domingo, 24 de febrero de 2013

EPISTEMOLOGÍA introduccion


EPISTEMOLOGÍA
¿Cómo sé que lo que conozco es cierto?
Para que un objeto adquiera la propiedad de ser reconocido, exige del interés por conocerlo en el sujeto, y del reconocimiento de su origen, identidad y propósito, que son los componentes fundamentales del existir, acción o acto realizado.
La justificación de su verdad se desprende de la razón que justifica su existencia, la realidad de su existencia se justifica en la satisfacción de su necesidad y la realización de su existir se justifica en el cumplimiento del deber de satisfacer a la necesidad que lo declara necesario al ajustarse a la razón que  justifica su existir.
Esta lógica se deriva de la estructura base de cuatro posiciones establecida en la realización del objeto en estudio.
Un objeto puede contener numerosos aspectos de verdad, además de los fundamentales, por ejemplo el humano responde a la razón de ser humano pero tiene distintas formas, pesos, color de piel etc que además son instrumentos de verdad y responden también a la propuesta o pretensión de un origen, se justifican en la razón de ser y sirven para algo. El conocimiento de esos tres aspectos declara su verdad. Verdad es sinónimo de razón de ser y razón es el justificativo de una existencia, acción, o multiplicación.
Conocimiento a priori
Para reconocer es previamente necesario conocer. Es imposible establecer  reconocimiento sin un conocimiento previo que concuerde con lo conocido. Cuando el niño repite el concepto –papá- es porque antes lo escuchó, lo asumió y por contenerlo, lo repite y asocia con el progenitor al reconocer que el significado de papá corresponde con el personaje masculino que reconoce ser su padre. El niño puede llamar papá a cualquier hombre, sin ser este su progenitor, cuando lo que el niño reconoce del concepto es la identificación del mayor con pantalones. Y cuando identifica a su progenitor  lo diferencia del resto con el término –papá- pero para reconocer su unicidad ha tenido antes que asumirlo.
En la naturaleza humana existen prototipos de identificación cuya noción posibilita el entendimiento. La noción del prototipo existe en cada uno, dentro de su composición genética. La mente, no es una tabula rasa que adquiere nociones y depende de lo adquirido. Lógicamente vamos sumando conocimientos, pero la noción del juicio justo existe previa al conocimiento, la noción de lo debido, y la noción de lo satisfactorio son previas a la satisfacción o al beneficio. Sin noción de felicidad, no se podría ser feliz y el niño ríe antes de saber que cierto objeto le va a producir la sensación de estar feliz. Esto se entiende al estudiar la estructura base del funcionamiento. En la estructura base de la creación la posición de pretender o proponer, antes de proponer o pretender contiene la noción de lo esperado válido y eso es lo que persigue. La necesidad es previa a la pretensión o a la proposición y en la necesidad existe ya, lo necesario en noción.
Al interesarse por conocer existe ya lo que se espera conocer y en esa existencia se comprende y reconoce. Por eso el que cree que existe Dios, afirma que existe y el que no cree que exista Dios, aunque lo vea, seguirá negando su existencia. El milagro es para el que cree, igual que los OFNI. Creer es una disposición justificada en una noción. Por eso decimos que para conocer, es necesario de interés. El interés, además de ser una motivación a descubrir, es así mismo una predisposición a reconocer y reconocerse justo en lo reconocido. Lo no reconocido se olvida con facilidad, eso se debe a la no coincidencia entre lo nuevo descubierto y su noción en el apreciador. El descubrimiento de América no lo hizo Colón en su primer desembarco, porque no tenía noción de un nuevo mundo, peri si tenía la noción de las indias y así lo reconoció. Hasta tener la noción de nueva tierra no se la reconoció como Nueva España.
Por ejemplo, nos cuesta mucho reconocer una sola condición humana absoluta, a pesar de contener la noción del prototipo humano, por la cantidad de veces que hemos escuchado y aceptado que todo es relativo. Y, aunque nuestra conciencia original nos dice que toda existencia se justifica en la razón que la declara necesaria y esa es solo la verdad que justifica ese existir, aunque aceptamos esta razón, en el caso de la naturaleza humana, lo ponemos en duda. Ese conocimiento a posteriori incongruente con la naturaleza de la razón, concuerda con la conciencia adquirida de lo relativo y por esa razón justificamos realidades con razones no justificativas. Son no justificativas de su naturaleza, pero si son justificadas en la costumbre de lo repetido. “Una mentira mil veces repetida se transforma en verdad” esta falacia opera en la ignorancia de lo superficial, pero, lógicamente no se justifica en la naturaleza de la razón.
La ciencia, los estudiosos del conocimiento, nos dicen que han llegado a descubrir el genoma humano, y nos dicen que consiste en una especie de espiral con cierta forma dual que se comunica, pero no se reconoce su función porque al ignorar la función de las capacidades humanas, el científico no puede reconocerlas, a pesar de intuir que existe información en ello, la información no puede ser reconocida por los científicos porque carecen de la comprensión de la naturaleza humana. Cuando investigue el genoma humano un científico con la noción del ser humano reconocerá en el genoma las razones que justifican las asociaciones de cada gene.
Conocimiento a posteriori
Cada estudio produce conocimiento fundamental y conocimiento actual. El conocimiento actual es distinto del conocimiento fundamental. Los fundamentos de la razón son siempre aquellos que justifican su origen identidad y propósito, mientras que la razón que fundamenta un conocimiento actual, puede justificarse en una noción también actual. Por ejemplo, la fiesta de los toros es entretenida. Es entretenida para el que gusta de ver cómo se los tortura, pero, ni a los toros, a los que se les maltrata, ni a los humanos a los que avergüenza su comportamiento egoísta, les beneficia o justifica esa razón de ser entretenido. Este conocimiento a posteriori, incongruente con la naturaleza de la razón pura, es  justificativo en una noción actual. La noción actual es pasajera, ni es constante ni inmanente. Para que una razón sea verdadera ha de ser tradicional e inmanente, o universal y atemporal.
El conocimiento a posteriori, ha de coincidir con el a priori, en ser universal e inmanente.
Todo conocimiento comienza en la experiencia, pero el juicio del conocimiento se basa en un conocimiento previo al que denominamos noción de prototipo. Esa noción de prototipo, no es conocimiento experienciado, es una norma de conocimiento. Es la reglamentación que declara valido un comportamiento, es la ley que declara lícito, justo o verdadero un significado y es el deber que al ser cumplido garantiza el derecho al beneficio. A esa noción se le denomina conciencia que encuentra en la correlatividad, concordia y reciprocidad el conocimiento, la consciencia y el beneficio de lo normado.
La emoción, el intelecto y la voluntad
La necesidad por aprender, el interés por reconocer y la voluntad de encontrar son tres aspectos del conocimiento. Emoción es la capacidad sensible que nos permite captar lo necesario, el intelecto es la capacidad sensible que nos permite reconocer el juicio justo y la voluntad es la capacidad sensible que posibilita el cumplimiento del deber. Estas tres áreas se unifican en el entendimiento. Al captar la necesidad por descubrir, se despierta la expectación por buscar y se siente el deseo por indagar, al interesarse en el conocimiento se discierne, analiza y se juzga un concepto que signifique lo descubierto y estudiado, y al descubrir y reconocer el ajuste entre lo descubierto y su razón se disfruta del beneficio de lo reconocido.

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