la atención al otro o hacia lo otro, posibilita el encuentro con el valor.
El ser humano crea humanidad en la actitud apreciativa, confiada y motivada hacia el otro o hacia lo otro.
Humano es todo aquello universal, absoluto y pleno, porque solo el hombre tiene la capacidad de apreciarlo, comprenderlo y realizarlo.
La gran familia humana, ha de enfocarse hacia el aprecio, la recognición y la atención. Para eso ha de vencer la tentación al desprecio, al conocimiento relativo o partidista, y al egoísmo.
 El comportamiento humano no es meramente accidental, siempre es una referencia de algo y además contiene en sí un significado. La conciencia intencional existe con él y en él. La conducta humana ocurre en un contexto de determinantes, enfocadas hacia la consecución de lo absoluto. La fuerza motora de la conducta, dirige el acto del hombre hacia el encuentro con el valor. La capacidad de apreciar sólo permite adquirir aquello a lo que pone precio, a lo que contiene valor. Solo puede poner precio a lo que vale. La capacidad de despreciar, nos permite descartar lo que no es válido, para recibir exclusivamente lo que apreciamos como válido.

El hombre y la humanidad sólo se encuentran en el valor.
Las relaciones que determinan el comportamiento humano, podemos denominarlas como situaciones que al progresar en su desarrollo, se van haciendo más complejas, y consecuentemente su comportamiento se vuelve más diferenciado. El hombre está continuamente inserto en situaciones. Desde su gestación hasta su muerte.
Podría decirse que el individuo contiene en sí mismo el potencial humano en su semilla originaria, y que este potencial se va cumpliendo en el entorno social. Sin ese entorno social, el individuo no puede adquirir su humanidad. No puede hallar la correlatividad, el reconocimiento ni la semejanza, si no es en otro humano.
 El hombre, por sí solo, no puede ser comprendido como individuo, si nos es en relación con otro; es únicamente en una comunidad donde se convierte en humano, y donde sus potenciales pueden realizarse.
El potencial del ser humano consta de la capacidad de ser padre, de la capacidad de ser maestro y de la capacidad de ser líder. La capacidad de amar incondicional y universalmente a todas las cosas de la creación, la capacidad de enseñar todo el conocimiento y la capacidad de liderar y ordenar a todo lo creado.

El lazo entre los seres humanos, reside en su inteligencia común y el lenguaje, es el vehículo que hace posible la inteligencia abstracta de la comunidad. Como hemos visto, es únicamente, como miembro de un grupo o comunidad que el individuo puede cumplir su tarea como ser humano.
 Como también sabemos, el comportamiento humano es la manifestación física de una elección; surge de una alternativa y en este caso, lo importante, es saber optar por la alternativa válida que transforma la conducta del individuo en humana.
Hablar de humanidad es hablar también de posiciones verticales y horizontales, de tiempos y de espacios, de expectativas y logros.

Si nos damos cuenta, el hombre y la mujer cuando se unen en el amor se transforman en un instante en amigos, cónyuges y padres. Ese momento de unión es el instante glorioso o el instante diabólico, dependiendo de si se establece en consonancia con lo absoluto, o  en consonancia con lo relativo. Del instante glorioso se desprende el fruto protegido, reconocido y querido por la unidad de los padres; y del instante diabólico, se produce el fruto desprotegido, rechazado y no reconocido por los padres. Pero ese instante de unidad, encierra en sí mismo el significado glorioso, que transforma al individuo en ser humano. La conducta que glorifica al hombre produce humanidad.

Dos se unen por sincronía por reconocimiento o por parecido. Esto nos indica que en toda relación, además de posiciones, causa efecto o sujeto objeto, existe un contenido correlativo, recognitivo y correspondiente. Sin esta reciprocidad la relación no puede operar. Pero, la semejanza obliga al encuentro con un semejante, la recognición obliga al encuentro con lo reconocible, y la correlatividad, obliga al encuentro con lo correlativo. Esta naturaleza obliga  inevitablemente a la unidad. Obliga porque es ley, y toda ley, contiene obligación y derecho. Obligación a satisfacer y derecho a ser satisfecho.
El individuo para ser humano ha de ser satisfecho en sus capacidades sensibles, cognitivas y productivas, mediante el uso de sus habilidades sensibles, cognitivas y creativas, dirigidas al encuentro con la unidad en el valor que es siempre y para todos válido.
Pareciera ser que Dios al crear a todos los animales, no haya querido emplear más que una idea, variándola de todas las maneras posibles. Todo ser busca ser satisfecho, consciente o inconscientemente, realiza aquello que lo completa, que reconoce como válido y que lo valida. Lo mismo ocurre con la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario